Padre e hijo, detenidos por dos robos agravados
Personal policial detuvo la semana pasada a dos delincuentes acusados de cometer al menos dos robos a mano armada la semana pasada, identificados como padre e hijo: Roberto Carlos Gómez, de 38 años, y Bruno Agustín Gómez, de 19. El procedimiento tuvo lugar en la zona del barrio Bajo Puerto.
Durante el allanamiento secuestraron un arma de fuego marca Invicta, dos cartuchos intactos calibre 16, una caña de pescar con reel, una caja tipo Tupper con señuelos, un bolso con líneas, tres billeteras marrones, herramientas de mano, un bolso blanco y negro, otro bolso de mano marca Adidas y diversos elementos de pesca.
Todos los objetos fueron reconocidos como robados a los turistas de Chivilcoy que fueron asaltados el sábado pasado en la zona portuaria mientras pescaban, cuando fueron abordados por delincuentes que los amedrentaron y les robaron las pertenencias.
Además, secuestraron un buzo verde con capucha, que sería el utilizado durante el asalto a un sereno en una playa de camiones el miércoles por la madrugada, a quien le dispararon en el piso tras robarle una billetera que contenía 100 pesos.
El sereno fue víctima del accionar de delincuentes que ingresaron al predio con fines de robo. Tras asaltarlo, le dispararon con un arma de fuego a la cabeza, aunque la bala sólo rozó su cara. “Fue un milagro”, dijo.
La víctima, Marcelo Abeledo, conocido operador de sonido que, entre otras labores, cumple esas tareas en las sesiones del Concejo Deliberante, contó a La Opinión, que eran alrededor de las 2.00 de la madrugada cuando escuchó ruidos y salió a ver qué pasaba.
“Yo estaba haciendo unas tareas y escuché ruidos entre los camiones. Me asomé y había tres tipos, con la cabeza cubierta con la capucha del buzo. Me intimidaron con un arma. Habían entrado a robar”, relató Abeledo.
“Les di la billetera, que tenía 100 pesos que llevo por si necesito comprar algo para comer, unas galletitas, algo así. Los tipos me dijeron que eso no les servía para nada y me pedían más plata. Les dije que no tenía, que soy un pobre laburante”, agregó.
Como no tenía más dinero, lo golpearon, le rompieron los anteojos que usa de manera permanente y cayó al piso. En ese momento oyó un disparo de arma de fuego. Los delincuentes le apuntaron y le dispararon. La bala le rozó la cara, pero podría haberlo matado. “La saqué barata porque atiné a correr la cara”, consideró el sereno.
Tras el episodio, Abeledo fue trasladado en una ambulancia del servicio de emergencias Same al Hospital, donde lo asistieron. “Ahora estoy un poco mejor. A la tarde tengo que ir para las curaciones”, informó.
“De noche no distinguís nada, es una zona oscura”, señaló sobre las dificultades para reconocer a quienes lo atacaron. “Es la cuarta vez que me asaltan. Esta fue la más violenta”, aseguró Marcelo Abeledo a La Opinión.