Pedir licencia o enfrentar la Investigadora, los caminos posibles para Guacone
El Intendente está otra vez contra las cuerdas. Los concejales están decididos en avanzar por una nueva comisión investigadora, que puede terminar en su destitución. Tras varias reuniones, el Jefe Comunal guarda para sí la determinación que tomará: hacerle caso a los que le piden que se aparte por 90 días o pedir él mismo que lo investiguen.
La gestión del Intendente municipal Pablo Guacone no deja de batir récords. Lamentablemente, hasta el momento, la mayoría negativos. El hombre que será recordado como el responsable de los peores años económicos de la historia de la ciudad tendrá en su registro haber sido el más investigado. Aunque, eso sí, tuvo hasta ahora la suerte de su lado para permanecer en el sillón.
La rosca para que tome licencia, abandone su cargo o sea destituido por las vías judicial o administrativa acompaña a Guacone desde su primer informe económico semestral. Ahora, una nueva espada de Damocles se cierne sobre su cabeza, luego de que la semana pasada el bloque de concejales del partido Fe con Iván Paz a la cabeza, anunciara públicamente lo que venían conversando dentro del HCD en privado: habrá una nueva comisión investigadora.
En el Concejo hay siete bloques: Fe, que anunció la decisión y que presentará el proyecto en soledad si el resto no acompaña; el Frente de Todos, cuya máxima figura, el Presidente del cuerpo Mario Barbieri, dijo que serán coherentes y apoyarán; el Frente Renovador, cuyo titular Ariel Ramanzini manifestó que votarán a favor de investigar; desde el Frente Renovador Oficial, Cecilia Vázquez se mostró sorprendida porque no fueron invitados a ninguna de las reuniones en las que se debatió el asunto, por lo que prefirió no posicionarse, aunque Norberto “Cachi” Atrip dijo muchas veces que dentro del HCD se hablaba del asunto; Américo Quintana apoyaría, aunque habría tenido algún que otro llamado sugestivo; Sandra Mari tampoco fue participada en los encuentros; desde el Frente para la Victoria, Giovanettoni había advertido sobre el tema.
Desde el fin de semana, y masticando bronca, el Intendente puso en marcha la maquinaria de defensa. Reunió al gabinete, mantuvo encuentros con los concejales del FpV y funcionarios. Ahora busca apoyo y piensa sobre las alternativas que le dieron el lunes, durante el cónclave que selló la encrucijada en la que se encuentra: tomar licencia o pedir él mismo que la Comisión Investigadora avance.
En el campo y la ciudad
El sábado, alrededor de las 10.00 de la mañana, el Intendente golpeaba la mesa para decir casi a los gritos: “El Frente para la Victoria soy yo”. Estaba en el campo de un joven empresario. Lo acompañaban Raúl Cheyllada, Roberto Borgo y Fabián Bianchi, al que luego se sumarían Javier Sualdea y Pablo Ojea –es decir todos los secretarios, con excepción de Verónica Mosteiro–. Enfrente tenía a Martín Baraybar, Fabio Giovanettoni, Nicolás Macchia y Dalmy Butti, los ediles kirchneristas.
Toda la primera parte de la reunión fue muy tensa. El Jefe Comunal no quiso escuchar. Culpó a los concejales de hacerle el juego a la oposición y se defendió. Entre sus secretarios, Sualdea era el más duro. Incluso habría sido el que cargó contra todos, hasta con la prensa.
Algunos de los restantes fueron más componedores y lograron bajar la tensión del debate. Cheyllada y Ojea llegaron a ofrecer sus renuncias. Ese sábado, al menos por el tenor de la discusión al principio, los ediles del FpV sólo querían la del Intendente.
La conversación se fue encauzando. Los concejales barajaron todas las posibilidades: que tome las decisiones de reducción del gasto, los beneficios del plantel político y la minimización del gabinete, que con ello saldrían a bancarlo, aunque más no fueran “anuncios para la tribuna”.
También que tome una licencia de 90 días o que se vaya de vacaciones. Que permita que asuma Giovanettoni y tome las medidas que consideran que hay que tomar: las consensuadas en el Concejo Deliberante y aprobadas como proyecto de Resolución en la que apuntan lo que desde ese poder del Estado creen que debe hacer el Ejecutivo para paliar la crisis política y económica que afronta San Pedro.
Hablaron de una posible reunión con Barbieri, que finalmente nunca tuvo lugar. No faltó quien propuso hacer una defensa pública acérrima de Guacone, a lo que se negaron. Sintieron que volvían a la conversación mantenida en diciembre, cuyo destino fracasó.
De la reunión del sábado quedó claro que el diagnóstico es compartido. El lunes volvieron a encontrarse. Los mismos, pero ya en terreno del Ejecutivo. Entre planteos de que debe haber un solo secretario de Gobierno y Economía, que bien podría ser Cheyllada; que Borgo podría pasar a Personal; que hay que reducir direcciones como las de Turismo y Cultura, o que el Secretario de Producción vuelva a ser Director –“si total no firma nada ni le brindan apoyo”, habrían dicho–; a los que querrían afuera serían a Bianchi –que ya se fue a Brasil a disfrutar del mundial, en pleno caos– y a Mosteiro, ausente de toda la rosca, a pesar de que cerca suyo crecen las intenciones de posicionarla como candidata.
