Otra “misión imposible” con el “derrame” K
Si alguien buscara definir la relación que guarda el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación con la ciudad de San Pedro, debería decir que es un tanto extraña o, cuanto menos, misteriosa y ciertamente irregular. Tiempo después que los vecinos de “La Tosquera” recibieran la “asistencia social” con olor a dádiva política y forma de electrodoméstico, el Ministerio comandado por Alicia Kirchner volvió a decir presente; esta vez, en las Islas para ofrecer subsidios de microemprendimientos, planes sociales y relevar la situación de las familias.
Había todo lo que tenía que haber para filmar una buena película de acción y suspenso. Autos, barcos, efectivos de Prefectura, valijas con precintos inviolables y gente muy hermética a la hora de contar qué está haciendo. Este episodio podría haber comenzado con Tom Cruise trepando las barrancas al compás de los acordes del argentino Lalo Schifrin, mientras deja caer unos anteojos de sol que explotan antes de llegar a la puerta del Club Náutico.
Sin embargo, muchas veces la realidad supera la ficción y éste es el caso. Un llamado anónimo alertó a este medio de que trabajadores del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación se estaban dirigiendo a las Islas Lechiguanas. Un llamado a Prefectura de San Pedro confirmó la información. El Prefecto Diego Ruata ofreció todo lo que estaba a su alcance para que acompañemos a la tripulación de Alicia en tamaña aventura. Por primera vez estaban realizando un operativo en territorio insular.
Todos a babor, menos uno
La cita era a las 10 de la mañana y en la lancha encargada del traslado al Corte San Carlos sólo había un prefecturiano y este medio. Media hora más tarde de lo previsto, llegaron los marineros de Desarrollo Social dispuestos a cumplir su misión. Tenían todo el equipamiento necesario. Bolsos, heladeras para conservar alimentos, papeles, biromes y demás elementos, todos debidamente custodiados. La presencia de un agente perturbador fue advertida en seguida pero aceptada gentilmente. Un pequeño diálogo ameno y cordial antecedió a la pregunta que iba a cambiar el curso de esta historia. El marinero que no formaba parte de las huestes desarrollistas tenía una profesión indigna y bastardeada para el mundo “K”, era periodista. La tensión invadió la lancha bajo la atenta mirada de Prefectura que se disponía a presenciar un paso de comedia digno de Charles Chaplin. Lo que antes perfilaba para ser un film rodeado de acción, suspenso y entreveros ahora tomaba el tinte humorístico de Eddie Murphy.
Una de las cuatro personas provenientes de Buenos Aires tomó el teléfono y llamó a su jefa. Aquí, la capitana no abandonó el barco, nunca se dignó a subir. El intruso periodista a través de una llamada telefónica fue invitado a retirarse de la embarcación ya que lo que el Ministerio de Desarrollo Social haría en la isla algo calificado como poco menos que un pequeño gran secreto de Estado. Intentar sacar fotos era algo de similares características a desenfundar un arma en plena cena de camaradería del Círculo de Suboficiales de la Policía Federal.
La indecisión y el cambio de opinión
Con la lancha dirigiéndose hacia la isla, la incógnita seguía siendo la misma: ¿Qué había traído por aquí al personal del Ministerio? Viniendo de la cartera encargada de promover el desarrollo y la igualdad social, no podría haber ni malas ni segundas intenciones; ¿Qué era lo que había que mantener en secreto? Las respuestas a estas preguntas deberían estar todas en un solo lugar: la Secretaría de Desarrollo Humano de la Municipalidad.
En las puertas de Oliveira Cézar 280 una secretaria era la encargada de recibir a todos los visitantes. Después de responder, casi automáticamente, varias consultas relacionadas con las tarjetas del S.A.F., la cara de hospitalidad se frunció de repente. “Estamos todos involucrados con el Operativo Nación, no podemos atenderte” fueron las primeras palabras que surgieron de su boca para responder a una pregunta tan simple como ¿Qué está haciendo la gente de Desarrollo Social en la isla?. La permanencia en el lugar hizo que otra chica se acercara y dijera que ella explicaría la situación luego de algunas llamadas. Se retiró hacia su oficina. Escasos minutos después el interno de la recepción vibró y la primera de las empleadas públicas sentenció: “Acá no es, nadie sabe nada”. Una llamada telefónica es capaz de modificar la verdad en la Secretaría de Desarrollo Humano. Un pase tremebundo entre la indecisión y la ignorancia absoluta. Quedó claro, nadie fue avisado del operativo a realizarse en la zona de islas.
Lechiguanas Island Apart Hotel, Resort & Club de Mar
La historia, sin embargo, no es sólo aquella que se ve, sino también la que se intenta ocultar. Este episodio que comenzó con el mayor de los secretos terminó dándose a conocer. Las mentiras tienen patas cortas, los secretos son difíciles de guardar y la gente de la isla tiene un corazón enorme. Fueron ellos los que, sin cola de paja ni nada que ocultar, completaron la parte que el Ministerio de Desarrollo Social intenta ocultar.
