Primera A: La carrera de Nicolás Martelli, el distinto que debutó en Argentinos Juniors y le dio una estrella a Independencia
Con su gol agónico en Baradero ante Atlético, su equipo dio la vuelta olímpica en el Clausura y se ubicó como uno de los máximos artilleros. El delantero de 37 años nacido en Munro debutó en la primera de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) con la camiseta del Bicho frente a Racing donde tuvo de compañero a Rolando Schiavi. Por diferentes cuestiones pasó por varios clubes antes de recalar en la I donde desde el primer partido demostró tener una calidad superior a la media y le ganó el corazón a los hinchas auriazules.
Nicolás Martelli es, para la Liga Sampedrina (LDS), un jugador distinto, superior a la media con una técnica y lucidez para resolver jugadas propias de un futbolista de otro nivel. Incluso, simula a la perfección sus 37 años porque físicamente no da ventajas y a fuerza de goles y asistencias se ganó el corazón de los hinchas de Independencia a los que le regaló en el Clausura para Primera A el título número 25 con el tanto agónico en el Carlos Asali de Baradero, uno de los siete que festejó en total y se ubicó como máximo artillero junto con Cristian Díaz de Banfield.
Antes de recalar en San Pedro a mediados de 2018 el futbolista oriundo de Munro pero que vive en la zona del Parque Centenario en Capital Federal jugó en El Fortín de Salto junto con Leandro Gómez y Jesús Díaz quienes también pasaron por el Auriazul en el Clausura 2018 gracias a que los reclutó el exentrenador Roberto Durante. "Vino Roberto con unos dirigentes a ver un partido a Salto. El que tenía relación con él era Gómez y arreglamos los tres para ir a jugar ese torneo que perdimos la final con Sportivo", relató sobre su llegada a la I.
La clase de Martelli se explica en que, tras pasar por inferiores de Vélez, San Lorenzo y Platense; debutó en la primera de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en el 2000 con la camiseta de Argentinos Juniors en una visita a Racing de Avellaneda. Quien confió en el joven de 18 años fue Carlos Mac Allister pero recién volvió a estar en el banco de suplentes seis meses después. En quince partidos, el atacante compartió plantel con Rolando Schiavi, Christian "Gomito" Gómez, Fabián Garfagnoli, Darío Scotto y Roberto Monserrat, entre otros.
Cuando el Bicho descendió a la B Nacional en 2002, fue cedido a préstamo a Brown de Arrecifes en la misma categoría y su carrera entró en vaivenes de los que nunca pudo escaparse, tal admitió: "Me mandé muchas macanas y tomé decisiones equivocadas". El periplo empezó en Honduras a dónde fue por un representante que tenía pero se volvió a los cincos días porque no le gustó. "Creí que iba a estar en una playa del Caribe y nada que ver", bromeó. De vuelta en La Paternal, el director técnico Ricardo Gareca no lo tuvo en cuenta pero se quedó a pelearla a pesar de que tenía una buena oferta de Guaraní de Paraguay.
Su estadía en Argentinos Juniors se terminó pronto porque tuvo diferencias con el preparador Gustavo Quinteros, el mismo que años atrás dirigió a la selección de Bolivia: "Me lesioné en una pretemporada en la que me quedé a pelearla porque era el cuarto delantero y alguna posibilidad iba a tener. Cuando vuelvo de la lesión me trajeron dos delanteros y me calenté porque me sentí relegado. Son muy impulsivo y por ahí me equivoqué en reaccionar".
Sin lugar, el presidente Luis Segura le ofertó irse a Japón pero no quiso atravesar la misma situación que en Honduras y se fue a Colegiales a entrenar. "Esa fue la peor decisión que tomé porque no era el fútbol que me convenía a mí. Me trabé, no pude nunca estar bien y me empezó a costar conseguir club. No era la B Metropolitana de ahora sino que era mucho menos profesional y la diferencia con la A era mucho mayor a la actual", reconoció al mismo tiempo en que contó que pasó fugazmente por Platense hasta que se cansó y empezó a trabajar colocando equipos de aire acondicionado.
Su vuelta a las canchas fue en 2005 a Atlanta en la B Metropolitana pero, sin demasiado lugar en el equipo y con dificultades para adaptarse, se inclinó por seguir con su oficio porque le convenía económicamente. Años después, un familiar lo llevó a jugar a Tres Algarrobos en General Villegas donde fue campeón de la liga local y afrontó el Argentino B. Por sus actuaciones, fue contratado por diferentes clubes de esa asociación hasta que tuvo una nueva oportunidad en Estudiantes de Buenos Aires y terminó en Salto desde donde saltó a Independencia.
Entre medio, cada verano hizo hincapié en su tarea y actualmente también es chofer de un Uber, empresa que se instaló en Argentina a pesar de la resistencia de, sobre todo, los taxistas. "Nunca tuve problemas, trato de tomar ciertos recaudos como llevar los pasajeros adelante y no tener el GPS a la vista. Conozco compañeros que sí han tenido problemas", aseguró el delantero que cada fin de semana desde hace un año maravilla a los hinchas de Independencia con su fútbol, el que mamó en las inferiores de clubes de AFA y, al menos hasta el Clausura 2019, disfrutó la LDS. "No sé si seguiré el año que viene en Independencia porque falta mucho para que empiece el torneo, es muy largo el parate", cerró.