Por primera vez, Víctor Hugo Ríos tendrá interna en Uatre Río Tala
El histórico dirigente de la seccional de los trabajadores rurales de esa localidad deberá medirse en elecciones con la lista que encabeza Rodolfo Valenzuela. Polémico, Ríos forma parte de la estructura desde que en los años 90 fue nombrado empleado de Osprera para en la siguiente década quedar al frente del sindicato talense. Ahora, distante de Cecilio Salazar pero con otros apoyos, tendrá una dura batalla para retener la conducción.
Julio Grondona decía que “todo pasa” y fue una de las frases utilizadas cuando su fallecimiento lo dejó al fin afuera de la conducción de la AFA, para la que siempre salía electo. Sirva el ejemplo para hablar de un histórico dirigente sindical que ahora, por primera vez en casi 15 años, deberá medirse con una lista opositora. El 3 de octubre habrá elecciones en Uatre Río Tala y la continuidad del liderazgo de Víctor Hugo Ríos está en duda.
La lista verde y blanca “Progreso Talense”, encabezada por Rodolfo Valenzuela, Juan Ángel Giménez, Verónica Hernández y Diego Vera es la primera organización opositora a Ríos que logra inscribirse en la Junta Electoral nacional del sindicato de los trabajadores rurales para competir por la conducción de la seccional Río Tala.
Para ello tuvieron que sortear no pocos escollos. La normalización vía elecciones ya era complicada, porque si bien la seccional 159 de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores tenía muchos afiliados no había los 100 aportantes exigidos para considerar una seccional, un dato muy llamativo que, como se verá más adelante, al calor del agitado universo del trabajo rural en la golpeada comunidad tálense, no lo era tanto.
Actualizados los 100 aportantes, el sindicato llamó a elecciones y la lista de Valenzuela, como otras veces lo hicieron otros que consideran que es necesario superar la era Víctor Hugo Ríos, fue presentada. Esta vez, una serie de contactos en los más altos niveles de Uatre permitieron que no aparecieran objeciones de todo tipo, como sucedió en otras oportunidades, y que la agrupación opositora siga en camino rumbo a la fecha en que el mandato de los afiliados decidirá los destinos gremiales.
Cuando lo obvio deja de ser tal
“Para recuperar el Sindicato y hacer cumplir los derechos de los trabajadores”, dice los de “Progreso Talense”. El listado de propuestas con la que lanzaron su campaña habla por sí mismo. Si hay una lista que dice que va a cumplir con ellas, es porque algo no está funcionando del todo bien.
Hablan de hacer cumplir las leyes vigentes, de incentivar a los empleadores a utilizar la Libreta de Trabajo “para que los trabajadores tengan acceso a los beneficios de la seguridad social rural”.
Una obviedad que no lo es tanto. Es que en Río Tala son muchas las quejas de quienes no son convocados a trabajar, por un lado, y de quienes se encuentran desamparados ante por ejemplo una situación de salud porque, extrañamente, se encontraron en algún momento con que no estaban registrados como corresponde.
Una referencia a la “participación activa de las mujeres en las actividades de la Uatre” da cuentas de al menos dos cosas: una, que la dominación simbólica de los hombres está arraigada en la práctica sindical rural; dos, que lo que muchas mujeres dicen por lo bajo y con vergüenza respecto de ciertas actitudes de sometimientos varios a las que son expuestas tienen visos de realidad.
Dignificar al trabajador a partir de la alfabetización, la capacitación para la vida gremial, el ofrecimiento de cursos de oficio, la gestión de programas de ayuda escolar para los hijos de los trabajadores y un “sindicato de puertas abiertas” que “atienda las necesidades” de sus afiliados, que asesore sobre recibos de sueldo, vacaciones, prestaciones sociales, etc., forman parte de la plataforma de la lista.
Como si todo ello no fuera suyo en la existencia misma de una organización gremial que puede dar muestras del desarrollo de esas actividades en San Pedro, Gobernador Castro o Santa Lucía.
Un dirigente polémico
Víctor Hugo Ríos es empleado de Osprera desde los años 90, cuando la seccional San Pedro de Uatre la conducía su suegro, Alberto Monzalvo. Luego, con el desembarco de quienes hoy conducen el gremio a nivel local, recaló como “normalizador” de la seccional Río Tala, donde lleva alrededor de 13 años al frente.
Su conducción ha sido férrea y personalista, lo que no es ninguna novedad en el mundo sindical ni en la Uatre. Sus contactos con hombres del secretariado nacional como Clemente Iriarte u Oscar Ceriotti le permitieron sortear algunas complicaciones que incluso llegaron a enfriar la relación con Cecilio Salazar, al punto de que en las elecciones 2013 se lo pudo ver trabajando en la campaña para la lista de Guacone, a pesar de que Iván Paz y Horacio Neyra encabezaban la de FE, de la que quedó afuera a pesar de que esperaba un lugar preponderante.
Su seccional ha sido una de las más golpeadas por los asaltos los días de pago. Él mismo resultó herido de bala alguna vez en confusos episodios. De un tiempo a esta parte, su conducción recibe quejas respecto de presuntas arbitrariedades en la designación del personal que sale del sindicato.
Incluso se lo vincula con el negocio del transporte que lleva hacia la zona rural de Río Tala a trabajadores desde San Pedro, como si en la localidad no hubiese personal disponible.
En el Hospital y otros centros asistenciales de salud saben de las llamadas “afiliaciones urgentes” que hace la obra social Osprera cuando un trabajador rural tiene un problema de salud pero, oh casualidad, no figura en los registros del sistema. Esas situaciones siempre fueron materia de sospecha. Alguna vez Ríos habló de ello y se escudó en la responsabilidad que les cabe a los empleadores.
Su figura tiene respaldo entre algunos productores y resquemores entre otros. Los segundos dicen que la condición de los primeros obedecería a favores recíprocos.
La estacionalidad del trabajo rural hace que quienes cobran asignaciones universales prefieran seguir trabajando en negro. Si bien se supone que el sistema le “devuelve” el beneficio una vez que terminó la temporada y llegó la baja de Anses, lo cierto es que ese trámite demora entre tres y cinco meses, por lo pronto demasiado para alguien cuyo jornal es de 335 pesos diarios y cada tanto.
En el propio sindicato a nivel nacional alguna vez le llamaron la atención por la ostentación material: cadenas y pulseras de oro, vehículos de alta gama. Su respuesta cuando es consultado sobre lo que se comenta en la calle sobre su rol sindical es que le “tienen bronca”.