Preocupación por los focos de contaminación de los arroyos rurales
Alumnos de 1er año de ESB de la Escuela Agrotécnica investigaron la contaminación en los arroyos rurales del partido. Si bien los análisis bioquímicos dieron dentro de los parámetros normales, hay preocupación por el futuro de estos cauces de agua.
Son sampedrinos de ente 12 y 13 años. Están muy en contacto con la zona rural y tienen, como gran parte de su generación, una gran conciencia ambiental que los lleva a preocuparse por la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible.
Se trata de los alumnos de primer año “A” de la ESB de la escuela Agrotécnica, que decidieron junto a su profesor de la materia “Construcción de la Ciudadanía”, realizar una reveladora investigación sobre el estado general de nuestros arroyos rurales.
Es que el tema del agua viene siendo recurrente en la agenda de debate público. Según comentó el docente (el flamante Director de Deportes, Sebastián Estévez), fue la cuestión de la contaminación de Papel Prensa, sumado a que los chicos vieron en otras materias la poca disposición de agua que habrá en el mundo en los próximos años, lo que motivó a los chicos a elegir este tema entre otras 5 o 6 propuestas.
La preocupación
Los cinco arroyos más importantes del partido son el Tala, Burgos, Espinillo, Espinillo Seco y Espinillo chico. El más importante, es el Tala que nace en Ramallo y desemboca en el riacho Baradero. Se estudiaron tres puntos específicos: El paraje “Villa Sarita”; la zona de la ex Ruta 9 en su cruce con el arroyo el Tala; y el camino a Vuelta Obligado, en la zona donde este cruza el arrollo Espinillo.
Lo primero que se constató, fue la contaminación visual de todos lugares que antes eran puntos turísticos y lugares recreativos. A simple vista se han convertido en centros de depósito de basura domiciliaria, plásticos, envases en general etc.
En segundo lugar, se midieron los niveles de contaminación por escurrido de agroquímicos, y por desperdicios orgánicos. En ese sentido, el ambientalista Quique Sierra, comentó que la úrea granulada, uno de los fertilizantes más comunes, se descompone en nitrógeno y en amoníaco que muy frecuentemente escurre hasta los cursos de agua. Además, hay que tener en cuenta que tanto las cloacas de varias localidades, como los deshechos de un frigorífico, van a parar en el arrollo el Tala, circunstancia que podría modificar la normal composición química del agua.
Si bien los análisis bioquímicos dieron dentro de los parámetros aprobados por la Secretaría de Medio Ambiente, la bioquímica Sonia Birador comentó que esos análisis “deberían hacerse con un seguimiento durante el año”, para poder medir por ejemplo, la influencia de las subidas y bajantes de los ríos, el efecto de “escurrido” de productos químicos y la aplicación de herbicidas a lo largo del proceso productivo, etc.
El Director de Deportes y docente de la materia, opinó que “necesitamos que los organismos de control, a través del gobierno, comiencen a actuar en forma constante”, porque “estamos llegando al punto de no retorno”.
Una de las cuestiones que enseguida se desprendió de la investigación, fue el efecto que podría llegar a tener el arrastre de estos arroyos sobre el río Paraná “estamos tirando desperdicios no degradables al río” comentó el docente. “Ya empieza a faltar el agua en muchas partes del mundo, y nosotros la contaminamos en un viva la pepa”.
La expectativa del grupo, es que a partir de la difusión de esta inédita investigación, que ni el INTA ni las entidades ruralistas tienen registro de que se haya realizado anteriormente, se logre hacer algo para detener una situación que puede terminar siendo irreparable. “Ya que el análisis bioquímico dió bien, con sólo aplicar las soluciones que dan los chicos, recuperamos todos esos espacios” dijo Estévez.
Las soluciones
Los alumnos sugieren a los productores el investigar e informarse, previo a la aplicación de cualquier agroquímico, de su efecto residual y su relación con la lluvia y viento. Además, consultar pronósticos extendidos, con el fin de prever lluvias y vientos fuertes que actúen como agentes multiplicadores y faciliten el escurrido de los agroquímicos. En cuanto a la contaminación por basura domiciliaria, proponen facilitar el depósito y transporte de desperdicios de todo tipo en la zona rural