Polémica por el tratamiento de un caso de violación
El caso de las dos niñas violadas el 1º de Enero desató una discusión de proporciones. El delito pasó a segundo plano cuando una importante cantidad de ciudadanos comenzó a dudar sobre los hechos, olvidando que también el “estupro” está penado por la ley.
La nota publicada hace más de seis meses por el Dr. Benito José Aldazábal, ante un presunto caso de violación, cuyo autor fue liberado a los pocos meses se convirtió en una premonición.
Por entonces, su estudio jurídico advirtió a la sociedad sobre los peligros que acechan a quienes mantengan relaciones con menores sean éstas forzadas o no. En síntesis, auguraba una catarata de denuncias, sobre todo en aquellos casos donde los “violadores” puedan sustentar económicamente una posible indemnización y por ende, el retiro de una demanda penal. Aunque resulte deleznable, la realidad se acerca de manera peligrosa.
La mayor parte de la población, repudia de manera inmediata todo tipo de delito aberrante e incluso en las unidades penales, quienes perpetran este tipo de ilícitos de instancia privada son llevados al peor de los escalafones entre los propios presos.
Hace pocos días y en juicio abreviado un “chico bien” fue asesorado para cumplir con una mínima condena y sin estar tras las rejas, tras haber abusado durante cinco años consecutivos de dos menores de cinco y nueve años.
El padre de las niñas, ante la impotencia de enfrentarse al escarnio del resto de su familia, tuvo que bajar el tono de su pelea en la justicia para preservar lo poco que quedaba sano en su familia.
La semana pasada, una mamá de 20 años, denunció que su concubino había abusado de su beba. Tras constatarse algunas lesiones, la mujer sólo pretendía vengarse del hombre que no solo había vejado a la menor, sino que había incendiado su casa y golpeado a su pareja, como si se tratase de un episodio cotidiano.
Ahora, la violación de dos menores el pasado 1º de Enero por parte de una persona que goza de gran aceptación social, empujó el debate hacia zonas más complicadas.
Dos niñas en la madrugada
En las primeras versiones que se manejaron, se indicó que dos menores de 13 y 14 años, circulaban por la zona de Padre Santana y 3 de Febrero cuando fueron víctimas de un delito caratulado como “abuso sexual agravado”. Según algunas fuentes, las menores regresaban del Baile del Club Náutico cuando “una persona las interceptó con el rostro semi cubierto. Tenía un arma con la que las amenazó, para evitar que una de ellas escapara”. Versiones extraoficiales indicaron que el depravado las obligó a mantener sexo anal.
Lejos de cuestionar el motivo por el cual dos niñas de esa edad circulaban tras salir de un lugar de esparcimiento donde estaba habilitado el ingreso de menores, varias personas comenzaron a hacer conjeturas sobre la relación del presunto violador con las púberes.
Con la misma camioneta con la que realiza viajes de media y larga distancia para una conocida empresa de transporte de la ciudad, el hombre perpetró el delito que como mínimo se califica de estupro. Esto es, cuando un mayor mantiene relaciones sexuales con una menor.
Causa que sumará causas
El Instructor Judicial de turno siguió paso a paso las actuaciones, a punto tal que ante las versiones que comenzaron a circular en la ciudad comentó a este medio: “Hay elementos importantes y suficientes que nos hacer decir que es la persona” sostuvo y agregó como detalle que “el padre iba en búsqueda de las chicas, pero ellas se adelantaron porque tenían frío y se fueron caminando”.
Con respecto a la rueda de reconocimiento no hubo mayores novedades, pero se sabe que las menores son asistidas por la UCEFF y que el informe del médico forense indica que las niñas eran vírgenes a la hora de perpetrarse el hecho.
En una definición aún mas arriesgada, De Nicola dijo que Pérez quiso involucrar a otra gente pero “no tenía coartada, todo cierra. Estábamos buscando a un sicótico” aunque no tiene antecedentes.
Ahora habrá que esperar las medidas que imponga la UFI Nº 3, de la Dra. María Helena Terreno y el Juzgado de Garantías a cargo de la Dra. Maiztegui.
No será este el único trabajo para la Justicia ya que deberán abrir otra investigación por el intento de suicidio que protagonizó Pérez en el interior de su calabozo.
Matarse con una “Prestobarba”
Durante la mañana del Sábado, varios rumores indicaban que Pablo Pérez había intentado quitarse la vida. El hecho fue rápidamente desmentido por la Policía. Sin embargo, apenas pasadas las 13:30 hs, una ambulancia llegó a la Comisaría local para trasladar de urgencia al Hospital a Pablo Pérez.
Casualmente… en el lugar se encontraba el Dr. De Nicola quien había citado a un periodista de este medio para ofrecerle precisiones sobre la investigación.
Fue en ese y no en otro momento en el que se trasladó al detenido a la guardia del Hospital donde recibió atención inmediata por parte de la guardia y del Dr. Rolando Constantín.
