Poca fortuna para El Zurdo
La agencia de loterías sufrió el robo número 17. Fue el Viernes cuando dos personas ingresaron y se llevaron la recaudación. El fin de semana, el número de “la desgracia” favoreció a muchos apostadores.
El dicho más común asegura que “no hay dos sin tres”, pero existirá uno que diga “no hay dieciséis sin diecisiete?”. En realidad se trata de una historia que escribió un nuevo capítulo. Exactamtente el 17.
La agencia de loterías El Zurdo, ubicada en Caseros y Avda. Sarmiento fue víctima de otro saqueo, el que corresponde a “la desgracia”, todo un récord para la historia policial de la ciudad.
En esta oportunidad los delincuentes se manejaron de idéntica manera a otros ilícitos sufridos por el mismo propietario. Alrededor de las 20 Hs., una persona ingresó al comercio simulando efectuar una jugada; a los pocos minutos se retiró pero dejó la puerta entreabierta, seguramente con el objetivo de violar el sistema de seguridad que ésta posee. En cuestión de segundos regresó rápidamente en compañía de otro sujeto y empuñando armas de fuego, redujeron a la empleada y a un cliente ocasional exigiendo que se les entregue el dinero correspondiente a la recaudación de Bapro Pagos y las pertenencias al ocasional y desgraciado cliente. Evidentemente, los sujetos tenían datos precisos de los servicios que el comercio presta para el cobro de impuestos y servicios. Una vez conseguido lo que buscaban huyeron del lugar llevándose también el celular del cliente.
Ambos delincuentes escaparon en sentido a la calle Aníbal de Antón en donde se especula que un auto los aguardaba para alejarse del lugar.
La impotencia y la bronca se apoderó de los responsables de comercio, quienes aseguraron que ni bien se advirtió que los delincuentes tenían la intención de robar, comenzaron a llamar al siempre promocionado 101. Pero grande fue la sorpresa cuando del otro lado nadie respondió.
Al día siguiente, los responsables del área confirmaron que el servicio había sufrido un desperfecto y por eso no se pudo atender como era debido.
Lo único bueno, fue a parar a los bolsillos de los apostadores que apenas escucharon el número de asalto, no vacilaron jugar y por supuesto, ganar.