Perú y el orgullo de sus primeros Juegos Panamericanos
Con aciertos y complicaciones, el país incaico lleva adelante por primera vez en la historia el evento continental en el que compiten 41 delegaciones de diferentes nacionalidades. Los recintos de competencia son modernos y la Villa Panamericana tiene infraestructura de primer nivel. En contrapartida, hay desorganización en diferentes cuestiones y el tránsito, anárquico, complica el traslado por la ciudad.
Perú está orgulloso de ser sede por primera vez en su historia de los Juegos Panamericanos y, con aciertos y errores, muchos quizás por inexperiencia; los lleva adelante ante la atenta mirada de todo el continente aunque algunos países presentan una acotada delegación y no son prioridad en su agenda.
Entre los puntos positivos de Lima 2019 está la infraestructura de los parques y estadios que, si bien no son de gran tamaño a excepción del de voley en la Villa Deportiva Regional del Callao, problema que se desnuda ante duelos importantes; son modernos, pintorescos y cómodos para los espectadores con amplios y rápidos accesos. La Villa Panamericana, donde se aloja gran parte de los atletas a excepción de, por ejemplo, los sampedrinos Martín Alsogaray, Eugenia Bosco, Brenda Rojas, Gonzalo Carreas quienes lo hacen e hicieron en las afueras de la capital donde compiten en sus respectivos deportes; está ubicada al sur de la ciudad, cuenta con comodidades de primer nivel y para llegar a ella hay carriles exclusivos en las avenidas con el objetivo de agilizar el transporte de los deportistas.
A los voluntarios que se desempeñan en las diferentes sedes les sobra carisma y predisposición pero carecen de información precisa y una misma pregunta a dos de ellos tiene respuestas totalmente diferentes. La situación se reitera con quiénes (des)organizan el transporte para la prensa desde el gigantesco y moderno Centro de Convenciones donde funciona el IBC. A pesar de que previamente se informó un cronograma de colectivos hacia todas las sedes, no sólo no se respeta sino que en ciertos horarios no funciona a pesar de que el servicio es 24 horas al día. Además, no hay movilidad entre un parque y otro y quien deba hacerlo, tiene que regresar sin miramientos al centro de prensa. El caos se agrandó con un conflicto entre los choferes y la organización que obligó a contratar nuevos, muchos de ellos venezolanos (Perú es uno de los países sudamericanos que más inmigrantes recibió) que desconocen los trayectos.
Los peruanos, sobre todo los nueve millones de limeños, sacan pecho de sus Juegos Panamericanos y no es para menos porque es la primera vez en la historia que los desarrollan. Tal como aseguran, el evento continental marcará un antes y un después en la historia deportiva del país incaico donde miles de deportistas de 41 delegaciones escriben su página de gloria o fracaso. Por ello, sin importar los puntos altos y bajos y qué pasará después con el dinero invertido y la imposibilidad de recuperarlo, Lima 2019 lo viven como una fiesta, esa que empezó con una gran ceremonia inaugural y concluirá en el domingo con la de clausura, ambas en el estadio Nacional.