Pirotecnia Cero: Pese a la prohibición sigue la venta callejera
La norma aprobada en 2006 sirvió para moderar el uso y la comercialización indiscriminada. Ya no hay puestos callejeros de las empresas fabricantes de artefactos pirotécnicos pero vendedores ambulantes y pequeños kioscos de barrio continúan con la venta. Astor, un niño sampedrino con autismo, y su mamá hicieron un video para concientizar que fue viral.
La Ordenanza que prohibe el uso y venta de pirotecnia aprobada en 2016 sigue vigente. La carencia de controles se nota no sólo en lugares de venta improvisados donde los explosivos se exhiben sobre mesas callejeras sino con vendedores ambulantes que llevan en sus mochilas peligrosas cargas.
Es decir que para estas fiestas, aquellos comercios o personas que ofrezcan a la venta esos productos y todo aquel que los utilice estarán incumpliendo la ordenanza, cuya autoridad de aplicación es el Poder Ejecutivo municipal.
Las multas previstas van desde los 3.500 pesos a los 150.000 e incluyen el decomiso de los elementos y la clausura de entre 15 y 30 días para los comercios. Si el gobierno tiene interés en hacerla cumplir como corresponde, podrá labrar varias actas en diversos puntos de la ciudad.
A esa conclusión pudo arribar La Opinión luego de recibir diversos mensajes que coinciden en señalar puntos donde la venta de pirotecnia es normal, como si no estuviera prohibido. Incluso hay proveedores que recorren comercios con la intención de levantar pedidos.
En algunos barrios, testimonios de vecinos dieron cuentas de almacenes y kioscos que ofrecieron a la venta elementos de pirotecnia sin siquiera tomar la precaución de esconder el acto clandestino en el que incurren. Hasta hubo sectores donde una familia dispone una mesa en la vereda para vender pirotecnia.
Incluso hubo ofrecimiento de pirotecnia en perfiles y páginas de Facebook, que luego fueron eliminados. Los reportes que llegaron La Opinión provienen de los cuatro puntos cardinales y hasta de barrios próximos a la zona céntrica.
Una encuesta de Sin Galera, en la que participaron 617 usuarios de Facebook, dio cuentas de que “se escuchó poca pirotecnia” en algunos barrios (415 votos), pero que todavía “hay bastante” para estar prohibida (166 votos). “No, nada, se escuchaba a lo lejos”, informó Silvia. “Nada cerca del Hotel de Turismo”, acotó otra usuaria, mientras que Karina, de Ansaloni y Balcarce, dijo: “En mi barrio sí”. “Menos que otros años pero se escuchaban”, resumió otra vecina.
El mensaje de Astor
Las campañas de alerta y concientización han estado a cargo de proteccionistas de mascotas, profesionales de la salud y en muchos casos niños con trastornos del espectro autista cuyos mensajes se reproducen en redes como señal de la necesidad de cesar con prácticas que alteran su bienestar.
En los días previos a Navidad, Astor, un niño de 5 años sampedrino con trastorno de espectro autista, y su mamá, Mariana, filmaron un video casero para explicar cómo les afecta a los niños que sufren ese padecimiento el sonido de los cohetes. “Me duelen los oídos”, dice el nene ante la pregunta de su madre en el video de que compartió casi 700 veces.
“Es importante entender lo que le sucede a un niño con autismo, la hipersensibilidad sensorial hace que sientan en la cabeza muchísimo dolor al sentir ruidos fuertes. A veces el solo sonido de una ambulancia es una tragedia. Astor grita y se tapa los oídos y empieza a correr para refugiarse”, explicó Mariana a La Opinión.