A las 8.00 de la mañana del domingo, San Pedro era puro movimiento. Comenzaba la jornada de elecciones que consagró a Cecilio Salazar intendente con más de 18 mil votos, seguido de Julio Pángaro, que cosechó cerca de 10 mil. La ciudad se inclinó por Mauricio Macri como presidente, aunque con 3 mil votos menos que María Eugenia Vidal, la flamante Gobernadora bonaerense que obtuvo el mismo caudal que su referente local.
A diferencia de las Paso, la mayoría de las escuelas no tuvieron dificultades para comenzar la votación. Los casos con demoras fueron pocos pero significativos, como el de la escuela 6, donde de las 30 autoridades de mesa designadas entre titulares y suplentes sólo fueron seis.
En los barrios, las “bases” tenían poco movimiento. Los automóviles dispuestos por los partidos para trasladar gente a los lugares de votación estaban mal identificados y hubo llamados de atención, aunque sólo en algunas escuelas.
En varias de esas bases, había reuniones con alcohol, lo que está prohibido. La intervención de la policía se conoció en un “boliche de barrio”, que abrió sus puertas desde temprano.
En el Registro Civil había 500 documentos sin retirar; una chica que se había mudado al sur vino a votar y se encontró con que alguien ya lo había hecho en su nombre y “no se puede hacer nada”, según le dijeron.
Los candidatos fueron a las urnas entre media mañana y el mediodía. Fernando Nouet en la escuela 7, Cecilio Salazar en el Socorro, Ariel Ramanzini en la 4, y Julio Pángaro en la 11. Todos destacaron la normalidad de los comicios, aunque el del Frente Renovador señaló públicamente que sufrió algunos “robos de boletas”.
El colorido fue poco y en los búnkers el movimiento comenzó a verse cerca del horario de cierre, cuando cada uno dispuso militantes en sus centros de cómputos para esperar los resultados que enviaban los fiscales.
La transmisión conjunta de Apa Radio San Pedro y La Opinión desde muy temprano y hasta muy tarde se podía escuchar en los locales partidarios, los autos que llevaban y traían votantes, los patios de los hogares donde humeaba el asado y las dependencias públicas donde había que trabajar. Hasta en las colas de votación hubo quienes, atentos, se acercaron a uno de los móviles para responder una duda planteada desde el estudio sobre la mesa en la que votaba Ramanzini: la 88; “el Papa”, según los sueños de la quiniela.
La tendencia que rápidamente comenzó a esgrimirse con los primeros datos difundidos por la cobertura periodística de Apa y La Opinión hizo que el candidato del Frente para la Victoria Julio Pángaro anunciara alrededor de las 19.00 que había enviado un mensaje a Cecilio Salazar para felicitarlo y reconoció la derrota, la que se endilgó personalmente para luego destacar a quienes lo rodean con una expresión de optimismo a futuro: “Las grandes victorias comienzan con una derrota”. Ramanzini hizo lo propio.
Salazar, por su parte, antes de ir al Centro Cosmopolita, base de operaciones de Cambiemos desde que el sindicalista ganó la interna, dijo que el triunfo le generaba “una inmensa responsabilidad”. Ya en la esquina de Ayacucho y Miguel Porta, agradeció a todos, se comprometió a trabajar para mejorar las condiciones de la ciudad y tras los fuegos artificiales cantó, en compañía de los radicales que integran el frente, la Marcha Peronista con la que cerraron el acto.