Preparan el llamado a licitación para otros dos carribares
El Gobierno debe convocar a los interesados en instalar comercios de este tipo en el Vía Crucis y en el Paseo Público, luego de que dieran de baja las adjudicaciones otorgadas porque los oferentes no presentaron la documentación. Además, buscan que todos los que ponen sillas en la vía pública paguen por ello.
A tres meses de que comience el verano y con dos fines de semana largos por delante, la ciudad se prepara para una nueva temporada turística que tendrá, luego de sancionada la ordenanza, por primera vez los cinco carribares autorizados en pleno funcionamiento.
Aunque algunos ya estaban en marcha desde antes, el vacío legal que existía en relación a este tipo de comercios generaba dificultades. Por un lado, era un negocio sin habilitación, por lo que el Estado se quedaba sin recaudar; por el otro, eran un riesgo latente para los consumidores, en la medida en que si algo pasaba no había figura legal a la cual reclamarle. Una tercera problemática era que podrían proliferar sin planificación, en cualquier espacio público.
Llevó años ordenar el tema
La ordenanza fue sancionada en 2016, siete años después de que entrara el primer proyecto, cuando el pionero de este tipo de emprendimientos quiso ir al Municipio a regularizar su situación.
Aunque pasó mucho tiempo, el Concejo Deliberante se dignó finalmente a darle tratamiento, debatir, hacer las modificaciones necesarias y crear una norma que regularice lo existente y ordene lo que vendrá.
En ese marco, la licitación abierta en enero tenía cinco adjudicatarios, uno por cada espacio definido en la ordenanza vigente. De ellos, dos adjudicaciones fueron dadas de baja y las otras tres siguen en pie. Las que quedaron vacantes serán puestas a consideración de quienes estén interesados en este tipo de emprendimientos, confirmó el Director de Rentas Hernán Abatángelo. La convocatoria –denominada “concurso” por la ordenanza– debe ser pública.
Tres carribares habilitados
Las concesiones que siguen en pie son la otorgada a Ángel Fabián Berthet para la explotación de un carribar en la plazoleta Fray Cayetano Rodríguez; otra a nombre de Pedro Agustín Alzogaray, en el Paseo Público II; y la tercera a nombre de Mauro Frumento, en avenida Juan de Garay, frente a Paseo Público lindero al Club Náutico, donde finaliza la escalera de madera que comienza en calle Bartolomé Mitre y Almirante Brown, según dice la ordenanza, aunque el decreto de adjudicación dice “Parque José Noveau”, que es donde se ubica la Pirámide de Mayo, antes de llegar a las canchas de tenis del club Náutico, sobre la barranca.
José David Moragues tenía la del Vía Crucis que luego se ubicó el Parque Ejército de los Andes y Mariana Paola Zárate la del Paseo Público I, aunque esas adjudicaciones se dieron de baja porque los titulares no cumplieron “con la presentación de los avales, seguros y documentación requerida previo a la firma de los contratos, estando debidamente notificados”.
Mesas y sillas pagan
Esta semana, la Dirección de Rentas recordó que las mesas y sillas que se disponen en la vereda deben pagar por el uso del espacio público.
El canon vigente es de 1.126 pesos por mes por hasta 20 mesas con cuatro sillas cada una; si se pasa, debe pagar $ 1.689. Sólo sillas, hasta 10, $ 209; si se pasa, $ 313.
Según la ordenanza vigente, sólo puede haber mesas y sillas en las veredas “con un ancho mínimo de dos metros medidos desde el cordón a la línea municipal en su parte más angosta”. Debe haber, siempre, “un espacio peatonal libre de un cincuenta por ciento como mínimo para la libre circulación de los peatones”.
Además, sólo pueden estar en la vereda del frente del comercio. En caso de ocupar la del vecino, deben tener autorización fehaciente del propietario. Los elementos “deberán ser removibles no pudiendo estar adheridas ni al suelo, ni a la pared” ni dificultar la visibilidad de los conductores de vehículos.