Por cuarto año “consecutivo” fuimos a pasar fin de año a San Pedro. Tenemos una casa rodante y vamos al Camping Actur porque nos parece el más adecuado para nuestras necesidades, de las cuales una es la seguridad que brindaba; y digo brindaba porque el domingo tuvimos un inconveniente: vinieron a pasar el día unas 30 personas que se pusieron al lado nuestro (léase pegado). Ya desde la mañana temprano se pusieron a tomar cerveza (y otras bebidas) que ponían y tomaban de un balde de pintura, lo que implicó que al mediodía estaban casi todos pasados de alcohol. Aparte pusieron un equipo de música con 2 brutos parlantes pegados a nosotros y, obviamente, al máximo de volumen. También se tomaban el atrevimiento de sentarse de a 3 ó 4 en el paragolpe trasero de nuestra casa rodante, a lo que en reiteradas oportunidades les pedimos que no lo hicieran debido a que con ese peso se pueden romper las patas que soportan la casa. Después de soportar varias horas esa situación, y viendo que no había otra solución, a las 3 de la tarde mi hijo de 19 años fue a la cabina de la entrada para pedir que se acerque alguien responsable del camping a decirles algo, a lo cual nos respondieron que iban a llamarlo para que viniera donde estabamos. Cuarenta y cinco minutos después, y viendo que el responsable no aparecía, fue nuevamente mi marido a pedir que hicieran algo. De nuevo la respuesta fue que le habían avisado al responsable: el Señor Gómez. A las 16.15 vino un hombre en bicicleta que dijo ser del camping pero que él no era Gómez: vino, miró y se fue sin hacer absolutamente nada. A las cinco menos cuarto fuimos, de nuevo, a quejarnos a la cabina de entrada, mi marido y yo, y el que estaba en dicha cabina, dijo estar hablando por teléfono con el famoso Gómez.
El hombre que había venido en bicicleta vino con nosotros a ver que pasaba y cuando vio que estaban sentados en el paragolpe de la casa rodante dijo que no podía hacer nada, que había que hablar con Gómez y se fue. Al ver que nadie se hacía responsable de nada, para ese entonces los «sacados» éramos nosotros. A las cinco de la tarde vinieron 2 personas que dijeron ser de seguridad del camping y tras ellos dos móviles policiales. El oficial nos vino a preguntar que pasaba y al enterarse, habló con los que se habían puesto al lado nuestro, que, no bajaron la música pero por lo menos se corrieron tres metros más lejos y dejaron de sentarse en el paragolpe.
Cabe destacar también que en una mesa cercana se había puesto un matrimonio de Lima con la mamá de uno de ellos y un nene de 6 años, que al no soportar el volumen de la música, se cambiaron de lugar, cosa que para nosotros resultaba imposible.
Los 2 de seguridad que vinieron antes de que llegaran los móviles policiales fueron los únicos que demostraron hacer bien su trabajo, ya que se quedaron hasta que los que se habían puesto al lado se fueron (uno de ellos pude saber que se llama Gabriel Machado).
Quiero aclarar que somos usuarios habituales de campings, no sólo de San Pedro, sino de muchos otros lugares desde hace años, y sabemos fehacientemente que los que van a acampar ponen música, pero siempre dentro de un límite de respeto hacia los demás.
De hecho pueden corroborar la cantidad de veces que fuimos al camping de San Pedro, en las planillas que hacen llenar al ingresar. De más está decir, que ya estamos de vuelta en Buenos Aires y, todavía, estamos esperando al Sr. Gómez. Es una pena, que teniendo un lugar tan bello como es el camping Actur, lo dejen decaer por no hacer uso de la ley de admisión y permanencia porque también nos enteramos que los que se habían puesto al lado, son todos de San Pedro y el 95 % de ellos habían estado detenidos por diversos motivos. Al saber esto tuvimos que cambiar nuestros planes, que eran ir al centro a tomar un helado y pasear un poco y, para estar tranquilos, debimos quedarnos a cuidar nosotros nuestras cosas. Aparte nuestra idea inicial era quedarnos mi hija de 9 años y yo toda esta semana y que el fin de semana próximo nos fuera a buscar mi marido, cosa que al no tener confianza en la seguridad del camping, no hicimos. Repito que hemos estado en años anteriores y antes hacían respetar los carteles que hay por todos lados que dicen: «Está terminantemente prohibido el uso excesivo de equipos de música». Creo que si tienen contratado un responsable de seguridad es, precisamente para eso: para que se haga responsable ante cualquier inconveniente que surja y el mismo no apareció en ningún momento.
Realmente toda ésta situación nos dio mucha pena porque San Pedro estaba dentro de nuestra «lista» de lugares favoritos y al sentirnos tan desamparados en el camping, ésa idea se esfuma. Si realmente quieren hacer de San Pedro una ciudad de «miniturismo» deberían tratar de que el turista se sienta cómodo. Igualmente mentiría si dijera, que a no ser por éste inconveniente, en alguna otra oportunidad fuimos maltratados. Por ejemplo: la carne la compramos en Corti, porque como sabe que somos de Bs. As. siempre nos guarda algo para no dejarnos «sin comer», en el club Mitre nos dejaron entrar a jugar al pool con nuestro perro porque es cachorro y todavía no sabe quedarse solo, así puedo nombrar muchas otras actitudes buenas de la gente de San Pedro.
Cuando comenté el inconveniente que habíamos tenido en una farmacia del centro, tanto los que atendían como los que estaban comprando, muy indignados, me dijeron que si realmente quería hacer algo al respecto de dicho inconveniente, tenía que contactarme con Lili en la 92.3. Por eso es que les escribo, no por nosotros, porque si no es San Pedro, tenemos miles de lugares para elegir; pero es una lástima que teniendo el potencial que tienen, tanto en hermosos lugares como en la gente, se pierdan de tener turistas por una situación que sería fácilmente solucionable.
Alejandra Benito Schmitt – DNI: 16.322.871
Gustavo Pezzutti – DNI: 14.866.656