Paciente psiquiátrico terminó en la comisaría tras agredir a personal de seguridad
Una persona de 28 años de edad fue aprehendida tras agredir físicamente al empleado de seguridad del nosocomio local. En el acto también hubo tres agentes lesionadas. Una vez más un paciente psiquiátrico termina en una situación penosa y con la comisión de reiterados disturbios que podrían evitarse con contención y tratamiento adecuado.
Este 1° de enero a las 9.50 de la mañana, una persona de 28 años de edad ingresó al hospital Dr. Emilio Ruffa fuera del horario permitido para visitas. Tras llamar su atención un empleado de seguridad, ambas personas discutieron y el personal policial intervino en el acto. Esa fue la primera versión que forma parte del resumen de las noticias policiales de la jornada. Una agente de seguridad agredido y el agresor a disposición de la justicia, pero, como en tantas otras ocasiones la historia que la prensa debe desentrañar impone la búsqueda de respuestas al esfuerzo que tanto la salud pública local como las fuerzas de seguridad deben desplegar para asistir a pacientes psiquiátricos.
La persona que terminó en una discusión con forcejeos con el agente de la empresa de seguridad que custodia el hospital había estado internada hasta hace algunos días y su alta no hizo más que complicar las cosas. Quiso entrar fumando, le indicaron que no se podía ingresar al área de internación, porque no era paciente y no era familiar de un internado. Tras ser informada de esto y por la discusión previa que mantuvo por pitar su cigarrillo en un lugar donde está vedado terminó reducida y trasladada a la Comisaría, donde un rato después recuperó la libertad.
Según el informe policial, tres efectivas resultaron con lesiones leves y el agente agredido con consecuencias menores. En el caso interviene la Fiscalía N° 11 que deberá tomar en cuenta la condición de paciente psiquiátrica de esta persona que al igual que otras que presentan problemas mentales y en otros casos de severas adicciones no poseen posibilidad alguna de reestablecimiento por falta de cupos en institutos adecuados para esa asistencia y porque la legislación actual sólo contempla la expresa voluntad del paciente para aceptar un tratamiento.
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