Propusieron a la familia de Gustavo Fernández firmar las salidas transitorias de su asesino
El hombre de 48 años, oriundo de Puerto Madryn, fue asesinado en el 2011 mientras visitaba a su familia en nuestra ciudad. Días atrás citaron a su esposa ya fallecida para que se presente ante la justicia para firmar la morigeración del condenado por el homicidio.
Gustavo Daniel Fernández fue asesinado el 14 de junio de 2011 cuando se encontraba en la casa de sus suegros ubicada en la intersección de Martín Fierro y Bottaro.
Diez años después, su familia volvió a sentir la misma impotencia de aquel día cuando una notificación recibida en su casa ubicada en la ciudad de Puerto Madryn citaba a su esposa Rosalía Vulcano, hoy fallecida, para que se presente de urgencia en la fiscalía de San Pedro.
Cristina, una de las hermanas de la víctima que vive en nuestra ciudad, se presentó en la fiscalía para saber a qué obedecía esa citación tanto tiempo después de cometido el hecho. Para sorpresa de la mujer y toda la familia, la convocatoria tenía que ver con una medida que había beneficiado al asesino de Fernández, y la consultaban si estaba dispuesta a avalar con su firma las salidas transitorias del asesino tal cual lo marca la nueva ley de víctimas la que obliga a los jueces escuchar a las víctimas.
La hermana del hombre, con el acompañamiento del resto de la familia, se negó a firmar la documentación que le permitía al asesino, Aníbal Nicolás Olguín, de 36 años, salir en libertad periódicamente por lo que deberá permanecer alojado en la Unidad Penal de San Nicolás hasta completar la condena que se aplicó por el hecho. Se sumó la postura del fiscal Marcelo Manso quien también se opuso a la medida dispuesta.
Olguín es oriundo de la localidad de Roldán, partido de San Lorenzo, Santa Fé, y fue detenido dos días después de cometido el hecho cuando se encontraba en una cabina telefónica de la terminal de ómnibus y aguardaba abordar un micro que lo trasladara hasta Rosario. El sospechoso ya contaba con antecedentes penales y hacía pocos días había recuperado la libertad por haber completado el tiempo de condena.
Gustavo Fernández se encontraba viviendo en Puerto Madryn desde hacía 25 años y había viajado a San Pedro para pasar el día del padre junto a su familia. El día del homicidio, ya sobre el atardecer del día, fue a atender la puerta y se encontró con el delincuente que a través de la ventanilla le gritaba y amenazaba. Allí fue cuando el hombre intentó resguardarse y recibió un disparo por la espalda que lo mató en el acto.
Conjuntamente con Olguín fue condenado un malviviente sampedrino, José Luis “Chirola” Benítez, que lo acompañaba en el momento del hecho y fue considerado cómplice.
En el juicio a este último se lo condenó a 10 años de prisión, aunque por distintas medidas tiempo después recobró la libertad, pero en el caso de Olguín fue penado con 14 años de prisión efectiva y ahora se pretendía que obtuviera salidas transitorias.
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