Ante la posibilidad de que se apruebe la ley por lo que las empresas de medicina prepaga deberán permitir el ingreso a personas con enfermedades preexistentes, ya se escucharon las quejas y amenazas de los directivos de las mismas. Aparecieron en los medios las primeras declaraciones sugiriendo que las empresas del sector irían a la quiebra de aprobarse esta ley. Parece que los asociados de las empresas de medicina prepaga deben aceptar los reiterados aumentos en las cuotas que se abonan mensualmente, no hay posibilidad de esquivar dichos aumentos, los pagás o te desafiliás, así de simple y así de injusto. Ahora bien, ellos, los directivos de las empresas de medicina prepaga, no toleran bajo ningún punto de vista que se les meta la mano en el bolsillo, no están dispuestos a ganar menos y prestar un servicio tan importante como es la salud de la población.
Las tres empresas líderes en medicina privada del país facturan al año algo más de 5.500 millones de pesos y a este número hay que sumarle todo el dinero que se cobra como co-pago por todas esas prestaciones que no están cubiertas sólo con la cuota mensual, algo que al afiliarse rara vez explican. Entonces cada una de ellas gana al año más de 6.000 millones de pesos.
Es verdad que la salud pública argentina está siendo devastada por este gobierno y lo fue también por los anteriores, por lo que las prepagas no serían las responsables de tener que absorber las carencias de un Estado que no brinda lo indispensable a su pueblo, pero prestar un servicio de medicina privada a personas que pueden pagarla debe incluir también a tres personas que además de poder pagarla están enfermas, antes o después de afiliarse. ¿O será que la medicina en el siglo XXI es para los sanos y no para los enfermos?
Ha llegado la hora de que vuelva la medicina humanitaria que predicaba René Favaloro, es hora de que el comercio de la medicina se apacigüe al menos un poco.
Nuestros padres, ya abuelos, se merecen poder contar con atención médica pública o privada, gratis o paga pero que los incluya a todos. ¿No es discriminación impedir el ingreso a una prepaga a una persona enferma? Me parece que esta ley debe ser tratada con urgencia y sancionada, en un gesto de nuestros representantes, por proteger la salud de los que no tienen voz ni voto: “Nuestros mayores”
Y si van a la quiebra, pueden estar seguros de que no será por déficit económico, sino por no estar dispuestos a brindar medicina humanitariamente para todos por igual, o por no tolerar ganar menos. En el mes de Febrero de 2011 las prepagas vuelven a aumentar un 15% sus cuotas mensuales.
Saquen la cuenta: A 6.000 millones de pesos, agréguenle un 15 por ciento más.
Andrés Estévez – DNI 20.018.268
Ads