Un reglamento del Pami dice que los prestadores de la salud no deben extender los turnos médicos más allá de quince días, precisamente lo que una clínica privada local no está cumpliendo.
El sistema que adopta la misma es de extender los turnos en la especialidad de endocrinología en casi dos meses y medio; para neurología no estaban dando turnos a mediados de marzo, por razón de que para abril ya no había más números y el neurólogo (rosarino) no permitía dar más turnos a futuro.
El endocrinólogo atiende seis pacientes de Pami cada quince días. El neurólogo atiende nueve pacientes por semana, siempre y cuando no le surja algún inconveniente y se cancelan los turnos.
Pensando en la cantidad de pacientes de Pami: ¿alcanza con que haya dos endocrinólogos para toda la población de abuelos que lo necesiten? ¿Realmente alcanzan dos neurólogos?
Esta cuestión de no lograr un turno a la brevedad para mi problema de tiroides, se lo plantee al Director de la prestadora, quien escuchó atentamente mi relato. Luego con mucha preparación académica pero lamentablemente con poco trato humanitario, me aconsejó irónicamente el volver a otra clínica para que mi anterior endocrinóloga continuara atendiéndome y además mi problema no le interesaba, porque los reglamentos de Pami eran ¡así de grandes!
Sugerí al director que si tantos eran los reglamentos, bien vendría que exhibieran algunos en las paredes de la clínica, así de esta manera sabríamos cuáles son nuestros derechos. Este sistema perverso de atención lo único que genera es malestar, pérdida de tiempo y una peregrinación incesante a las autoridades de Pami, quienes recomiendan regresar a la clínica, localizar a la señora de tal y entregarle la derivación del médico de cabecera constatando que es urgente. Al día de la fecha tengo turno para mi endocrinólogo particular, pero este sistema manipulador, autoritario, no debería existir; no por mí, que aún puedo defenderme, sino por aquellos que se encuentran solos y abatidos por los años.
Ana – DNI. 10.670.751
Ads