Pami: cerca de 9000 pacientes que necesitan kinesiólogo quedaron sin atención
El único prestador dejó de atender los cerca de 400 turnos mensuales asignados sobre una cápita de 9000. En el organismo no hubo respuestas a los afiliados que deben pagar en el sector privado o sobrecargar el hospital público.
El único prestador del servicio de kinesiologia para la obra social de los jubilados dejó de atender tras ocho años ininterrumpidos. El profesional era el único que mantenía la cápita de los pacientes ambulatorios que debían tramitar con casi un mes de anticipación un turno porque son más de 9000 y no había otros de la misma especialidad que aceptaran la magra oferta de pago que se ofrecía.
La noticia comenzó a conocerse esta semana puesto que los afiliados cuando llegan al consultorio se encuentran con un cartel que les avisa que desde el primer día de julio se decidió interrumpir el servicio.
Al consultar telefónicamente en las oficinas no hay respuestas y para quienes se acercaron a la sede local tampoco hay más explicación que un “ya se va a solucionar”. Nadie les avisó que están a la espera de una decisión para que se asigne a otros prestadores que bajo otra modalidad de pago podrían tomar esa responsabilidad.
“Yo no tengo otra obra social y para ir a otro lado tengo que pagar”, indicó esta mañana una mujer que tenía una rehabilitación asignada desde el mes de junio y la semana pasada supo que se había cancelado su sesión.
“No hay mucho para explicar de mi parte”, dijo el kinesiólogo Juan Martín “Peto” Ramognino al ser consultado por este medio. “Dejamos de ser prestadores de Pami después de 8 años, donde a pesar de miles de obstáculos sostuvimos la atención, dando cobertura mensual de aproximadamente 400 sesiones en consultorio y más de 200 domicilios”, explicó.
Ramognino indicó que entiende que el Pami ya tenía pensada una solución para las dificultades que atraviesa las alrededor de 9000 personas que componen el universo de esa “cápita” que también en otras especialidades afronta esta situación.
“Se llegó a un punto donde era imposible sostener ese nivel de atención y nosotros somos profesionales de la salud, no ‘saca pacientes’. La verdad es que tratamos de todas formas de sostenerlo, pero fue imposible”, concluyó.
Por ahora no hay una respuesta oficial ni una salida para el problema, que sin dudas termina sobrecargando al Hospital público como ya sucedió con todos los pacientes que dejaron de atender las clínicas San Pedro y Coopser.
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