Patear el tacho sobre el escenario para superarse en la vida
El taller de teatro de Los Naranjos pondrá en escena una obra escrita de manera colectiva y protagonizada por miembros de la comunidad terapéutica. El texto habla de personas que en una situación particular de sus vidas deciden que quieren algo mejor para su futuro.
Muchos en el mundo pueden decir la frase “el teatro me salvó la vida”, o el arte en general. Porque atravesaron momentos complicados que gracias a poner la creatividad en juego pudieron superar. Así lo entienden en la comunidad terapéutica Los Naranjos, donde jóvenes y adolescentes con problemas de adicciones intentan encontrarle una vuelta a la convivencia en sociedad para recuperarse.
Por ello el teatro. Por ello el taller que coordina Santiago Altolaguirre, un hombre que sabe mucho de eso de salvarse la vida a través del arte, por la sencilla razón de que su vida y la de su familia es impensable por fuera de la actividad del artificio que narra el mundo para hacer de él un lugar un poquito más bello.
El próximo 15 de septiembre a las 16.00, tras mucho ensayo y preparación, el reconocido actor y director sampedrino dirigirá a Gonzalo Campos, Lucas Huencul y Lautaro Hernández en la puesta de “Quién quiere patear el tacho”, un delicado texto escrito de manera colectiva en los años 70’.
La sala Cuarta Pared, de Almafuerte e Independencia, será el escenario donde estos actores de Los Naranjos prestarán su cuerpo a esos jóvenes que en una noche cualquiera de estas, en medio del cartoneo con el que intentan llevar algo de comer a sus casas, reflexionan sobre el presente y el futuro, y sueñan con cambiarlo.
Comienza cuando dos jóvenes que recolectan cartón, en plena noche de recorrida, padecen una persecución policial que lo cambiará todo. La marginalidad, la condena social de los desposeídos, el aprovechamiento ocasional de alguien con una cuotita de poder por sobre las míseras vidas de los protagonistas pueblan el escenario.
Pero hay allí una luz de esperanza, porque estos tres jóvenes, en medio de la marginación y entre sirenas de policía y gritos, desatan pasiones, sueños, miedos y esperanzas de una vida más digna que la que llevan adelante.
Santiago Altolaguirre es joven pero tiene una larga trayectoria como teatrista. De esa su historia entre bambalinas, es parte “Quién quiere patear el tacho”, una pieza que puso en escena y protagonizó junto a su hermano Sebastián varias veces desde los años 90’ a esta parte.
“Estoy orgulloso como actor y como director con el resultado que hemos podido obtener de la experiencia”, dijo Altolaguirre, y destacó: “No sólo por lo que veremos de los chicos que forman parte del reparto, sino también por todos aquellos que no estando arriba del escenario en esta oportunidad acompañaron en la elaboración trabajosa cada instante de la obra”.
Desde Los Naranjos destacaron que “en la experiencia global de convivencia terapéutica, la creatividad, la imaginación, el juego de roles, la exposición y el buceo de las profundidades del propio ser en espacio del taller de teatro brindan una experiencia vital en la reparación de las vivencias y los fantasmas más traumáticos”.