Quince puntos en el cuello a un herido en un boliche
Dos jóvenes se pelearon dentro de Quillash y uno resultó gravemente herido con un corte en la zona del cuello, otro en la oreja y otro en la ceja. Fue atendido en la Guardia del Hospital y se quejó ante las autoridades por el accionar de los responsables del local, quienes desmintieron sus dichos. Otra joven también sufrió lesiones.
Durante la madrugada del domingo 15 una pelea entre dos jóvenes mayores de edad dentro del boliche Complejo Quillash pudo haber terminado en una tragedia. Uno de los protagonistas del conflicto fue hospitalizado con un profundo corte en el cuello, muy cerca de la vena yugular, y otra joven también sufrió cortes en su rostro.
Los dos involucrados se enfrentaron dentro de la pista mayor del local nocturno, aparentemente por problemas personales surgidos por la relación con una chica, y según relataron testigos a La Opinión, Catriel Parolín recibió un golpe con un vaso de vidrio que le provocó la herida.
El joven fue apartado y llevado fuera del boliche junto a sus amigos, en medio de un caos generalizado producto del conflicto suscitado. En una carta enviada al intendente, Parolín relató que fue trasladado junto a Fiorella Trípodi a la Guardia por “el móvil de inspección general” en el que trabajaban los agentes municipales Nicolás Cava y Pablo Molina.
Allí fueron atendidos por el médico Diego Noto. Parolín recibió quince puntos en la zona del cuello, seis puntos en la oreja y tres en una ceja. Además, tenía pequeños cortes en la cabeza y el rostro. Por su parte, Trípodi recibió dos puntos de sutura producto de un corte en la mejilla.
En el texto, ambos jóvenes aseguraron haber sido “abandonado por los dueños o responsables de Quillash”. Jorge Porta y Catriel Liljesthröm, titulares del local, desmintieron sus dichos y ofrecieron su versión.
En diálogo con La Opinión, Porta relató:
“Lo vi salir ensangrentado e intenté hablar con él, acompañarlo para que se higienice, y mandé buscar uno de los botiquines que tenemos dentro del boliche”.
Señaló que en ese momento su socio paró el móvil y le pidió que llevara al joven al Hospital.
“Pasó todo muy rápido y él (Parolín) estaba muy ofuscado por la situación, al igual que sus amigos. Querían esperar al otro chico para seguir peleando”. Ante ello, dijo que con Liljestrhröm tomaron la decisión de “llevar al otro a la casa, para evitar más violencia”.
Porta indicó que Parolín “no quería ir al Hospital para quedarse a pelear, hasta que un amigo suyo lo convenció”. Respecto de la presencia de un elemento de vidrio con el que el agresor lastimó a la víctima, el titular de Quillash aseguró que ellos no entregan ese tipo de cosas y que los jóvenes “llegaron de una fiesta con vasos de vidrio”.
Al respecto, sostuvo que “es muy difícil controlar todo, hemos llegado a incautar botellas en el ingreso”. Porta desestimó las acusaciones de Parolín sobre el “abandono” y aseguró: “Cuando me retiré, llamé a un conocido suyo para saber cómo estaba, me dijeron que ‘bien’ y me quedé tranquilo”.
Los dueños de Quillash informaron que van a “ampliar las medidas de seguridad” en el boliche. Este semanario intentó comunicarse con Catriel Parolín, quien en principio había accedido a relatar lo sucedido, pero luego dio marcha atrás.