Otra vez falló la “inteligencia”
Buscaban a un sospechoso que habría participado de varios hechos graves en Ramallo, pero equivocaron el domicilio y se fueron con las manos vacías. El operativo estuvo encabezado por la DDI de San Nicolás y de la ciudad donde sucedieron los robos.
En medio de un fin de semana donde sucedieron varias curiosidades, siempre referidas al ámbito policial, se produjo un hecho que no puede pasar inadvertido y en cuyo marco las personas que lo padecieron aún aguardan que los responsables se hagan cargo de lo que les tocó vivir cuando allanaron su domicilio por error.
No es la primera vez que sucede pero llama poderosamente la atención por lo grotesco y poco claro de todo, además de fundar cierta sospecha sobre la finalidad del procedimiento y si realmente hay o no voluntad de dar con quienes eran los verdaderos sospechosos.
Otra vez, personal de la DDI proveniente de Ramallo y San Nicolás equivocó el domicilio en un procedimiento y allanó una casa que no correspondía con el de la persona que buscaban.
Las tareas de los efectivos de “Investigaciones” estaban centradas en dar con los autores o al menos quienes tendrían relación con varios hechos resonantes acontecidos en la vecina localidad de Ramallo por estos días, pero todo el operativo arrojó resultados negativos.
De acuerdo al relato de la familia damnificada, los efectivos llegaron en busca de un reconocido sujeto que posee frondosos antecedentes y que vive en el barrio, pero no en ese domicilio, donde los policías irrumpieron. Más grave aún es que portaban datos y fotos de una tarea previa que falló, ya que todo correspondía a la casa equivocada.
El relato del “Buya”
“Todo esto sucedió en la madrugada del sábado. A las 06.30 de la mañana empezaron los golpes, como se acostumbra en ese tipo de allanamientos”, dijo Raúl “Buya” Peralta, un reconocido masajista de varios equipos de fútbol de la ciudad, de ciclistas y además relator de las carreras de ciclismo.
“Queríamos saber por qué era el allanamiento, tardaban en mostrarnos la documentación” dijo y aseguró que al ver “el papel” que portaban los policías, “decía el nombre de un vecino del barrio y no éramos nosotros”.
“Entraron cuatro policías que no son de San Pedro, que son de Ramallo y San Nicolás, me dijeron, a quienes no los conocés porque vienen camuflados, con armas, con chalecos”, señaló, sorprendido, en diálogo con La Opinión.
“No nos dijeron nada pero yo, mientras cebaba mates, les preguntaba. Uno me dijo que era de La Plata pero que estaba trabajando en San Nicolás; el otro que era de Morón y que estaba en Ramallo. Me decían que estaban buscando cuatro vehículos, armas, ropa y 17.400 pesos”, recordó Peralta.
Pura “casualidad”
Lo acontecido a la familia Peralta lamentablemente no es nuevo. Hay casos que ni siquiera han trascendido pero los pocos que tomaron estado público provocaron reacciones desde distintos sectores.
El que aún se recuerda es el que sucedió en febrero de 2013 en la casa del periodista de La Radio 92.3 Pablo Martínez, en cuya casa, por equivocación, un grupo de efectivos de la DDI San Nicolás y Ramallo irrumpió en horas de la mañana.
Lo llamativo y particular de aquel caso es que también estaban buscando a unos sospechosos de haber robado en Ramallo, pero la “inteligencia” les falló, como eta vez, y fueron al lugar equivocado.
La diferencia con el caso de ahora es que a Martínez le pidieron disculpas y le prometieron reponer la puerta que le rompieron luego de derribarla para ingresar, mientras que con la familia Peralta nadie se había comunicado hasta el cierre de esta edición.