El 27 de julio pasado Gabriela G. denunció a Manuel Romero por haber abusado de su hija de 4 años en Gobernador Castro, pero no soportó verlo en libertad y tres días después decidió hacer justicia por mano propia: reunió a varias personas de su entorno y, en grupo, irrumpieron en la habitación que ocupaba el acusado en una pensión, le dieron una golpiza y le efectuaron varios cortes en sus miembros inferiores, tras lo que se dieron a la fuga.
Tras el violento episodio, Romero se reincorporó y salió a la calle, pero apenas caminó una cuadra: cayó inconsciente y nunca más reaccionó. En horas de la noche, falleció en el Hospital, donde había sido trasladado tras ser hallado en la vía pública
Los testimonios recogidos en la localidad señalaron a varias personas como autoras del hecho. Gabriela G. se presentó ante las autoridades judiciales por sus propios medios y se responsabilizó del hecho. Sus cómplices fueron detenidos a medida que avanzaba la investigación, a cargo de la fiscala Ramos.
En el transcurso de la instrucción y con las pruebas sobre la mesa, Ramos solicitó prisión preventiva para los detenidos y consiguió que se le dicte la medida a Gabriela G., de 34 años; a Antonia Beatriz Villalba, de 41; y a Julián Gallardo, de 27.
Por cuestiones familiares, Villalba fue beneficiada con arresto domiciliario, por lo que la prisión preventiva que se le dictó la cumplirá en su casa y su situación procesal es complicada, puesto que para la causa es una de las principales protagonistas de la golpiza que le costó la vida a Manuel Romero.
Néstor Fabián Laurito de 34 años y Carlos Alejandro Cuello, de 31, los imputados que permanecieron prófugos durante varias semanas hasta que se entregaron en la alcaidía de San Nicolás hace un mes, también correrán la misma suerte.
La fiscala Viviana Ramos pidió prisión preventiva para ambos, pero como fueron detenidos más tarde que el resto la decisión sobre el futuro procesal de estos dos hombres se definirá en las próximas semanas en el Juzgado de Garantías interviniente.
Tres de los cinco imputados permanecerán detenidos hasta el juicio, mientras que los otros dos, por haber permanecido prófugos y entregarse varias semanas después, aguardan la decisión del juez y correrían la misma suerte. Todos están acusados de matar a golpes a Manuel Romero, el hombre de 32 años que tres días antes de su muerte había sido denunciado por una de las detenidas por el presunto abuso de una de sus hijas de 4 años.