Oscar Corleto dejó de ser el Contador Municipal, tras 36 años de servicio
El profesional llegó al municipio de la mano de Jorge Génova, durante la gestión Donatti. La contadora Mariana Giosa, esposa del administrador del Hospital, es su reemplazo.
El lunes, en el Salón Dorado, el Contador Municipal Oscar Corleto recibió una copia del decreto que lo designó en 1981, tras un discurso de despedida que ofició el secretario Privado del intendente, Jonathan Galván, amigo de sus hijos. Ese fue su último día en el cargo, tras 36 años.
El responsable de llevar las cuentas del Estado local desde 1981, cuando Jorge Génova lo convocó a ser parte del gobierno del entonces intendente Eduardo Donatti, se acogió al beneficio jubilatorio, tras cumplir 60 años el jueves pasado.
Padre de cinco varones y una mujer, Corleto está casado desde hace 32 años con quien antes fue su novia durante seis. Su hijo mayor siguió sus pasos y con él comparte el estudio contable donde se refugiará desde ahora.
Una vida dedicada al Municipio
Oscar tenía 23 años cuando entró a la administración pública. Hacía seis meses que se había graduado como contador público y licenciado en administración en la Universidad Nacional de Rosario.
Había cursado la secundaria en el Nacional de Comercio y no sabía si su padre lo enviaría a estudiar o si ingresaría a trabajar en el banco Provincia. Con apenas cuatro bochazos en la carrera a la que llegó en pleno golpe militar, en 1981 el contador Corleto volvía a San Pedro, título en mano. Luego ingresó a la Municipalidad y allí permaneció hasta el lunes.
Al joven Oscar no le tocó hacer el Servicio Militar a este, ya que, clase 57, fue uno de los beneficiados por el cambio de edad. Al terminar la facultad, su plan era descansar, pero al comienzo del ciclo lectivo, tras recibirse en el año 80, se lo vio como profesor de contabilidad y materias relacionadas. Luego la vida lo llevaría también a dictar Catequesis en el Instituto Nuestra Señora del Socorro.
Jorge Génova asumió como secretario de Economía y le dejó a Corleto el cargo de Contador Municipal. “Fui aprendiendo despacito”, recordó. Cuando asumió Farabolini, al regreso de la democracia en 1983, el nuevo gobierno lo confirmó.
Ya hay reemplazo
En el área de Contaduría hay dos empleados en Patrimonio, que llevan registro de los bienes municipales, y otras nueve afectadas a distintas tareas. Se trata de un área muy sensible en la que a Corleto le tocó hacer frente a discusiones con funcionarios e intendentes, al punto de que alguna vez pensó en renunciar.
En cada Rendición de Cuentas, su tarea también estuvo en la lupa y cuando el Tribunal de Cuentas elevaba su análisis los cargos que llegaban para los políticos también eran compartidos con él, aunque cada vez supo capear esas instancias y salir airoso de lo que, después de todo, eran responsabilidades de los gobernantes de turno.
Su reemplazo ya está decidido:la joven contadora Mariana Giosa, a la sazón esposa del también contador Silvio Jaime, director administrativo del Hospital, designada a través del decreto 944 para “ocupar el puesto de Contadora Municipal”.
El Contador Municipal es un cargo político. El intendente tiene la potestad de nombrar a quien desee, sin rendir cuentas por ello. Claro está que se trata de una pieza clave del funcionamiento del Estado, por lo que la designación genera expectativa.
Giosa se desempeñó en cooperativas y desde hace más de un mes está en la oficina que hasta el lunes ocupó Corleto, trabajando junto a él, preparándose para hacerse cargo de la tarea.
El Contador Municipal se ocupa de llevar la contabilidad diaria del Estado local y de confeccionar los balances semestrales, practica los arqueos de Tesorería, concilia los saldos bancarios, controla la entrega de valores, entre otras obligaciones propias del cargo.
Reunión clave por los inspectores despedidos
Por orden del director Ángel Jesús Burgos, tres empleados que habían sido contratados entre los 20 nuevos inspectores el año pasado fueron dejados cesantes ya que “no daban el perfil” para la tarea.
Los sindicatos reclamaron y hoy habrá otra reunión por el tema. Entre los tres despedidos hay una mujer que cursa un embarazo, por lo que el Ejecutivo ya confirmó que la decisión quedará sin efecto en su caso.
Respecto de los otros dos, hay posibilidades de que sean reubicados en otras áreas, tal como pidieron los sindicatos.