“Queremos evitar que maten a uno de nuestros hijos”
Un matrimonio que vive a dos cuadras del Puerto denunció a varios jóvenes del barrio que el viernes a la noche intentaron entrar a su casa y después trataron de incendiarla. El sábado, en represalia por denunciarlos, les dispararon con una escopeta contra una ventana. Las víctimas dicen que la policía tardó en llegar y que el personal de la Prefectura fue el único que permaneció en el lugar para custodiarlos.
Virginia Cáceres y su esposo Rubén Carnero denunciaron el sábado a la mañana en la Comisaría a un grupo de jóvenes del vecindario que intentó ingresar a su casa el viernes a la medianoche, pero horas más tarde sufrieron un nuevo ataque cuando le descerrajaron un disparo de escopeta contra una de sus ventanas. “Estamos cansados. Antes no denunciábamos por miedo pero ahora nos dimos cuenta que nos van a perseguir igual y por eso decidimos contarlo”, dijo Cáceres a La Opinión mientras su marido mostraba el resto del cartucho del proyectil que impactó contra su casa. Los atacantes son jóvenes de su mismo barrio, en el Bajo Puerto. Los Carnero viven a unas dos cuadras del muelle portuario y dicen que el problema con estos vecinos no tiene una raíz definida. “Nos tienen envidia porque somos personas normales, que trabajamos y porque piensan siempre que cuando llega la policía o sufren un allanamiento somos nosotros los que los denunciamos”, dijeron. Estos jóvenes tienen variados antecedentes por robar y portar armas. El viernes a la medianoche, la familia Carnero estaba adentro de su casa cuando un grupo formado por unos 20 jóvenes escuchaba música a alto volumen en la calle. “Abrieron el portón y quisieron entrar, así que llamé a la policía. La patrulla vino pero les dijo que se fueran a los que estaban enfrente porque yo los había denunciado. Primero se fueron, pero al rato volvieron con un bidón y quisieron incendiar mi casa. Volví a llamar a la policía, me dijeron que mandaron el móvil pero nunca vino. Por suerte, ellos se tranquilizaron y se fueron”, relató la mujer. Los problemas continuaron el domingo, después de que el matrimonio radicara la denuncia en la Comisaría. “A la tarde estuvieron todos juntos tomando otra vez, y a las seis de la tarde pararon a mi cuñado que iba para la costa, discutieron y lo corrieron hasta mi casa. Después me dispararon dos veces con una escopeta, dieron contra una ventana y la destrozaron. Pero la policía ni se molestó en venir pronto. Por eso llamamos a la Prefectura”, sintetizó la mujer. Estos efectivos fueron los que intercedieron para evitar más violencia, y aguardaron custodiando el lugar hasta que finalmente llegó un móvil. “Pero ni buscaron los restos del cartucho de escopeta. Ni se molestaron”, dijo la vecina.
“Salí y les dije que me mataran”
“Tenemos cuatro chicos, una nena de 13 años que ya fue amenazada por estas personas. Queremos evitar que nos maten una criatura”, comentó el matrimonio Carnero.
Según explicó Rubén, ellos tienen una casa adjudicada en el nuevo barrio Arcor y esperan mudarse pronto, aunque sienten que los problemas continuarán porque sus vecinos agresores también se radicarán allí. Los acusan también del robo de una canoa que guardaban en el club Pesca y Casting y desapareció hace unos cinco meses, aunque entonces no denunciaron el hecho “porque no tenían pruebas”. Y de otro daño provocado a su casa hace un año, cuando arrancaron un portón de madera y lo incendiaron. Ahora, esperan que el Comisario Romano los atienda y le pedirán protección, porque sienten que solamente cuando algún miembro de su familia resulte herido, las autoridades se harán eco de su reclamo. “El sábado, después que dispararon sobre mi casa, salí afuera y les grité que me maten. Le dije, tiráme, matáme, porque esto se tiene que terminar. Pensaba que de esa manera, por lo menos los iban a detener”, dijo Cáceres.
Su marido trabaja en la fábrica Celupaper y tiene turnos rotativos nocturnos, por lo que su familia ahora tiene miedo de lo que le pueda ocurrir. “No sé lo que quieren. Mi marido fue a hablar con ellos, primero estaba todo bien pero después le dijeron que si los denunciaban, nos iban a matar a todos”, dijo preocupada Cáceres.