Polémica y dolor por la muerte del policía Marcelo Bogado
El trágico accidente en el que perdió la vida un agente del destacamento de Pueblo Doyle, desató innumerables y viejas quejas sobre el estado de ese acceso a la ciudad. Los restos de este policía de 37 años, padre de tres hijos, fueron despedidos con honores el pasado viernes en el cementerio. Su compañero, aún está internado en la Clínica San Martín fuera de peligro pero con múltiples fracturas en una de sus piernas.
El fallecimiento de Marcelo Bogado, el policía de 37 años que el jueves de la pasada semana pasada perdió la vida tras embestir la patrulla que manejaba un árbol ubicado en la banquina de la ruta 191, puso nuevamente el énfasis en el debate por los riesgos que implica el recorrido de esa vía de acceso a la ciudad, altamente transitada todos los días.
Vecinos de la zona, productores viveristas que todos los días deben circular por esa ruta y personas ligadas al transporte, se hicieron eco del dolor y la preocupación que rodeó a la desaparición de este agente de policía.
El cuestionamiento principal se viene dando desde hace tiempo y apunta a la necesidad de retirar los 1.050 árboles que están ubicados en las banquinas y que según dicen, han causado más de 20 muertes en unos 20 años.
Un productor confirmó que ésa es la cantidad exacta de ejemplares porque entre otras propuestas, se le había acercado a la municipalidad la idea de donar el doble de árboles para ser plantados en otras zonas con la condición de que ésos sean retirados de la vera de la ruta. “Los árboles dejaron de ser bellos para ser criminales. No podemos tener una entrada de seis kilómetros con ese peligro”, explicaron.
Lo que aseguran quienes defienden la postura de retirar esta arboleda, es que muchos de los accidentes ocurridos tendrían un final menos trágico de no existir esos árboles. “Reventás una goma, o pestañeás y los tenés encima porque no tenés lugar para esquivarlos”, agregan. Mientras otros organismos como Codefar, de larga trayectoria en la defensa del medioambiente mantienen una postura diferente, todos coinciden en que la prioridad es la vida humana y por eso las autoridades tarde o temprano, tendrán que responder con una solución definitiva.
Adiós al Sargento Bogado
Marcelo Bogado tenía 37 años y tres hijos varones de 16, 13 y 6 años. Hacía 14 que cumplía funciones como policía, siempre en San Pedro, para estar cerca de sus chicos y su esposa Alejandra.
Desde hacía un tiempo, había sido destinado a la patrulla rural con asiento en el destacamento de Pueblo Doyle.
El jueves feriado, estaba de servicio pero había podido ir a almorzar a su casa con su familia. Después de una siesta volvió al destacamento en su propio automóvil. Pero un compañero suyo, le pidió que lo llevara a la Comisaría de San Pedro.
Cuando conducía la patrulla, una de las Ford Ranger 4 x 4 que entregó la provincia recientemente, y a la altura aproximadamente del kilómetro 9, el vehículo se despistó por causas que aún no están claras y embistió uno de los árboles de la banquina. El golpe le produjo una fractura en la base del cráneo y falleció inmediatamente. Su compañero de 51 años, sobrevivió pero sufrió lesiones graves. Múltiples fracturas de fémur en una de sus piernas, en las costillas y policontusiones por las que permanece internado en la Clínica San Martín. Fuentes de la Comisaría informaron que por el momento no había podido ser intervenido quirúrgicamente y que había perdido mucha sangre por las heridas, pero que se mantenía estable. Aunque la recuperación le demandará un largo tiempo.
Lo que había llamado la atención del accidente es que la patrulla estaba cargada con troncos, pero según se informó era leña para el hogar del destacamento de Doyle porque la dependencia no cuenta con otro tipo de calefacción.
En cuanto a la investigación del caso, los jefes policiales explicaron que aún era prematuro establecer posibles causas y que las pericias están a cargo de un ingeniero mecánico del Juzgado de San Nicolás. Al tratarse de un agente en servicio, también se disponían de gestiones administrativas para dar de baja el vehículo que se utilizaba como patrullero.
El viernes, los restos del Sargento Bogado fueron despedidos con honores por sus pares, sus familiares y amigos en el cementerio.
Una amiga íntima de la familia aseguró que aún nadie puede considerar su desaparición. “Era un muy buen tipo. Buen padre, buen esposo, siempre decíamos que además de policía, era albañil, plomero, gasista, porque hacía de todo en su casa. Y era muy cuidadoso manejando, por eso es increíble lo que pasó”, dijo.