Familiares y amigos llegaron al lugar de manera inmediata e indignados por la difusión que la policía le había dado al nombre del acusado, intentaron saber sobre su estado de salud.
Constantín indicó que el detenido estaba fuera de peligro y que había intentado cortarse en las muñecas y en el cuello, pero que no se habían afectado tendones ni arterias.
Instantes después ingresó el Dr. José Dubbini, quien anunció que se realizaría una cirugía reparadora y que por tal motivo debía permanecer internado en el lugar ya que estaba bajo efectos de sedación.
El parte oficial emitido por la guardia del Hospital fue comunicado casi media hora después, cuando se anunció que el joven debía recuperarse de las lesiones sufridas y que no se podía determinar cuál era el elemento cortante que había utilizado.
Mientras las aguas se agitaban en el Hospital, el Capitán Pedro Biaín, intentaba explicar cómo se habían concatenado los acontecimientos, informando a sus superiores de Asuntos Internos ya que de manera inmediata debía iniciar un sumario interno a los agentes que tenían que custodiar a los presos.
Biaín balbuceó las primeras explicaciones diciendo que se les facilita a los detenidos en horario de visita, una máquina de afeitar para poder presentarse ante sus familiares y que por tal motivo, podía encontrarse en la zona de calabozos. Luego comenzó a intentar con argumentos más precisos y describió la inspección realizada en el lugar donde Pérez intentó quitarse la vida, diciendo que había utilizado pedazos de plástico de una maquinita de afeitar cuya parte filosa había sido arrojada al inodoro.
En síntesis, para cualquier buen entendedor: una máquina de afeitar ingresó o estaba en el calabozo y Pérez además de pasar por una crisis emocional que lo llevó a querer quitarse la vida, tuvo la delicadeza de hacer desaparecer los elementos principales en el inodoro.
Dos hipótesis
Los días que están por venir dirán cómo continúa la investigación y el proceso. Por lo pronto, Pérez ya cuenta con el patrocinio de un abogado nicoleño y las víctimas con las pruebas que ya tiene en sus manos la Fiscalía.
En cuanto a las alternativas para el detenido caben dos posibilidades. Es común entre los abogados penalistas ante un caso de violación o abuso, recomendar a sus representados autolesionarse para evitar el traslado a una unidad penal, donde por cometer ilícitos de índole sexual reciben un castigo brutal por parte de sus pares. La otra es la que señala que si realmente Pérez quiso quitarse la vida en un profundo ataque de depresión, lo haya hecho con elementos que jamás podrían haber pasado desapercibidos para quienes tenían que custodiarlo.
Sea por violación o por estupro, el delito ha sido perpetrado y habrá que esperar el paso de las horas para saber si los reclamos de familiares y amigos, logran demostrar que el joven no fue el responsable del aberrante delito.
La insólita conferencia de prensa
El Viernes 2 de Enero, los medios de comunicación asistieron a una inédita conferencia de prensa. Por primera vez, la propia policía daba a conocer los datos filiatorios del presunto violador, alertando a la comunidad sobre la peligrosidad de tener en su seno a un sujeto de estas características. Las protestas de amigos y familiares no se hicieron esperar ya que no es habitual que sin condena firme se ofrezcan estos detalles a la opinión pública. Para colmo de males, fue el propio Capitán Carlos Alberto Cocco quien relató que el procedimiento realizado por violación había tenido lugar cuando Pablo Enrique Pérez, trasladó a las niñas a un baldío, para someterlas manteniéndolas amenazadas entre el rodado y una pared. Allí se produjo el acceso carnal por vía anal. En la misma oportunidad el representante de la DDI, Capitán Gabriel Constanzo, en presencia del Secretario de Gobierno Juan Almada y del Capitán Pedro Biaín, dijo “Hay elementos que nos hacen suponer la autoria”. Como medidas ampliatorias se exhibió la camioneta y el celular que habían sido reconocidas por las víctimas. Sostuvo además que en la casa de “French 170 se secuestraron prendas que las menores reconocieron: calzado y buzo o camperita.
Allí también se anunció que la Dra. Helena Terreno le tomaría declaración y se citó a todas las personas que puedan haber sido víctimas de Pérez a prestar testimonio, ya que sospechan que tiene otros antecedentes.
“Sería importante ya que comprobamos este hecho comprobar otros anteriores”, sostuvo el funcionario. “No tenía antecedentes, pero el modus operandi es similar a otros ya realizados. No se secuestró ningún arma de fuego, sintieron en la cintura algún tipo de arma, pero no vieron un arma. Queremos ver si podemos reafirmar que este sea un reiterado delincuente. Nosotros necesitamos que la ciudadanía, las víctimas de los intentos de violación puedan establecer quienes son.”
Con estas declaraciones se iniciaba una seguidilla de opiniones cruzadas que terminaron el Sábado en horas del mediodía con un intento de suicidio por parte del acusado.