Peluquerías y centros de estética en cuarentena: Mientras esperan autorización, algunos atienden clientes para paliar la crisis
La Municipalidad de San Pedro le pidió al gobierno de la Provincia de Buenos Aires que habilite el rubro para que quienes dependen económicamente de él puedan trabajar y, aunque la Nación no lo incluyó en sus excepciones, se aguarda una respuesta favorable. Mientras tanto, con la necesidad de generar ingresos y cumplir con pagos, parte de los comerciantes decidieron atender clientes a puertas cerradas y exponerse a sanciones.
Las peluquerías y centros de estética en San Pedro no pueden abrir porque no figuran entre las excepciones que redactó el presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con el que estableció la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus hasta, por el momento, 10 de mayo. Sin embargo, la Municipalidad de San Pedro presentó una nota a la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Provincia de Buenos Aires para que se habilite el rubro con un protocolo establecido para tomar los recaudos necesarios, tal ocurrió con las nueve actividades que se reactivaron el fin de semana.
En ese marco, La Opinión dialogó con emprendedores que se desempeñan en esas tareas y algunos admitieron que atienden clientes a puertas cerradas para paliar la crisis económica y por necesidad se exponen a sanciones. "Mi rubro, estética, no está autorizado. El local no es mío y me abruman los impuestos", admitió una mujer que desde hace 10 años tiene su local el cual dejó en claro que "está perfectamente desinfectado" porque utiliza "ozono". Y agregó: "Siempre usé barbijo y guantes por lo que los recaudos son los mismos de siempre sin tener una pandemia de por medio".
En la misma sintonía, otra propiearia tuvo su comercio cerrado varias semanas pero, ante la necesidad de pagarle a las empleadas que no están en funciones por el contexto y los impuestos, decidió atener a clientes que le solicitaron turnos. Para ello, dispuso de un protocolo con medidas de seguridad que cumple a rajatabla como el uso de una máscara, barbijos obligatorios a quienes concurren individualmente y alcohol para desinfectar el local continuamente. "Estuve mucho sin trabajar. Terminé cediendo un poco porque era mucha la demanda que tenía. Sólo trabajo con gente que llama y pregunta, sino no aviso", recalcó al mismo tiempo en que admitió que su comercio "no está en riesgo" por la "trayectoria" que tiene, se está "arreglando económicamente" y la determinación de reabrir radicó en que "no tenía un peso" porque los ingresos en su familia son nulos durante la cuarentena.
Una emprendedora, en tanto, decidió cerrar su local al público pero hace "cortes a domicilio" para ganar algo de dinero. "Nunca me pasó esto en 14 años que trabajo. Trabajo sola y a veces me ayuda mi hija. Como el local está cerrado lo que es estética y masajes no lo puedo hacer", añadió.
El caso opuesto es el de El Imperio Barber Shop, tal explicó el sábado en Sin Galera Luis, uno de sus tres propietarios: "Estamos esperando una resolución. La idea es tomar todas las precauciones necesarias, como se debe. Somos cuatro barberos en un local chiquito y la idea es turnarse para atender. En estos días recibimos miles de mensajes porque uno lleva una amistad con los clientes y se extraña". Además, detalló que ellos alquilan la propiedad de Belgrano al 1300 y que "al trabajar bien" cuentan con "reservas que de a poco se van terminando". "Esperamos que nos den una ayuda para poder trabajar. Nosotros alquilamos, somos tres dueños y un chico que trbaja con nosotros y que estudia y necesita la plata. No solo nosotros no tenemos ingresos sino tampoco nuestros proveedores que no pueden estar en la calle trabajando ni cobrando".
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Sabemos que muchos temen no tener en regla sus actividades o no han podido pagar su alquiler pero, ¿qué mejor que todos sepamos que todos estamos en la misma y que si nos ven como siempre trabajando y buscando nuestro sustento nos podamos levantar?
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Desde el Estado nacional, provincial y local están coordinando el funcionamiento de nuestro sistema sanitario y la ayuda económica ha sido destinada primero a urgencias que no comprenden aún toda la tarea que desempeñamos las pequeñas y medianas empresas, los monotributistas, los autónomos, los profesionales, los emprendedores que viven de su oficio o los que cada día abrían las puertas de su comercio arriesgando su escaso capital.
"De los bancos no esperemos nada, de los que prestan servicios públicos ni hablar; de los organismos de recaudación, menos y para peor muchos de nuestros representantes están pensando más en la foto y su prestigio que en dinamizar los resortes de la inovación para ayudarnos a subsistir", es el razonamiento al que llegamos tras esta larga cuarentena.
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