Otro vecino que se rinde ante la inseguridad
El caso de un hombre de 84 años que fue salvajemente golpeado y robado en Río Tala refleja una problemática que va de mal en peor. Atemorizado por la inseguridad decidió abandonar su casa e irse a vivir con familiares.
Si bien sostienen que se trató de un hecho aislado comparando con otras épocas, vecinos de la localidad expresaron su preocupación por la situación que soportan y para las que parece no haber solución.
Tal es así que en muchos casos han optado por abandonar sus viviendas para mudarse a lugares que estiman más seguros pero que acarrean el sufrimiento por el desarraigo.
El caso de Humberto Rodríguez, un hombre de 84 años que vivía en Río Tala, es similar al de otras tantas familias de esa y otras localidades del partido, que en silencio pero agobiadas por la situación decidieron buscar seguridad en el casco urbano que tampoco la garantiza.
El hombre, sobre quien sus vecinos contaron que a pesar de los años está muy lúcido y sólo presentaba algunos inconvenientes para poder caminar, fue víctima de un violento asalto. La impotencia y la angustia se mezclan ante este tipo de situaciones en las que parece que siempre terminan ganando “los malos”.
Los delincuentes lograron que Rodríguez baje los brazos y manifieste a sus familiares su deseo de que lo internen en un geriátrico para no estar atormentado y temeroso por la amenaza de los delincuentes. Claro está que la familia prefirió invitarlo a estar acompañado por uno de sus miembros en una vivienda de la ciudad.
Humberto Rodríguez vivía solo en su casa de la calle Estévez 52 en Río Tala, y el viernes por la noche fue sorprendido por cuatro delincuentes armados que lo redujeron cuando descansaba. A pesar de no oponer resistencia los ladrones se mostraron violentos y nerviosos. Fue amenazado en varias ocasiones, lo golpearon y hasta le colocaron una frazada en la cabeza. Cada vez que le pedían dinero y no respondía le reventaban un huevo en la cabeza.
Los malvivientes, en medio de insultos y amenazas revolvieron toda la vivienda, se llevaron una escopeta, medicamentos y otros elementos que encontraron a su paso. En un primer momento suponían que también le habían llevado dinero en efectivo, pero luego se halló la plata envuelta en un repasador y muy cerca de la mesa, una costumbre muy común en la gente mayor.
Los vecinos de Rodríguez lamentaron por lo acontecido por el destino de una persona que vivió siempre en el lugar y muy querida por todos.
Dos casos en tres meses
Está a la vista que el caso de Humberto Rodríguez no es el primero ni será el último. Si bien son varias las familias caracterizadas de Río Tala que con el paso del tiempo decidieron mudarse, hace pocos más de dos meses hubo otro caso similar que por la inseguridad terminó en el abandono de la propiedad luego de toda una vida el campo.
“Valdo” Parra tomó la misma decisión luego de que fuera víctima de una secuencia de robos acontecidos en una misma semana. El hombre y su esposa la pasaron mal en varias ocasiones hasta que tomaron la decisión de la mudanza.
“De a poco nos van matando en vida”, dijo un vecino. “Antes dejábamos los campos porque cada vez había menos trabajo, pero desde hace un tiempo es la inseguridad la que nos está corriendo”.