“Que venga el dueño y presente los papeles”
Ocuparon los terrenos ubicados en La Laguna y Cucit. Son diez familias jóvenes del barrio. Dicen no estar asesorados “por políticos” y reclaman una solución. El propietario inició una causa penal y otra civil.
Desde el martes de la semana pasada, doce familias están asentándose en precarias casillas, en una media manzana ubicada sobre la calle Cucit, entre La Laguna y Combate de Obligado. Ya construyeron nueve viviendas con lonas, maderas y chapas, y dicen que seguirán edificando hasta que se muden todas las familias. Delimitaron lotes y hasta plantaron árboles.
La característica principal de esta nueva usurpación, es que todos los protagonistas son jóvenes, tienen un promedio de entre 20 y 30 años, y viven en el mismo barrio. Dicen que “el municipio nunca les consiguió una casa”, y que aunque se anotaron, no los beneficiaron con una adjudicación en los barrios construidos. Tienen un promedio de entre dos a cuatro hijos por pareja, entonces en total, son más de 20 los niños que están sometidos a condiciones de vida deplorables, porque las casillas no tienen luz, agua, ni baño. Se escudan en el apoyo que el barrio les dio firmando varias planillas, aunque otros vecinos dicen que están en desacuerdo.
La historia de esos terrenos es conocida en el barrio, aunque los ocupantes dicen que jamás “tuvieron dueño”. En realidad, la mayoría de los lotes pertenecían, muchas décadas atrás, a la familia Iglesias. Luego fueron vendidos, hasta que esa media manzana fue comprada por la sociedad formada por Juan Angel Oliver y Juan Puig. “Acá no vino nadie, ni el dueño, ni nadie. No queremos nada gratis, que nos den un plan, porque no somos ricos, para pagar estos terrenos. Queremos negociar, no que nos traten de ladrones”, dijeron una y otra vez a los medios los nuevos habitantes.
La ocupación generó una importante reacción de la sociedad. Una familia confirmó que por el asentamiento, no pudo comprar un terreno ubicado enfrente en el que soñaba construir su casa. Son personas de trabajo que esperaban esa oportunidad porque sólo cuentan con un módico presupuesto para comprar.
En el barrio, hay temor de hablar directamente pero la sensación es compartida. “Si hoy ocuparon esos terrenos, mañana se meten en nuestras casas y nos van a echar, sin que podamos hacer nada”, opinó escandalizada, una vecina.
“No tengo nada que hablar con ellos”
Juan Oliver hijo, habló con La Opinión y dijo que no está dispuesto a entablar ningún diálogo con los usurpadores. Confirmó que el martes, antes incluso que empezaran a construir las casillas, había asentado la denuncia por usurpación en la Comisaría, donde presentó toda la documentación. Pero también en el Juzgado de Paz se está solicitando el desalojo.
“Están en trámite dos causas, una penal que tiene en sus manos la fiscalía y otra en el Juzgado de Paz”, dijo el Capitán Sergio Pérez. “Nosotros tuvimos que identificar a las personas, hacer un croquis del lugar y se está por entregar el expediente a la fiscal”.
La resolución del conflicto no será fácil teniendo en cuenta los plazos de la Justicia hasta determinar un desalojo. Mientras tanto, nadie puede impedir que el asentamiento siga su curso y se construyan más viviendas.
Las familias asentadas, dicen que están dispuestas a irse si les demuestran que los denunciantes son los propietarios. Pero recuerdan que “hace 30 años que esto es un basural y es un peligro para el barrio”.
“Considero que no tengo nada que hablar con ellos. Nosotros hicimos lo que teníamos que hacer, que es radicar la denuncia. Una cosa es la usurpación y otra es con fuerza, porque cortaron los alambrados, que siempre estuvieron puestos, y se metieron. Vinieron en malones para instalarse, días previos nosotros vimos una cantidad de palos y postes”, dijo Oliver, lamentándose porque la policía no pudo hacer nada antes de que comenzara el asentamiento.
En cuanto a los impuestos, dijo que “Soy propietario de hace más de 30 años, hubo años que pagamos adelantado; no se debe un peso”. También dijo que “todos los años, para Noviembre, se contrata a una persona para limpiarlos”, por lo que es mentira que están abandonados y que la idea de él y su socio eran subdividir esos lotes para construir, pero que el proyecto se truncó “cuando el costo de construcción se fue por las nubes”.
Oliver consideró que “detrás de todo, puede haber varios intereses políticos”, aunque reconoció que era “una opinión personal”.
En un año electoral, las buenas intenciones se diluyen. No es posible no reconocer la imposibilidad de cientos de familias de acceder a una vivienda digna o de alquilar, teniendo en cuenta los costos actuales. Pero también es cierto que detrás de actos como las usurpaciones, se juegan distintas cartas. Los usurpadores repiten que están “solos” y que ningún político los asesora. Pero nombres muy “conocidos” sonaron en los últimos días. Y el antecedente más llamativo, es que unos días antes de la ocupación, hubo un intento en otros terrenos ubicados en Combate de Obligado, justo frente a los usurpados. En ese caso, el propietario se interpuso y se evitó el conflicto.
“No tenemos nada que ver”
Eso dijo el titular interino del área de Obras Públicas, Flavio Peiró, al ser consultado por este asentamiento. “Es un problema entre particulares” insistió, pese a que al menos tres personas de las que forman parte del asentamiento son empleados contratados por la Muniucipalidad. “Nosotros no les daremos servicios” sostuvo en relación a los pedidos de agua y luz para el nuevo barrio.