¿Qué hacen con las naranjas amargas en la escuela Industrial?: los alumnos explican
Gomitas, esencias, aperitivos y dulces entre los productos que elaboran desde la materia Química Orgánica. Además de aprender que se puede aprovechar hasta las semillas, los futuros técnicos investigaron la historia de los naranjos plantados en el centro de la ciudad.
Los alumnos de la escuela Técnica N° 1 con orientación en química leyeron la nota de La Opinión apuntada al destino de las naranjas amargas que están en la zona céntrica y que muchas veces terminan aplastadas en algún rincón de la calle sin una segunda oportunidad.
Desde sus asignaturas especiales aprenden sobre el aprovechamiento y el manejo de distintas sustancias, además de su puesta en valor para el mercado. Entre los proyectos, surgió que con el característico y colorido cítrico que vemos a diario en nuestra ciudad se pueden hacer esencias, gomitas, mermeladas y aperitivos americanos.
El profesor Roque Corbalán llevó al móvil de La Opinión en un recorrido por las instalaciones del laboratorio donde imparte sus clases de Química Orgánica y trabaja con las naranjas con sus alumnos de quinto año. Ese lunes por la mañana estaban trabajando la “determinación de materia grasas de nueces pecan y maní”.
Sofía, una de las alumnas, contó que el interés en saber sobre el origen de la plantación de cítricos amargos en la vía pública nació en ocasión del “Día del Arbol” y que allí recibieron la versión que el abuelo de un profesor le había contado sobre cómo aquella idea que imaginaron en otros tiempos como reserva natural arbórea de la ciudad se hizo realidad y perdura hasta nuestros días.
Además de aquella clase anécdota de “historia de los narajos” que dejó como legado Patricio Ernesto Gorini hay otro detalle a destacar: han logrado dar uso a las semillas de las naranjas callejeras ya que su contenido de pectina sirve para hacer geles o dar el efecto gelatinoso a los productos que elaboran.
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