Prostitución: el proxeneta seguirá detenido y el fiscal aseguró que le esperan 5 años de cárcel, como mínimo
Néstor Horacio Colantono, de 64 años, fue apresado, por tercera vez en diez años, acusado de regentear un prostíbulo en una vivienda de Lavalle 460. El fiscal Darío Giagnorio, que lleva adelante la investigación, aseguró que la modificación de la ley y su condición de reincidente permitirán que esta vez la condena por el delito sea de cárcel, con una pena mínima de cinco años de prisión. El Juzgado decidió que permanezca detenido y lo trasladan a San Nicolás.
El responsable del prostíbulo desbaratado en Lavalle 460 seguirá detenido por decisión del Juzgado de Garantías interviniente, luego de prestar declaración indagatoria ante el fiscal Darío Giagnorio, titular de la UFI 6, tematizada en trata de personas y explotación.
Néstor Horacio Colantono, de 64 años, era trasladado a la Unidad Penal 3 de San Nicolás, donde permanecerá alojado mientras se sustancia el proceso en su contra, que esta vez, según aseguró Giagnorio, terminará con una condena de prisión efectiva para él.
Colantono fue detenido por tercera vez en diez años por el mismo delito: regentear un prostíbulo en Lavalle 460, un domicilio donde, a pesar de que en cada oportunidad se detectaba el ejercicio ilegal de la prostitución, el acusado reincidía en su conducta.
En 2012 fue condenado en un juzgado correccional, cuando ese delito tenía como pena la imposición de multas, pero ahora se expone a cinco años, como mínimo, de condena, porque la la modificación introducida ese año en la ley de trata también considera explotación obtener dinero de los servicios sexuales de un tercero.
Tras una denuncia anónima y meses de escuchas telefónicas, Prefectura allanó la casa y, una vez más, como en 2009 y 2012, encontraron a una mujer adulta ejerciendo la prostitución, quien aseguró estar allí por propia voluntad, a dos clientes ocasionales y a un responsable de la casa, acusado de regentear el prostíbulo.
La oferta de sexo en sí misma no está penada por la ley pero sí facilitar su ejercicio. La Justicia no persigue a las prostitutas pero sí a los proxenetas. La ley considera que hay explotación “cuando se promoviere, facilitare o comercializare la prostitución ajena o cualquier otra forma de oferta de servicios sexuales ajenos”.
“Es una actividad históricamente lucrativa, es un negocio”, dijo Giagnorio y aseguró: “Cuando se evalúan los números finales se concluye que las chicas explotadas cobran muy poco dinero y los ‘fiolos’ son los que se quedan con el grueso del dinero, porque les cobra el alquiler, un porcentaje por los servicios, etc.”.
Durante el allanamiento, Prefectura secuestró material de profilaxis, agendas, teléfonos celulares y otros elementos de interés para el trámite de la causa. En el marco de la investigación, el fiscal llamará a declarar como testigos a los clientes/prostituyentes: tanto al jubilado oriundo de una localidad que en ese momento estaba con la meretriz como al que esperaba, así como a los que aparecen en las anotaciones y en las escuchas telefónicas.
“Hay una lista. En los meses posteriores, a través de las escuchas, se determinarán los titulares de los teléfonos y se los citará como testigos, porque el cliente es testigo en la causa, y deberá explicar a qué se deben las llamadas telefónicas y qué sucedía en ese lugar”, explicó el fiscal.
Quienes conocen el movimiento que había en esa casa y que saben quiénes eran las mujeres que ofrecían servicios sexuales allí aseguraron que la trama de explotación se reproduce, con las mismas protagonistas, en otros puntos de la ciudad y apuntan a un bar de copas ubicado en proximidades de un reconocido club.