Polémica por la construcción de un astillero
Los trabajos comenzaron el fin de semana. La empresa que dirige Ignacio Gualtieri (foto), sobrino de Victorio, realiza trabajos para la firma Kovacs, a quien se le otorgó el lugar. Gualtieri informó que piensa radicar una de las empresas familiares en San Pedro por su cercanía con el territorio isleño.
Durante la tarde del sábado, los vecinos vieron con asombro e incertidumbre que un barco atracaba en un terreno del barrio “Las Canaletas” que está pegado al espacio cultural, al lado de la Cooperativa. El lugar es conocido por un gran galpón de ladrillos huecos y por el nombre de concesión: el terreno de Kovacs.
El 12 de abril de 2002, el Concejo Deliberante informó que mediante las ordenanzas 5.254, 55 y 56 dejaba sin efecto el convenio multilateral que se firmó el 12 de noviembre de 2001 entre el Intendente Barbieri y Renón Almada, José Manuel Fasce y Jorge Andrés Kovacs para dividir el espacio en tres y otorgar por diez años un permiso precario de uso para cada uno. Los proyectos no avanzaron y sólo se construyó el galpón de Kovacs para un taller naval. En abril de 2006, a cuatro años del otorgamiento, un pedido de comunicación solicitaba a la Intendencia “revoque por incumplimiento los permisos de usos precarios otorgados” por las ordenanzas de 2002. El Ejecutivo resolvió otorgar mediante la ordenanza 5.784 un nuevo permiso de uso durante cinco años del terreno en el que ahora se comenzó la polémica obra a la Cooperativa Las Canaletas.
Primeros pasos
Del barco bajaron una importante cantidad de máquinas excavadoras, siete trailers y alrededor de ocho trabajadores. La empresa que trabaja en el lugar –alambrado desde hace años– es GCI S. A. Los empleados explicaron que trabajan “para una empresa constructora”, “Sabavisa, con b larga la primera y la segunda v corta”, informó otro.
No quisieron dar detalles, pero dijeron que “se van a realizar dragados para contener las inundaciones en la islas Lechiguanas”. “Este dragado aumenta las defensas para los terrenos donde va a haber soja y vacas”, relataron. “En las islas Lechiguanas existen 58.000 hectáreas y esto viene a ser un taller central, o sea un obrador donde vamos a guardar máquinas y todo lo necesario”, dijeron los trabajadores. El encargado, de apellido Monzón, no fue tan amable ante las preguntas, que no contestó.
Otra vez el apellido Gualtieri
El dueño de la empresa es Ignacio Gualtieri, hijo de Salvador, quien falleciera en la ciudad hace pocos meses, y sobrino de Victorio, reconocido entre otras cosas por su empresa Deltagro S.A. y las visitas no muy amables hacia los vecinos de las islas para desalojarlos de sus viviendas.
“Nosotros fuimos contratados por Kovacs para hacer los movimientos de suelo e instalar un astillero”, afirmó el empresario. Admitió que necesitan una base de operaciones cercana a Lechiguanas y que la ciudad es un gran punto.
Los vecinos con opiniones diversas
Si se concreta cualquier obra, el ámbito cambiará en todo sentido, desde la tranquilidad, el paisaje y el tránsito. “Nos sentimos invadidos, como soldados que bajaban del barco, las máquinas de inmediato empezaron a prenderse, eso nos impresionó”, contó una vecina. Por otra parte, varios de los frentistas de la calle San Lorenzo dijeron que no les molesta: “Será una importante fuente de trabajo y además se va a terminar la mugre. Mi hijo mató una yarará y hasta los chorros se esconden ahí”, dijo una mujer.
Accionar municipal
El Secretario de Obras Públicas Pablo Zeme se enteró de la situación por los medios: “Con los vecinos tengo una buena relación, tienen mi celular. Si me hubieran llamado el sábado, mando personal municipal al lugar y las máquinas ni bajan”, comentó. Durante la mañana del lunes, los inspectores municipales realizaron una visita al predio y dejaron una notificación en la que citaron para el martes a los representantes de la empresa Sabavisa S.A. La presentación nunca se concretó, y en la mañana del martes los agentes de gobierno notificaron sobre la suspensión de tareas ante la falta de documentación en el Municipio. Instantes después de que los inspectores se retiraran, el trabajo continuó como si nada. “Yo no soy el que se debe presentar”, dijo Gualtieri, aduciendo que sólo fue contratado para el movimiento de suelo. Zeme adelantó: “Vamos a avanzar hasta donde se pueda. Lo vamos a ir manejando para pararlo”. “Nosotros compartimos plenamente el proyecto que presentaron los vecinos de Las Canaletas que realizarían junto a el Ministerio de Desarrollo Social, inclusive pensamos en algún futuro poder hacerlo con fondos municipales”, agregó.
Según el funcionario, “la concesión está caduca de hecho por incumplimiento. Pero hay que ver si se debe hacer algo desde lo administrativo”.
Al cierre de esta edición, ninguna de las partes que trabaja o es parte del proyecto se acercó al Municipio para llevar ninguna documentación, por lo que Zeme dijo: “Vamos a mandar las actuaciones a Asesoría Letrada y al Juzgado de Faltas para que vean que se debe hacer”.