Quien paga la luz, debe abonar más del 60 por ciento por items que nada tienen que ver con el consumo
El 49,7 por ciento de la tarifa básica se paga en impuestos, muchos de ellos creados por distintos gobiernos para obras que nunca se llevaron a cabo. A ello hay que sumar el 10 por ciento de capitalización y el 4 del Fondo de Obras Públicas Comunitario. Si no fuera por esos montos, la luz en San Pedro sería más barata que en otras provincias. Un informe de Coopser compara los números finales con países de Latinoamérica y España.
La electricidad es un servicio público esencial, que no falta en prácticamente ningún hogar y que la mayoría paga religiosamente, en el caso de San Pedro mes a mes. Como dicen los románticos, la luz da vida; y nuestra vida, tal como la vivimos en la actualidad, no sería posible sin artefactos eléctricos.
Entre los que pagan hay quien hace la cola en el Centro de Comercio y quien la hace en en el banco. Quien usa servicios de mensajeros o en el cajero automático. Hay quien abona a través de HomeBanking y quien lo hace a través de una aplicación de su Smartphone. Están incluso aquellos a los que el monto se les debita directamente desde sus cuentas bancarias.
Todos pagamos. Ahora bien, no todos leen lo que dice la factura, más allá del importe final, que es el que hay que abonar cada mes con una sensación que, observados los ítems que conforman la verde “boleta” de la Coopser, se confirma a la hora de comparar: San Pedro tiene uno de los servicios más caros del país.
Sin embargo, la electricidad propiamente dicha no es lo oneroso, sino todos esos otros ítems que en letra chica y sin remarcar están presentes. Suman más del doble respecto a la tarifa que se cobra por el servicio en sí mismo.
La carga impositiva
Tal vez alcance con observar una factura, contar los ítems, separar lo que es tarifa por consumo y notar que hay por lo menos dos grandes números que, casi en partes iguales, conforman el importe total que el socio/usuario/cliente de la cooperativa debe pagar mensualmente.
Aun así, vale citar un informe interno de Coopser al que tuvo acceso La Opinión, en la que un ingeniero de la cooperativa, a pedido del Consejo de Administración, desagregó importes y comparó tarifas de empresas distribuidoras de energía del país, todas relativamente cercanas a San Pedro, y de España, Perú, Brasil, Chile y Uruguay.
El trabajo que circula dentro de la cooperativa explicita que la tarifa de electricidad representa menos del 50 por ciento de lo que finalmente paga el usuario. Sólo en impuestos, el sampedrino paga en su factura un 49,7 por ciento sobre lo que consumió. A ello hay que sumar un 14 por ciento más, representado por la cuota de capitalización de la cooperativa y el Fondo de Obras Públicas Comunitario, cuya incidencia en pesos se verá a continuación.
Antes, es necesario dar cuenta de qué tipo de impuestos estamos hablando y qué porcentajes implica. El 21 por ciento, claro está, se lo lleva el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Hasta ahí, nada fuera de lo normal salvo el espíritu del tributo que es agregarle valor a un producto. En el caso de la energía es un servicio y la materia tangible es la electricidad. El recuadro “ítem por ítem, qué pagamos,” incluido en esta página, puede sorprender.
Ejemplos sin impuestos
Para establecer la comparación, el informe de Coopser calcula valores del suministro a usuarios finales residenciales de consumos de 150, 300 y 600 kilowatts mensuales. En la ciudad, entre 150 y 300 se ubica la mayoría de los medidores.
El informe fue elaborado en base a datos y cifras de la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina, más los propios de la cooperativa local.
En San Pedro, el kilowatt hora cuesta 0,054 dólares, tomando a 5,77 la cotización oficial –el servicio se paga en pesos, pero la comparación es en dólares para observar qué sucede en otros países–, significan unos 31 centavos de peso argentino.
Así las cosas, el usuario local que consume 150 Kw al mes paga de tarifa básica por electricidad unos 46,50. Si consume 300, paga $ 93; y si su consumo es de 600 Kw al mes, pagará 186; siempre hablando de lo que cuesta el servicio y sólo el servicio de electricidad. Las comparaciones pueden observarse en el cuadro 1.
La cuenta final
Si se suma la tarifa básica más impuestos, capitalización y fondo de obras públicas, queda conformado el importe final que abonan los socios/uuarios/clientes de la Coopser por el servicio eléctrico total en la factura.
El que consume 150 Kw al mes, que paga 46,50 pesos de tarifa básica, debe sumar $ 9,765 de IVA; $ 13,345 por las leyes e impuestos descriptos en el recuadro “ítem por ítem, qué pagamos”; $4,65 por capitalización; y $ 1,86 por el Fondo de Obras Públicas Comunitario. Es decir, un total de 76,12 pesos por mes de monto final.
Quien consuma 300 Kw, paga 93 pesos de tarifa básica; $ 19,53 de IVA; $ 29,70 de otros impuestos y leyes; $ 9,30 de capitalización; y $ 3,70 de Fopc. El total final es de $ 155,23.
