Otra víctima en el río
Un joven turista murió ahogado tras arrojarse a las aguas del riacho en una zona prohibida. Tras más de 24 horas de búsqueda, fue hallado por Prefectura. Estaba de vacaciones junto a su novia y amigos.
Las aguas del riacho San Pedro cobraron una nueva vida la semana pasada. Fue aguas arriba del camping Cantando en el Río, una zona prohibida para bañarse que está señalizada pero donde los turistas suelen hacer caso omiso a las advertencias.
El hecho ocurrió el miércoles pasado, después de las 20.00, cuando el joven Daniel Villegas, de 23 años y oriundo de Moreno, en el conurbano bonaerense, se arrojó a las aguas y ya no pudo salir.
Había llegado a San Pedro de vacaciones, junto a su novia, la hermana de ésta y otro amigo. Esa tardecita decidió nadar en el río en una zona peligrosa de por sí, por la profundidad, pero que en estos momentos es una verdadera trampa mortal producto de la importante bajante, que provoca que quien ingrese al agua pase de hacer pie a un fondo de más de ocho metros.
Al ver que comenzó a sumergirse y salir a flote una y otra vez, el amigo de Villegas intentó rescatarlo, sin éxito. La novia y los otros dos jóvenes lo vieron hundirse y no volver a aparecer. A las 21.00 de ese día Prefectura recibió un llamado telefónico que advertía sobre la situación.
Desde esa noche, personal de Prefectura y Buzos de Campana rastrillaron el riacho en busca del cuerpo, que hallaron recién el viernes por la madrugada.
Se trata de la segunda muerte en las aguas del río en una semana. Daniel Villegas se suma al trágico fallecimiento de Juliana Báez, de cuatro años, en la zona de La Tosquera, otro lugar peligroso donde está prohibido bañarse.
El riacho lleva muchas víctimas de la imprudencia. A pesar de que hay carteles y que Protección Ciudadana reforzó la señalética antes del comienzo del verano, nada parece detener a los turistas que buscan refrescarse.
Los conocedores del comportamiento del río en esa zona sostienen que aunque el bañista sepa nadar, las aguas tienen una vida propia en la que ni siquiera ellos pueden confiarse. A eso hay que sumar la bajante, que provoca que de la actual orilla a la profundidad mayor, que va de los cuatro a nueve metros, aproximadamente, sea inmediata.
El único espacio disponible para bañarse corre desde Pesca y Casting hasta el balneario municipal Actur, exceptuando los dos paseos públicos. De cualquier manera, es común ver turistas y sampedrinos que no respetan las advertencias.