Las alternativas
Tanto el sábado como el lunes, las alternativas propuestas fueron tres: licencia para que Giovanettoni haga “el trabajo sucio”; seguir al frente pero reducir el gabinete, los sueldos, las bonificaciones y permitir que las decisiones las tome un acuerdo amplio del que participarían los ediles del FpV como coordinadores pero que contemplaría al resto de la oposición en el Concejo Deliberante; la tercera, la Comisión Investigadora.
Alrededor de las 17.00 empezó la cuenta regresiva para Guacone, que redujo las alternativas a dos: pedir licencia y que los que lo quieren afuera hagan lo que creen que hay que hacer; o quedarse, pedir él mismo que haya una comisión investigadora e instruir a Butti para que la impulse, dispuesto a enfrentar lo que venga.
Hoy por hoy, la última opción es la más plausible. Sobre todo teniendo en cuenta los antecedentes del Intendente. Interpelaciones, denuncias penales, comisiones investigadoras… a todo Guacone le puso el pecho, golpeó la mesa, señaló con el dedo a los opositores y los enfrentó.
Hubo dos posibilidades muy serias de ser derrotado: cuando votaron la Investigadora por el transporte público, de lo que lo salvó el acuerdo con Monfasani; y cuando, ya sin ese apoyo, estaban todos los votos para destituirlo por múltiples irregularidades y la Justicia metió la mano, un poco con argumentos políticos y otro mucho por mandato político.
Los concejales del FpV recibieron un pedido desde arriba. Por pertenencia partidaria, volvieron a reunirse. Para ellos, el resultado fue el mismo de siempre. Cuando se siente presionado, el Jefe Comunal acepta los errores. Pero aun así, no da señales de tomar las medidas que le piden.
Otras consideraciones
“Yo no veo que haya ningún camino, el momento de tomar decisiones pasó”, coincidieron varios de los contertulios. En el Municipio, el personal sabe que el camino es el de la rosca política. Por ello, buscan estar atentos a lo que suceda y su grado de colaboración es de poco para abajo. Algunos ni siquiera cumplen con sus obligaciones.
Los funcionarios lo saben y lo sufren. Los empleados no hacen caso y en la calle los vecinos descargan su bronca contra ellos. Para pagar los sueldos hay que rezarle al Dios de la Coparticipación todos los meses. Los médicos volvieron al paro porque no cobraron. Pero los hombres políticos cobrarían gracias a adelantos de los que nadie quiere hacerse cargo de haberlos pedido u otorgado.
El mes que viene hay que tener 5 millones de pesos para cumplir con el medio aguinaldo. Saben que lo más probable es que haya que desdoblar.
Guacone cree que podría enfrentar la Comisión Investigadora. Que si Silva y Gil pudieron sortear la última interpelación, a Cheyllada y Borgo les debería sobrar el talento y la labia para hacer lo propio en una eventual defensa.
No faltan los que le dicen que podría intentar dialogar con los bloques para evitar que los votos estén para la Investigadora. Otros le dicen la verdad: eso es imposible, las cartas están echadas y no hay quien pueda hoy no votar para que el proceso comience. Del resultado, todo es debatible. Pero evitar la Comisión Investigadora es una misión que nadie puede proponerle seriamente dentro del gabinete.
En medio de todo ello, parte del debate fue si era prudente o no abrir el local del Frente para la Victoria con miras a 2015, algo que ya tenían planeado, aunque no pensaban lanzar una candidatura a la reelección de Guacone. “Todavía”, aseguraron.
Hay bloques que no confían en nadie. Que sospechan que “los de siempre” –hablan de Barbieri y Monfasani como articuladores de importancia– podrían buscar “rodear” a Giovanettoni. Aun así, consideran que el edil es “difícil de arriar”, por lo que se mantienen a cierta distancia, aunque están decididos a avanzar contra el Intendente.
Como los del partido Fe, que manifestaron que no quieren “ser cómplices” de Guacone pero que tampoco buscan un “cogobierno”. Lo aclaró Horacio Neyra, para quien “si asumiera Giovanettoni, debe elegir él a sus colaboradores no el resto del arco político”.
Nadie lo dice
Más allá de reuniones y acuerdos hay algo que se palpa en las calles: agobio. Esa es la palabra que define el estado de ánimo del ciudadano que ve cómo se esfuman las escasas posibilidades de reparar la ciudad. Nadie sueña con multiplicar los panes, sino con poder distribuir bien los que hay y allí fallan todos. Oficialistas y opositores parecen estar solo preocupados por su imagen pública y su futuro político sin medir que entre los que están nadie saldrá airoso frente a un electorado que no les cree y tropieza en las calles con los baches, choca las motos, va al hospital y no hay insumos o simplemente sale a la puerta de su casa y mira para todos lados por miedo a la inseguridad.
San Pedro atraviesa el peor momento de su historia política económica, la crisis ha avanzado sobre todos los sectores y por ahora, tiene un destino que no merece: la indiferencia.