Pidieron la prisión preventiva para el único imputado por el crimen de Tiara
Mariano Ezequiel Casas está detenido desde el 16 de mayo, acusado de asesinar a la niña de un año y cuatro meses, hija de su pareja. Ahora la Jueza Maiztegui deberá resolver su situación. En dos semanas declararían los hermanos de la pequeña, que estuvieron presentes en la vivienda al momento del hecho.
El lunes se cumplió un mes de la muerte de Tiara Lozano, la niña de un año y cuatro meses asesinada a golpes, y por cuyo crimen continúa detenido, como único imputado, el futbolista y albañil de 24 años Mariano Ezequiel “Pulguita” Casas, alojado en una Unidad Penitenciaria de Junín.
Treinta días después del crimen, plazo límite que permite la Justicia, el Fiscal Marcelo Manso llegó a San Nicolás con todas las pruebas y testimonios reunidos durante el proceso de instrucción –que aún no terminó– y presentó el pedido de prisión preventiva para Casas ante la Jueza María Eugenia Maiztegui, responsable del Juzgado de Garantías N° 3.
El 02 de julio será un día clave para la causa que instruye el titular de la Ufi N° 5, ya que Dylan y Keyla, hermanitos de Tiara, prestarán declaración testimonial bajo el sistema de cámara Gesell.
Ambos quedaron a cargo de Mariano Casas en la vivienda de Hermano Indio y Saavedra, junto a Tiara, la noche del viernes 16 de mayo, donde ocurrió la golpiza que terminó con la vida de la pequeña.
Su declaración podría dar por cerrada la investigación, al menos hasta la etapa de juicio, si es que incriminan directamente a Casas. La abuela de los niños reveló que los pequeños dieron indicios de la responsabilidad del imputado, aunque tienen “miedo”. De lo contrario, podrían cambiar el curso de la investigación.
Esto quedará supeditado a la evaluación que los profesionales que interroguen a los menores deberán presentar en un detallado informe, ya que al tratarse de dos niños tan pequeños (4 y 6 años), su declaración puede estar inducida por mayores de edad.
“El papá no quiso
ni quiere ver a su hija”
Brian del Prado no fue a la morgue, ni al velatorio, ni al cementerio. El padre de Tiara pasó casi dos meses sin poder ver a la nena y Graciela, su madre, quien vive junto a Brian, aseguró que evita todo el tiempo referirse a la muerte de su hija.
“Estoy sola con el papá de Tiara, con mi hijo”, contó Graciela y aseguró que intenta sobreponerse a la situación. “Para que él no me vea mal”, dijo y agregó: “Si se da cuenta de que estoy mal, se va”.
“Mi dolor es porque él no la vio, no quiso verla en la morgue, no quiso verla en el velorio, no quiso ir al Cementerio”, expresó entre lágrimas la abuela paterna de la menor, y aseguró: “Cuando intentamos sacarle el tema se niega, o se va; cuando vemos un caso similar, en esos programas policiales en la televisión, inmediatamente pide que cambiemos de canal”.
Tal como ocurrió con Moira Lozano –la madre de Tiara– una psicóloga de Unidad Central de Fortalecimiento Familiar (Uceff) se presentó en la casa de Brian, padre de la menor, una única vez.
A diferencia de la familia materna de la niña, que reclamó la falta de asistencia por parte de Uceff, en este caso fue un pedido del propio Del Prado, lo que obligó a la profesional a no regresar a su casa.
“La respeto como profesional, pero lo que le hicieron no me lo va a poder sacar nadie de adentro”, le dijo Brian a la psicóloga, que optó por quedar a disposición de la familia.
Graciela –también conocida como Juana–, en cambio, mantiene atención constante en el Hospital local, y no puede evitar recordar todos los días a su nieta.
“Cuando pasó lo de Tiara, a los pocos días, me di cuenta que perdí de escuchar del oído derecho, y todavía hoy no escucho. Me dijeron que producto del shock y la internación que tuve por la suba de presión que sufrí, pude haber sufrido este problema”, reveló la mujer.
Por último, Graciela contó que sobre la tumba de su nieta, en el cementerio local, yace “una muñeca de plástico, sucia, a la que le falta el cabello y que parece maltratada”. No quisieron sacarla, porque no saben quién la dejó. “Quizá fue la mamá, quizá fueron sus hermanitos”, dijo entre lágrimas.
La muñeca apareció diez días después del sepelio y no saben quién la colocó sobre el montículo de tierra bajo el cual yacen los restos de Tiara.