Padres alarmados y escuelas custodiadas por la violencia entre los chicos
El panorama es desalentador en los establecimientos educativos y fuera de ellos por los casos de violencia que se presentan. “Barritas” que se esperan a la salida para golpearse, amenazas y agresiones que hasta terminaron con denuncias policiales, son apenas algunos ejemplos. Los docentes se muestran agobiados en muchos casos y algunos padres hasta tratan de organizarse para acompañar a los chicos a la entrada y salida de clases. Ayer a la mañana, unos cinco chicos ingresaron vino en botellas de gaseosas a su clase en la Escuela Industrial, fueron detectados por el aroma y ahora las autoridades evalúan una sanción.
El problema sigue siendo de los grandes y así opinan profesores y otros referentes del sistema consultados ante un cuadro tan triste. Quien esté de acuerdo con esta opinión no puede menos que sentarse a reflexionar sobre lo que está ocurriendo en los establecimientos educativos cada vez con mayor frecuencia.
Las historias y los ejemplos, lamentablemente sobran. Como el de una chica de 15 años que concurre a la Escuela Nº 43 y que desde hace un tiempo tiene que entrar al edificio en “horarios especiales” para sortear a un grupo que la amenaza, y hasta la han golpeado supuestamente por ser “agrandada”. Un caso que llevó a las autoridades de la Escuela a pedir custodia policial para evitar en general, situaciones de pelea en los horarios de ingreso y egreso de los alumnos.
O la situación vivida por otra adolescente de la Escuela Nº 1 que fue agredida después de retirarse de sus clases de Educación Física en el Estadio Municipal, “por una barrita de las 150 viviendas”.
“No sé si podemos echarle la culpa a la televisión, o es simplemente lo que muchos viven también afuera de la escuela pero es cierto que los chicos están cada vez más violentos”, explicó un profesor del Industrial donde también se han vivido situaciones complejas. Lo llamativo al menos para los adultos, es que la violencia está arraigada entre los grupos femeninos y en ciertos casos con más fuerza que entre los varones. “Hemos tenido problemas con dos chicas, también afuera de la escuela, y sinceramente en muchos aspectos hoy en día actúan peor que los varones”, explicó un docente de esa escuela.
“Te vamos a agarrar con mi barrita, y te vamos a matar”, son algunas de las frases con las que comienzan las amenazas que en muchas ocasiones terminan en agresiones concretas.
“Nosotros tratamos de estar parados en la puerta durante la entrada y la salida, los preceptores controlan lo máximo que pueden, pero pasan 720 chicos por día y es imposible, siempre algo se nos va a escapar”, dicen desde del establecimiento.
Padres en acción
La reacción de los padres con respecto a esta complicada realidad es diversa. En la Escuela Nº 4, por ejemplo, los directivos decidieron cursar una circular en la que se les pide a los padres que concurran a buscar a sus hijos por los crecientes hechos de violencia.
“Se está trabajando en este tema, pero todos sabemos que la violencia está instaurada no sólo en las escuelas… En nuestro caso, se están produciendo actos, inconvenientes, a la salida de clases. A veces a dos o tres cuadras de acá, donde no podemos ver lo que sucede. Por eso pedimos a los papás que dentro de lo posible vengan a buscarlos”, explicó Beatriz Chá, la directora de esta escuela a la que asisten unos 500 alumnos de 1º a 9º año. Algunos padres, por motivos de trabajo o personales, plantearon su preocupación porque no pueden concurrir todos los días, pero otros se están organizando para turnarse y en lo posible compartir esta especie de custodia sobre varios alumnos.
No se puede negar que también muchos no responden cuando son convocados y brillan por su ausencia. Eso sí, después se quejan.
En las últimas semanas, dos padres se acercaron a denunciar agresiones a sus hijos. “Nosotros les decimos que hagan la denuncia policial porque ya no depende de medidas que pueda tomar la escuela, esos son casos de violencia en los que debe actuar la policía”, opinó la directora.
“En algunos casos sabemos que están involucrados alumnos de la escuela, pero también hay grupos de otros chicos mayores que no asisten y que los amenazan o golpean”, explicó Chá.
Resulta increíble la explicación sobre estos enfrentamientos, porque los argumentos de los chicos son simples. “Se pelean porque no se llevan bien, porque pasan y se miran mal, nunca es por algo importante”.
