Prisión preventiva con arresto domiciliario para el joven acusado de abusar de una adolescente tras una fiesta
El Juzgado de Garantías se expidió tras la audiencia y dispuso que el acusado permanezca detenido, aunque en su casa. Su defensa apeló y se espera la resolución de Cámara. El juez interviniente consideró que hay riesgo de fuga y entorpecimiento de la investigación si permanece en libertad.
La Justicia dictó prisión preventiva para el joven de 23 años acusado de abusar sexualmente de una adolescente de 16 tras una fiesta y dispuso que permanezca detenido mientras dure el proceso que lo llevará a juicio, aunque con el beneficio de arresto domiciliario.
El Juzgado de Garantías interviniente valoró los elementos probatorios recolectados por la fiscala María del Valle Viviani y los planteos de la defensa particular del imputado, y tras la audiencia consideró que debe permanecer privado de su libertad.
El juez Román Parodi rechazó el pedido de falta de mérito que hizo la defensa y consideró que en esta etapa de la instrucción puede haber riesgo de fuga o entorpecimiento de la investigación, por lo que falló en contra los planteos de los abogados del imputado, que ahora apelaban la decisión.
La audiencia tuvo lugar el martes pasado, con participación virtual del imputado, puesto que no había combustible para su traslado hasta San Nicolás. El viernes, el juez dictó su fallo y ahora se espera la resolución de alzada.
El acusado permanece detenido en una comisaría de la ciudad de Rojas a la espera del resultado de la apelación en Cámara. Si queda firme la medida de prisión preventiva con arresto domiciliario, será trasladado a San Pedro para ser alojado, en calidad de detenido, en la casa de un familiar cercano.
El joven de 23 años está imputado por dos hechos de abuso sexual con acceso carnal, puesto que aunque la víctima no sufrió lesiones íntimas sí denunció haber sido obligada a ejercer un acto de tipo sexual que configura esa calificación penal.
Son dos hechos porque uno ocurrió en la calle, arriba del auto del acusado, cuando se dirigían desde un complejo de ruta 191 donde se desarrolló la fiesta, en la que él trabajó y ella estuvo como asistente, hasta la casa del acusado, donde se produjo el segundo.
En el expediente obran audios de WhatsApp del propio acusado en el que reconoce que se había “mandado un cagada” y dijo tener intenciones de “desaparecer de San Pedro”, es decir de fugarse, elementos que fueron tenidos en cuenta por el juez a la hora de emitir su fallo.
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