Piratería del asfalto: Pescado Domínguez detalló cómo lo “contrataron” para trasladar las telas robadas
En su declaración indagatoria, el empresario sampedrino dio detalles sobre cómo conoció a quienes, dijo, lo "contrataron" para hacer el viaje. Sostuvo, al igual que su hijo, que desconocía el origen ilícito de lo que iban a transportar. Explicó por qué bajaron la mercadería en sus depósitos en Buenos Aires.
El empresario sampedrino Gustavo “Pescado” Domínguez, acusado de integrar una banda de piratas del asfalto, permanece detenido en la DDI de Junín a la espera de que el Juzgado de Garantías resuelva respecto del pedido de arresto domiciliario que presentó su abogado, Gabriel Ganon.
Domínguez se entregó la semana pasada a la Justicia tras permancer más de cuatro meses prófugo y prestó declaración indagatoria ante la fiscala Vanina Lisazo, que investiga el caso en el que también está acusado su hijo, Federico “Pescadito” Domínguez, quien recuperó la libertad luego de entregarse en noviembre, más de dos meses después de que se libraran las órdenes de detención contra ambos.
En su declaración, Gustavo Domínguez sostuvo lo mismo que su hijo: que ellos fueron contratados para hacer un flete y que desconocían el origen ilícito de la mercadería que transportaron en un camión propiedad de Pescadito y que manejó el chofer Juan Carlos Mendizabal, también detenido por el caso.
Pescado Domínguez dijo que el 20 de julio, cuatro días antes de que se cometiera el robo, un conocido empresario del rubro textil lo llamó para informarle que se iban a contactar con él por un viaje. Como ya tenía una relación comercial con esa persona, accedió.
El otro empresario, con quien tomó un café en Buenos Aires, le dijo que lo llamaría en la semana para concretar el viaje. Luego se vieron en San Pedro. El 25 de julio, al otro día de que asaltaran el camión con telas en la zona de Chacabuco, lo llamó por teléfono para preguntarle por el viaje.
Pescado le preguntó a Pescadito por su camión y el hijo le dijo al padre que estaba en Pilar, descargando. El empresario que requería el flete les pasó la ubicación para cargar y cerraron trato. Mendizabal fue informado entonces del viaje que tenía que hacer, dijo Domínguez.
Alrededor de las 19.00 cargaron la mercadería en Zárate. A las 21.00, por Pacheco, Mendizábal informó que haría noche en la zona de Barracas, donde suelen parar otros camioneros. A las 8.00 de la mañana estaba en Pompeya para descargar.
El camión se iba a descargar en un galpón propiedad del empresario textil que le compró la mercadería al otro empresario que contactó a los Domínguez, pero algo pasó en la persiana y fueron a descargar al depósito de Expreso Hada.
Para acelerar la descarga, en medio de la tarea contrataron más personal y para el mediodía habían bajado el cargamento de telas. El camión se fue luego en busca de otra carga.
La defensa de Domínguez sostiene que él en ningún momento tuvo conocimiento respecto de que la carga que llevaría Mendizabal en el camión de Pescadito provenía de un hecho de piratería del asfalto y que para ellos fue un flete más.
Pescadito, en su declaración, contó que su padre le dijo que tenía ese viaje y le preguntó si el camión estaba disponible, por lo que su abogado, Mauricio Gugger, sostiene que a lo sumo podría ser vinculado por algún tipo de “encubrimiento”.
Pescado, por lo pronto, está imputado como coautor del delito de robo calificado agravado por el uso de armas cometido en despoblado y en banda, junto a su hijo Federico, el chofer Mendizábal, un hombre de apellido Brizuela y dos de apellido Valor.
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