Las tres mujeres y el varón que se habían embarcado en la lancha de Prefectura llegan a la primera de las casas, se bajan de la embarcación con cierta dificultad frente a la atenta mirada de los isleños que comenzaban a preguntarse sobre su presencia. Luego de un saludo frío y formal comenzaron las tareas de rutina. Las planillas guiarían la actividad en la isla y el cuestionario se mantendrá firme a pesar de la realidad circundante. Las primeras preguntas básicas rondaron los lugares comunes: nombres, apellidos, números de documentos, cantidad de miembros en la familia, etc. A partir de allí el camino estaba allanado para comenzar a indagar sobre la realidad que viven los isleños.
Era la hora de la “Encuesta Social” y las preguntas rayaban el ridículo ya que quizá se apliquen a la mayoría de los asentamientos del conurbano bonaerense pero definitivamente no eran apropiadas para la vida insular. ¿Qué tipo de piso tiene? De tierra, señorita. ¿De qué están hechas las paredes? Este material no figura entre sus opciones señor. ¿Cuál es el material usado para el techo? Paja o chapa, según la suerte que hayamos tenido, si encontrabamos chapa le mandábamos chapa. ¿Energía eléctrica tienen? Una pequeña sonrisa acompañada de un sincero: “Ojalá” fue la respuesta. La bondad y sencillez de los isleños no les permitió responder con la ironía propia del caso y el encasillamiento no les dejó ver a los expedicionarios desarrollistas que no había ningún cable aproximándose hacia el techo de la vivienda, quizá imaginaron que Don Vittorio Gualtieri se había encargado de tender la red eléctrica subacuática con la invalorable ayuda de Acuamán. También resultó obvio para estos extraños visitantes la existencia de redes cloacales y de agua potable; hubiese sido importante que se interesaran por este gran detalle ya que las altas temperaturas y la enorme sequía hicieron del agua un recurso escaso y, como se sabe, indispensable. Los niños están bebiendo agua de río hervida.
La sequía ha provocado estragos que sumados a los incendios han dejado como única tarea posible para la zona, juntar bosta para vender como abono y algo de apicultura, aunque las flores en las que liban las abejas no tienen la humedad necesaria para poder generar buena miel.
Algunos isleños eran anotados para pensiones; una de ellas recibe del ANSES, la pensión por 7 hijos y le prometieron otra ayuda dentro del programa “Familias”. A uno de los hombres de la casa le ofrecieron dedicarse al negocio de la “carpintería”, con el subsidio del Ministerio podría fabricar placards, puertas vaivén y algunas barras para el Lechiguanas Island Resort. Como no aceptó porque el hotel todavía, no existe le ofrecieron se dedique a la “albañilería” y poner el su propio rascacielos. Todas las actividades con un tope de 5000 pesos para microemprendimientos.
Inteligente, el isleño expresó “a mi mejor me viene lo de las colmenas, porque si no andan las vendo y las hago plata”, la practicidad, la sensatez y la sinceridad abundan en este muchacho. Otro vecino a quien le hicieron las mismas ofertas, prefirió pedir una canoa a motor. Algo evidentemente práctico para la pesca y como medio de transporte si se vive en el agua. Un detalle que se escapó como agua del Paraná entre las manos.
Al anochecer, ya sin luz natural, se alumbraban con la luz de un celular. Un lugareño advirtió “guarda que se vienen los mosquitos”. Uno de los de la comitiva canchereó pero a los cinco minutos llegaron los pequeños “vampiros” (sic); sin más y con temor a ser devorados, se subieron a la lancha y volvieron.
Nunca les preguntaron por el agua potable para los chicos o por sus sistemas de supervivencia. No hubo tampoco cuestionario para las necesidades básicas de las familias puesto que la mayor parte de las cosas que ellos regalan requieren de electricidad, gas u otro combustible. Una de las familias pidió un grupo electrógeno y le prometieron conseguirlo. Esta y todas las anteriores promesas llegarían en un plazo de tres meses.
Evidentemente les hubiese sido de gran utilidad un guía local que pudiera orientarlos y darles algún tipo de conocimiento previo sobre sus interlocutores que les permitiera realizar una asistencia que se ajuste más a las necesidades del lugar.
La dulce espera
A pesar de no poder ser de la partida, este medio como lo hace en cada una de las oportunidades en las que se desarrollan actividades sean o no oficiales en las que se distribuyan fondos públicos, decidió esperar a su regreso para interiorizarse sobre el viaje y recoger testimonios sobre las impresiones y las posibilidades reales de asistencia para el desarrollo social en la isla. Como todos saben, La Opinión & La Radio han trabajado arduamente para denunciar los engaños a las que fueron sometidos por la empresa Deltagro (Gualtieri) haciéndoles firmar comodatos sin poder saber de su contenido y ratificando que las tierras que habitan pueden ser desalojadas en cualquier momento. Muchos sampedrinos recuerdan también que durante las quemas indiscriminadas en esa zona, ni el Plan de Manejo del Fuego ni Romina Picolotti tomaron en cuenta la existencia de aquellas 19 familias que participaron del operativo civil “Voluntad” para apagar con métodos tradicionales el fuego que avanzaba sosbre sus viviendas y el humo que ahoga sus pulmones desde el año 2002, cuando “la isla empezó a ser excelente negocio” para varios renombrados empresarios y políticos del riñón del menemismo.