Quien consuma 600 Kw, abonará $ 186 de básico; $ 39 de IVA; $ 59,40 de leyes y otros impuestos; $ 18,60 de capitalización; y $ 7,40 de Fopc. El total asciende a 310,46 pesos.
Según datos de Coopser, en San Pedro quienes consumen menos de 100 Kw al mes son unas 5.500 personas; los que consumen entre 100 y 200 suman más de 7.800 usuarios; y los que pagan por consumir más de 500 Kw no superan los 600 socios.
Ítem por ítem, qué pagamos
El primer ítem corresponde a la ley 23.681, sancionada en 1989, que establece el pago de un 0,6 por ciento sobre la tarifa, fondo destinado a inversiones en la provincia de Santa Cruz, “hasta la interconexión de la misma con el Sistema Interconectado Nacional”. Es el que anunció la Presidenta que el país ya no pagará, puesto que la obra es una realidad.
El segundo es la ley 11.969, que grava y recauda directamente para la Provincia de Buenos Aires, también del 0,6 %. El tercero es una ley de la Dictadura (9.226 de 1978) sancionada, según sus fundamentos, para equiparar a la Provincia con aquellos lugares donde presta servicio el Estado nacional, algo que ya no existe, pero se sigue cobrando y es del de 6 por ciento.
El cuarto es la ley 11.769, “Marco regulatorio eléctrico de la Provincia de Buenos Aires”, que establece en su artículo 74 que el usuario pagará un 0.6 por ciento, con los mismos argumentos que la 11.969, que introdujo en la otra modificaciones al artículo 72. Esta también es del 6 por ciento.
La ley 7.290 también es de una Dictadura, la de la llamada “Revolución Argentina”, y fue sancionada en 1967. Creó un “impuesto al servicio de electricidad” para el “Fondo Especial de Desarrollo Eléctrico de la Provincia de Buenos Aires” con el fin de “reestructurar, completar y expandir los sistemas y servicios públicos de electricidad existentes dentro de su territorio”. Se lleva el 10 por ciento sobre la tarifa.
Otro es el correspondiente a la también ley de la Dictadura 9.038, de 1978, destinada a las “inversiones que demanda la central de acumulación por bombeo de Laguna La Brava, radicación de potencia de base en el área de Bahía Blanca y sus interconexiones”. Este se lleva el 5,5 por ciento y su derogación fue propuesta por el exdiputado sampedrino Eduardo Polimante, sin éxito (ver aparte).
Hasta allí, suman el 49,7 por ciento sobre la tarifa básica, es decir sobre el consumo de electricidad propiamente dicho. Un verdadero despropósito si se tiene en cuenta que, dejando de lado la polémica del porcentual de IVA, estamos hablando de un 28,7 por ciento de impuestos para obras que ya se hicieron o nunca se harán, y con fundamentos de las dictaduras. Es decir meras anotaciones con claros fines recaudatorios que ingresan a la caja y sin protesta de los gobiernos democráticos.
A ello, como se dijo, hay que sumar un 14 por ciento adicional que pagamos los sampedrinos: 10 por ciento como cuota de capitalización de la cooperativa y 4 por ciento por el Fondo de Obras Públicas Comunitario. Además, se puede agregar que muchos pagan los 50 centavos como contribución para Bomberos y los importes por la contratación de Servicios Sociales.
El día que Polimante ganó una
El sampedrino Eduardo Polimante fue Diputado provincial por la Unión Cívica Radical entre 2001 y 2005, años en los que presidió el bloque de 27 legisladores del centenario partido.
Entre los proyectos de ley que presentó entonces, uno buscaba derogar el pago en la factura de la electricidad de los porcentajes destinados a Santa Cruz por un lado y a Laguna La Brava por el otro.
No tuvo éxito. La iniciativa pasó a varias comisiones y, como dice el propio Polimante, en lugar de tener tratamiento tuvo “adormecimiento legislativo”. Nunca se ocuparon del tema, ni su propio bloque lo acompañó.
“Lo de Laguna La Brava no se hicieron ni los planos, pagamos durante cuarenta años para que no se haga nada”, recordó el exdiputado y analizó: “Estas cosas son muy difíciles de legislar, los bloques mayoritarios no han apoyado este tipo de iniciativas.”
Consultado sobre la interconexión de Santa Cruz al sistema eléctrico nacional que deja sin efecto el fondo para esa provincia, Polimante se mostró sorprendido, ya que no estaba al tanto del anuncio y puesta en marcha del proyecto por parte de la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner.
“Bueno, no sabía; gané una sin pelearla. Como dice Jaime Dávalos, ‘la mujer gana de echada’, qué va a hacer”, bromeó el exdiputado, ahora dedicado a la música, con presentaciones en Buenos Aires y una en la Sociedad Italiana prevista para el 16 de noviembre próximo, cuando haya una exposición de ponchos, prenda tradicional de la que es coleccionista.