Al menos para los maestros que actualmente deben enfrentar semejantes situaciones, una solución podría llegar con la creación de las nuevas escuelas secundarias o ESB, porque esto permitirá separar al menos en cuanto a la responsabilidad, el manejo de los alumnos de 7º a 9 º año, que es donde se generan los mayores índices de conflicto.
“Los mayores problemas están en 8º y 9º año. La indisciplina de los alumnos llegó a tal grado que un profesor no puede estar más de diez minutos hablando sobre su materia; el resto de la clase lo pierde gritando y tratando de evitar que rompan cosas o se golpeen”, explicó un profesor de este nivel. Pero muchos acuerdan en un aspecto: “todos sabemos que los problemas en general, empiezan por casa. Con la violencia pasa lo mismo y en eso es necesario empezar a trabajar con los padres”.
A propósito, desde la Secretaría de Desarrollo Humano se está trabajando en el lanzamiento de un plan de adhesión voluntaria para las escuelas que deseen trabajar en nuevos métodos para mejorar la conducta de los chicos, pero el anuncio formal aún no se ha hecho.
El problema está ahí y que la escena de cada mañana o tarde en una escuela pase a ser la de un patrullero siguiendo el paso de los chicos, no admite que miremos para otro lado.
Insultos, droga y balas de goma
En la tarde de ayer y al cierre de esta edición, la policía detuvo a dos jóvenes de las 150 viviendas que se encontraban frente a la Escuela Nº 47 profiriendo insultos y molestando a los alumnos y al personal docente. Los chicos estaban además, aspirando pegamento y por supuesto actuaban bajo los efectos de esta droga. Al llegar el patrullero, los dos emprendieron en principio una fuga, por lo que los policías dispararon postas de goma. Pero aunque en principio se había manifestado que uno de ellos podía estar herido, la policía lo descartó. Uno de los chicos tiene 19 años de edad, es del barrio de las 150 viviendas y cuenta con varios antecedentes de detenciones por consumo de drogas. Su madre, junto a las autoridades evaluaban ahora una internación en un instituto de rehabilitación. El otro, de 15 años, es del mismo barrio y forma parte de pandilla de chicos que intimidan a los vecinos. El Capitán Pedersoli, confirmó que las salidas de las escuelas son un problema permanente por la cantidad de agresiones pero que la policía no llega a cubrir todos los establecimientos.
Ebrios en la escuela
Un caso increíble que puede ilustrar esta realidad compleja entre los adolescentes, se vivió ayer entre los alumnos de 3º año Polimodal de la Escuela Industrial. Una profesora, en medio de la clase, descubrió a un grupo de alumnos con una botella de gaseosa que en realidad contenía vino en su interior, y a varios de ellos ya ebrios.
Uno de los directivos del establecimiento, confirmó que la docente primero había percibido olor a alcohol y al interrogarlos, los chicos confesaron. Más tarde, se hallaron en la vereda de la escuela dos cartones de Tetra Brick de vino vacíos, lo que confirmó las sospechas de que antes de ingresar a clases los chicos habían llenado con ese líquido una botella de gaseosa para disimular su contenido. Lo increíble de la historia es que ocurrió poco después de las 9 de la mañana, al culminar el segundo recreo, y que al menos dos de los cuatro o cinco alumnos que habían bebido se encontraban en notable estado de ebriedad.
“La profesora nos avisó, fuimos al salón y constatamos que era eso lo que estaba ocurriendo porque los chicos también reconocieron su falta. Secuestramos la botella, y después llamamos a los padres para pedirles que vengan a retirarlos”, explicó el vicedirector del establecimiento.
Algunos de los padres que asistieron se mostraron no sólo preocupados. Una mamá hasta se largó a llorar al confirmársele la “broma” de su hijo.
Durante la jornada de ayer, se aguardaba la confirmación de una reunión del Consejo de Convivencia de la escuela, entre los padres y los inspectores responsables del área, para repasar semejante experiencia y evaluar medidas a tomar. Una de las cuestiones que se intentaba establecer era quién de los chicos había llevado la bebida hasta la escuela, porque se cree casi imposible que la hayan adquirido en un comercio a las siete y media de la mañana. “Es evidente que la trajo desde su casa”; explican en la escuela.
El curso en cuestión es uno de los que ya concretaron su viaje a Bariloche, y aunque no se los considera los más conflictivos de la escuela, son los mayores que cumplieron los 17 años y se despiden este año del establecimiento.
Al menos para este grupo reducido de chicos que fueron descubiertos alcoholizados, la despedida podría tener otro color y menos alegría que para el resto del curso.