El recibimiento fue afectuoso pero lamentablemente no fue recíproco. Ninguno de los cuatro tripulantes se prestó a hacer declaraciones. El varón, seguramente influenciado por su condición, se sintió el responsable de brindar la seguridad a las chicas que lo acompañaban e insistía en que fuera del aire de la radio “dialoguemos”, “cortá eso y hablamos”. Como no había nada que ocultar, no había nada que cortar. Las últimas palabras de la comitiva fueron contundentes: “¡Qué hijo de p… que sos!”
La relación del kirchnerismo con los medios no se caracteriza por ser un ejemplo de republicanismo mundial y muy lejos está de serlo. San Pedro no es la excepción, en el episodio recordado por todos, ocurrido en “La Tosquera” la intención era responsabilizar a este medio por la NO entrega de la “asistencia social” si se permanecía en el lugar. En esta oportunidad se pretendía ocultar la entrega de todo tipo de enseres y electrodomésticos que llegaron a bordo de varios camiones con “choferes” acostumbrados a maltratar a la prensa con métodos poco ortodoxos. ¿Qué tiene de malo ayudar al que lo necesita? Quizá se buscaba ocultar la desinformación y falta de capacitación de los enviados, quizá se intenta ocultar aquello que todavía no pasó pero que no sería extraño; planes que nunca llegan, créditos desviados como por arte de magia, proveedores que entregan menos mercadería de la que figura en las facturas, etc. Si una persona le paga a un albañil para que le realice una reforma en su casa y éste pretende ocultar lo que hace, probablemente el cliente se enerve y exija ver lo reformado. El Ministerio de Desarrollo Social realiza estas actividades con los fondos provenientes del dinero de cada uno de los contribuyentes que mes a mes paga, casi religiosamente, los impuestos y por lo tanto tiene el derecho de saber que se hace con él. Sería interesante que la acción, el suspenso, el misterio y los “secretitos” sean dejados para el séptimo arte protagonizado por actores y actrices lindas con trajes caros. ajustados al cuerpo y que los funcionarios públicos se dediquen a hacer las tareas por las cuales la población les paga su sueldo.
La voz del Ministerio
Como es de rigor, La Opinión Semanario consultó a los responsables del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación sobre el Operativo que realizaron en el territorio de islas, con el objetivo de poder brindar espacio a la versión oficial de las actividades que la dependencia del Gobierno de Cristina Kirchner realiza en San Pedro. En este caso, dialogó con este medio la persona que está a cargo del Centro de Referencia del Ministerio en las ciudades que integran la Segunda Sección electoral a la que se le suma Campana. Alberto López Alonso comentó que Alicia Kirchner quiere “menos funcionarios de escritorio y más de territorio” por lo que se crean estas áreas.
Durante los tres días en los que los cuatro empleados de Desarrollo Social estuvieron en San Pedro, trabajaron en el sector de Islas y también en la costa en sector “continental”. “Para realizar estas acciones necesitamos tener una relación con todas las etapas del Estado, provincia y municipios. La idea es dejar mano de obra instalada y es a los municipios a quienes le pedimos que realicen el seguimiento para de a poco eliminar el asistencialismo” comentó. López Alonso definió la relación con el municipio como “Fluida” y dijo que siempre que realizan una tarea en la ciudad informan al Gobierno local sobre ello.
En esta última tarea, trabajaron en base al censo que la Prefectura posee sobre las islas. Los empleados que llegaron pertenecen al sector de los “Plan Familia” una versión mejorada del Jefes y Jefas para personas con dos o más hijos que hace hincapié, según comentó López Alonso en la escolaridad y la atención médica.
Una de las enviadas es asistente social y fue con el objetivo de ver los estados de las familias. En la gran mayoría de los casos se registraron problemas económicos, por lo que se ofrecieron pensiones (en total se tramitaron unas 9) y también algunas de las herramientas que el Ministerio ofrece para el desarrollo laboral, como la carpintería o la albañilería. “Pero… no le parece que no se adaptan a la realidad de los isleños?. Tal vez necesitan un bote para sus actividades” preguntó el periodista, a lo que López Alonso contestó: “No sé si un bote se puede otorgar, se ofrecen herramientas de trabajo… En todo caso que las vendan”.
López Alonso dijo que estás tareas se realizarán también en Baradero y Campana, donde viven más habitantes en territorio insular. Sin embargo, comentó además que ésta es la primera etapa, que no quedará pendiente.