Ramón Salazar, el componedor de la gestión
Las funciones del Secretario de Legal y Técnica e hijo del intendente se vieron acrecentadas en las últimas semanas. Como virtual coordinador del gabinete, su rol es articular con los diversos sectores en nombre del Gobierno. Corti, ocupado con tareas más técnicas dentro del gabinete.
En el gabinete y en la vida todos le dicen “Moncho”. Ramón Salazar es el hijo abogado del intendente, su Secretario de Legal y Técnica desde el primer día y, cada vez, más un confidente de la gestión. “Es la mano derecha de Cecilio”, aseguran dentro del gabinete, del que ya es el coordinador.
Los dos meses que siguen son difíciles para la gestión. Hay que definir un aumento de tasas significativo para los contribuyentes para el año que viene, un Presupuesto con previsión real que contemple incremento salarial para los trabajadores, y tantos otros puntos que necesitan de una “muñeca política” para articular con todos los sectores.
Con el Secretario de Gobierno Silvio Corti más abocado a cuestiones “técnicas” yde gestión propiamente dicha, Ramón Salazar ha cobrado mayor protagonismo dentro del gabinete. De buenas relaciones con todos –ventajas de ser el hijo de Cecilio pero también mérito propio por tener una propensión a escuchar más de lo que habla–, “Moncho” es respetado y su opinión pesa. Incluso en el primer piso del Palacio Municipal, donde Mario Sánchez Negrete es el timonel de la tormenta económico financiera que no cesó y que tendrá un duro embate en diciembre, cuando haya que pagar aguinaldos.
A Ramón se lo vio desde el primer día en todas las reuniones de la mesa chica.Su padre lo mira cuando hay temas ríspidos que analizar, en busca de su opinión, acaso su complicidad, su palabra autorizada de abogado.
Fue el artífice del principio de acuerdo con la familia Melgar y quien puso el cuerpo para darles una luz de esperanza a los empleados contratados por decreto que cobran menos que el salario mínimo, vital y móvil en el corralón, donde tienen a cargo las tareas más ingratas.
En la siempre complicada alianza Cambiemos, es un garante de ciertos consensos. Se lleva bien con el barbierismo y la nueva conducción de la UCR, con Martín Pando a la cabeza. En el propio partido Fe, tiene una pata en cada lado: en los fieles de Osprera que crecieron junto a Cecilio y en los profesionales que se sumaron más tarde. De hecho, es ambas cosas, después de todo.
Hombre del Derecho, del ajedrez y el ping-pong, el pensamiento estratégico lo acompañan en la toma de decisiones, no necesariamente acertadas pero sí analizadas.
En las internas palaciegas, que existen en este como en todos los gobiernos, hubo quienes soñaron con que asumiera como Secretario de Gobierno para que Silvio Corti se dedique exclusivamente a la Secretaría de Desarrollo Económico. Son los mismos que luego, con buen tino, se dieron cuenta que su condición de hijo del intendente puede resultar contraproducente para ser quien tenga que decir muchas veces que no y con firmeza.
El sábado pasado, Ramón Salazar se sentó durante unas horas frente al micrófono de Sin Galera para hablar de todo. Hizo una defensa férrea de la gestión de su padre, incluso cuando se tocaron temas espinosos.
También cuando le tocó ser el blanco de alguna crítica. Después de todo es el Secretario de Legal y Técnica de un gobierno que en estos once meses tuvo algunas desprolijidades.
Demoró el viaje para ver a sus tres hijas para acceder a la nota, en cuya duración sólo bebió agua. El mate es una costumbre que perdió y el café, según contó, es un hábito que no conoció en la pobreza de la infancia por lo que no lo tomó de grande.
Ramón Salazar aseguró que todos los días su padre, el intendente, les pide a él y al resto del gabinete que solucionen “los problemas de la gente”. Dijo que les “mete presión” en ese sentido.