al pasar o entrar a la Terminal de Omnibus, al “viejo del bastón” que duerme debajo de la escalera, de los baños, y a la vez, sala de espera?
“Cuál es su comportamiento y qué impresión causa su presencia”.
Por ejemplo: Hoy 27 de Septiembre de 2005, siendo las 11.35 hs. hace como que es común su proceder, la presencia en la “Plaza Constitución” o sea la “Plaza de la Iglesia”, éste desgraciado individuo toma asiento en uno de los cuatro bancos que rodean la fuente, que con sus chorros de agua, llenan toda la pileta, y medita lo que va a hacer. La semana pasada, sacó varias prendas de un bolso, por demás de sucias y olorosas y se puso a lavarlas en dicha pileta, sin importarte la presencia de turistas, niños, que lo primero que desean es jugar con el agua. Luego se sacó los pantalones, las medias; lavó las prendas y las colgó para que se secaran. Así, terminando su tarea, emprendió su recorrido habitual hacia la Plazoleta Fray Cayetano Rodríguez, donde se encuentran “sus pares”. Degustan varias dosis de vino y ríen como torpes y más que ignorantes individuos, sin cultura y respeto alguno, esté quien esté, ciudadanos, turistas, chicos o quien sea.
Finaliza dicha reunión, después de un par de horas de risas y ademanes inciertos, se retiran, tal vez, cada uno a su lugar preferido. “El viejo del Bastón” seguro a su incorrecta guarida: la Terminal de Omnibus para hablar solo o con su lorito imaginario y comienza a preparar debajo de la escalera de la sala de espera y los baños, su dormitorio, a la vista de todo el público que pasa; yo diría un espectáculo indigno y nada agradable. Más siendo el lugar donde llegan los turistas de todos los lugares de nuestro país, como nuestros mismos ciudadanos.
Infinidad de veces, me he preguntado a mí mismo “qué pasa que todo esto sucede, que es algo que nadie puede ni tiene que soportar. Y me dicen “sé lo que sucede en la fuente de la Plaza Constitución, donde muchos niños y padres juegan con el agua de la fuente impregnada de roña”. Lo que el diccionario define como “suciedad pegada fuertemente”.
Qué sucede con los inspectores, autoridades municipales y políticas, “si realmente queremos una ciudad que dé el ejemplo”, que no hacen nada con los pedigüeños, borrachos o con los que sólo saben pedir dinero para comprar cigarrillos.
De una vez por todas, terminemos con estos individuos, que sólo nos traen atraso a una ciudad a la que todos queremos, como la quisieron nuestros padres y familiares.
[align=right]Miguel – CI: 2.958.783[/align]