Otro golpe a “las maquinitas”de juego clandestino
La policía clausuró un garito que funcionaba en una vivienda de Libertad al 1100. Desde los operativos de marzo y abril, en pleno centro, es el primero que da resultados positivos. Las casas de juego ilegal buscan la periferia para evitar visibilidad. Crece la modalidad “delivery” para apostar desde una computadora propia.
El juego clandestino es una actividad que reporta buenos dividendos para quienes la administran y que resulta difícil de erradicar, a pesar de que los operativos de marzo y abril hicieron a la policía considerar que había terminado con ese tipo de salas.
El viernes pasado, un nuevo operativo contra el juego clandestino desbarató una casa de apuestas que funcionaba en una vivienda de Libertad 1110. Directivas impartidas por la Jefatura Departamental a cargo del Comisario Mayor Dante Paolini permitieron que la tarea investigativa de las autoridades policiales locales diera resultados.
De acuerdo a datos que vecinos aportaron a La Opinión –algunos aseguraron haberlos entregado también a la Policía–, el juego clandestino se trasladó del centro a la periferia, en busca de menor visibilidad, luego de algunos años de impunidad absoluta.
Las maquinitas de Libertad
La policía irrumpió el viernes en una vivienda ubicada en Libertad 1110, luego de elevar elementos de prueba y solicitar un allanamiento al Juzgado en lo Correccional N° 2, a cargo de Sebastián Luis Zubirí.
En el lugar había tres mujeres apostadoras y 13 computadoras equipadas con el software para el desarrollo de las apuestas. Secuestraron 7590 pesos, producto de la recaudación de la jornada.
El “encargado” del garito era un joven de 25 años, sobre quien pesan actuaciones judiciales, mientras las apostadoras prestaron declaración testimonial.
“Directivas expresas”
El Jefe Departamental Dante Paolini aseguró que “hay directivas expresas del Ministerio de Seguridad en no sostener determinado tipo de actividades, en especial estas”, por lo que se esperan más operativos contra lo que en algún momento fue una verdadera proliferación del juego clandestino.
Tras la clausura de cibercafés del centro y el cierre obligado de un local de importantes dimensiones ubicado en una avenida, también en plena zona céntrica, la periferia observó la aparición de este tipo de lugares.
“Ahora estos garitos están más ocultos”, dijo el titular de la Policía zonal y agregó: “Se van escondiendo, van buscando lugares ocultos”.
En el Gobierno provincial saben que el juego clandestino es una actividad que históricamente estuvo relacionada con la “caja” de la policía y de la política, por lo que hay una intención manifiesta para desalentarla, en el marco del plan de Vidal de “cambiarle la cara” a la seguridad en territorio bonaerense.
Delivery de apuestas
Diversos testimonios llegaron a la redacción de La Opinión para dar cuenta de una nueva modalidad de apuestas, que está vinculada a los garitos clandestinos pero que se trata de una “vuelta de tuerca” para evitar los controles y continuar con la recaudación ilegal.
Son las apuestas online que los usuarios pueden hacer desde cualquier computadora, en su casa. Con tragamonedas que funcionan desde internet, lo único que hay que hacer es “cargar crédito”, una actividad que se puede hacer por teléfono y en la que estarían involucrados varios actores, entre ellos quienes hacen “delivery” de apuestas.
“Puede suceder que haya una máquina que controla por internet, o cada computadora con un programa instalado para la carga de crédito, eso es lo más habitual”, dijo Paolini y señaló que “hay otra actividad, ya no hay un programa dentro de la computadora sino una ‘empresa fantasma’ que trabaja online, a la que se ingresa con usuario y contraseña, y se puede jugar”.
El “delivery” de apuestas puede satisfacer algunos aspectos de la ludopatía, aunque quien tiene el “chip” del apostador prefiere el espacio compartido, donde la presencia de otros que están en la misma situación aporta otro “gustito” a la actividad.
Por ello, y porque, claro está, los apostadores implican una fuente de ingresos libre de impuestos, los garitos siguen existiendo. Incluso en proximidades al desbaratado en Libertad habría uno que regentearía el extitular de un local de esparcimiento nocturno y otro que sigue funcionando en un club.
Se trata de un joven a quien vinculan también con otras actividades ilícitas y al que en algunos barrios conocen muy bien.