Podría perder un ojo la víctima de un robo
Es Pablo Orrego, un hombre de 63 años que sufre de una discapacidad física. Tres o cuatro jóvenes entraron en su casa para robarle el televisor, una radio y una garrafa. Como los vio, le arrojaron bolillas de vidrio con una gomera acertándole en uno de sus ojos. La policía hizo allanamientos y al cierre de esta edición se reunían pruebas para detener a los autores. Algunos serían menores de edad.
Un hombre mayor pensionado y con problemas de motricidad fue víctima la semana pasada de un robo seguido de agresión poniendo otra vez en evidencia la crueldad con la que actúan ciertos jóvenes delincuentes.
Fue el sábado a la madrugada según explican allegados a la víctima que vive solo en una sencilla casa que está ubicada en Javier Rivero 545, casi esquina Saavedra.
Se llama Pablo Orrego, tiene 63 años y sufre de una discapacidad física que le impide movilizarse correctamente.
Su cuñado explicó a este medio que esa madrugada, Orrego se encontraba sentado armando un cigarrillo y al mirar por una ventana hacia el lote de su vivienda, vio a estos jóvenes. Como ellos se encontraron sorprendidos en su intención, comenzaron a atacar a la víctima arrojándole bolillas de vidrio –de las que usan los niños para jugar- con una gomera. Uno de los improvisados proyectiles dio en un ojo de Orrego provocándole una lesión de gravedad que todavía está siendo evaluada por los médicos.
Después de agredirlo, los ladrones forzaron una reja, entraron y se llevaron los elementos de mayor valor, como un televisor, una radio, una garrafa 10 kilos, y un reloj de pared. Pero también provocaron daños. “Rompieron todo lo que vieron, aunque no había ninguna necesidad, como un ventiluz y una pileta del baño. Hasta desparramaron el jabón en polvo con el que se lava la ropa. Mi cuñado es una persona que casi no puede caminar, anda con bastón pero agarrándose de las paredes. No le hace mal a nadie; y actuaron con una cizaña terrible”, explicó el familiar indignado.
Se cree que el robo ocurrió alrededor de las tres o cuatro de la mañana, pero Orrego no lo recuerda bien. Su familia considera que quizás se desmayó por la lesión que le provocaron en el ojo. Y estuvo en ese estado hasta entrada la mañana, cuando una vecina lo fue a ver y descubrió lo ocurrido.
Al cierre de esta edición, se aguardaba un nuevo diagnóstico médico pero el cuñado de la víctima explicó que existían altas probabilidades de que sufriera la pérdida total del ojo.
La enésima vez
Aunque en otras ocasiones no lo habían lastimado, éste no es el primer robo que sufre Orrego. Su cuñado explicó que fueron innumerables las veces que ingresaron a la casa. “Le robaron tantas veces, que por último le pusimos alambrado al terreno, cerraduras, de todo, pero todo lo rompieron todo”, sintetizó.
El último suceso había ocurrido un par de días antes, cuando Orrego halló en su terreno una bala calibre 22, y por eso el cuñado había asentado una denuncia pero nunca se supo el origen. En esa oportunidad, también le habían roto el tejido que rodea el terreno, y aunque el familiar lo recompuso el sábado volvieron a dañarlo.
Los responsables de este lamentable suceso serían tres o cuatro, y estarían identificados pero al cierre de esta edición la policía aguardaba sumar algunas pruebas para detenerlos. El domingo, se habían llevado a cabo tres allanamientos en los que se secuestró un cuchillo y algunas gomeras que podría probar quiénes estuvieron en la casa de Orrego. Sin embargo, se aguardaban más pruebas porque aparentemente, los ladrones ya habían vendido a terceras personas los elementos robados.
Los jóvenes en cuestión componen una “barrita” que deambula por ese mismo barrio, y está formada al menos por dos menores y un mayor, aunque se sospecha que podría existir un cuarto integrante, también responsable de la agresión y robo a Orrego.