Otra vez, acusan a chinos de consumir carne de perro
Como sucedió en 2014, la radicación de una denuncia sobre consumo de carne canina tensó los finos hilos de tolerancia entre sampedrinos y orientales, supermercadistas en su mayoría. Cuáles son las acusaciones y cómo se expidió la Justicia.
La semana pasada, una publicación en el muro de Fabián Rodríguez, titular de la protectora APAMA, encendió la alarma entre amantes de los animales, rescatistas y dueños de mascotas perdidas.
Rodríguez advertía la existencia de una nueva denuncia contra chinos que roban y matan perros para que luego formen parte de los platos que degustan en sus festividades. “Ya no sé de qué forma pedir y decir que cuiden a sus animales, que no los dejen solos”, rogó el hombre que gestiona una protectora en calle Lucio Mansilla al 2500 en un posteo que se compartió cientos de veces y que cosechó comentarios de los más variados: de enojo y de repudio, propuestas de boicot a los comercios chinos y represalias algo más violentas, y también los que comienzan con un “No es por ser racista, pero…”.
Perros enjaulados
En la mañana del 14 de julio de 2014 un equipo de Bromatología ingresó aun supermercado chino ubicado en Sarmiento al 1900, a raíz de un llamado de APAMA. Una rescatista había registrado fotográficamente la existencia de jaulas en el patio del local y advirtió que podría tratarse de una estrategia de engorde para luego matarlos y comerlos.
Saverio Gutiérrez, jefe de Bromatología, confirmó que en el patio había una cantidad de perros sueltos y que había jaulas, que utilizaban para el resguardo de los canes durante la noche. Los titulares del supermercado estuvieron de acuerdo con que se los llevaran y la protectora aceptó recibirlos, ante la sospecha de que los criaban para consumo, algo que desde el área municipal nunca pudieron comprobar aunque sí constataron la existencia de mercadería vencida.
La nueva denuncia puso sobre el tapete algo que muchos siguen temiendo: los chinos acá también comen perro, porque es una tradición suya. “En China que hagan lo que quieran. Pero esto es Argentina”, sentenció un vecino en otro comentario en la red social en la que a diario se reportan tantos casos de mascotas perdidas, como encontradas, en adopción y en tránsito.
Carne comestible
En Argentina, la ley 14.346 establece condena para quien “infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales”, pero no menciona la muerte para consumo. Sin embargo, es el sexto capítulo del Código Alimentario Argentino el que da la pauta: “Con la denominación genérica de carne, se entiende la parte comestible de los músculos de los bovinos, ovinos, porcinos y caprinos declarados aptos para la alimentación humana por la inspección veterinaria oficial antes y después de la faena”, y también incluye a “los animales de corral, caza, pescados, crustáceos, moluscos y otras especies comestibles”. Aunque el último ítem deja abierta la posibilidad, si un producto, en este caso la carne de perro, no es considerado carne comestible, no hay autoridad sanitaria que pueda controlar y por lo tanto no está permitido el consumo y, mucho menos, la comercialización.
La fiesta de Yulín
La denuncia existe y recayó sobre la Fiscalía que tiene a cargo Viviana Ramos. El temor por la cercanía de la festividad que se celebra en Yulín, una ciudad del sur de China, donde se consumen 10 mil perros en honor a la llegada del verano, se conjugó con movimientos que un vecino consideró sospechosos en un supermercado de calle la cuidad y que se vio obligado a denunciar. Desde la Justicia, confiaron a La Opinión que hasta ahora las pericias han dado negativas.