Operan en el Garrahan a Emiliano, el niño víctima de un juego que podría haber sido mortal
Fue trasladado el lunes, desde San Fernando, donde permanecía internado. Emiliano Ibarrola, de diez años, recibió un disparo de arma de fuego que salió accidentalmente cuando su primo, de ocho manipulaba un pistolón calibre 12. Afección neurológica y oftalmológica para uno, asistencia psicológica para otro, el resultado de un juego que pudo ser tragedia.
Es así, a la armas las carga el diablo”, dijo a La Opinión Alejandra Ibarrola, madre del niño de ocho años que desde el miércoles pasado prácticamente no habla con nadie desde que su primo de diez recibió un disparo de arma de fuego en la cara producto de un juego en el que involucraron nada menos que un pistolón calibre 12, en el barrio La Tosquera.
Emiliano, el niño herido, fue internado primero en el Hospital local y luego en San Fernando. El lunes fue trasladado al Garrahan, donde será revisado por especialistas para determinar la fecha de su operación. La perdigonada que recibió le afectó un ojo y le produjo daño neurológico.
Su madre, Analía Ibarrola, lo acompaña desde el primer día. En San Pedro, su hermana Alejandra recibió asistencia del Hospital, que atiende psicológicamente a su hijo, y de las trabajadoras sociales que se desempeñan en la escuela del barrio.
Preocupación médica
En Buenos Aires, la mamá de Emiliano está preocupada. Allí permanece sola desde el miércoles a la noche. El fin de semana recibió la visita de sus familiares y su madre estuvo con ella ayer, ya en el Garrahan.
En diálogo con La Opinión, su hermana Alejandra señaló que Emiliano “está bien y habla, les mandó saludos a los primos y a los tíos, está fuerte. Los médicos dicen que fue increíble cómo luchó para seguir adelante”.
El niño abrió los dos ojos y, al menos por ahora, ve de ambos. En un momento, la afección oftálmica era muy complicada en uno de ellos y luego existía peligro de que perdiera la visión por completo.
Su madre está preocupada. Inquieta mientras estaban en San Fernando y con incertidumbre ahora en el Garrahan. Lo ve bien, pero está asustada. Cuando entra a verlo en la cama de la terapia intensiva resiste el llanto para mostrarse fuerte ante su hijo.
El disparo del pistolón calibre 12 –que lleva cartuchos con varios perdigones– ingresó en el rostro del niño por la zona nasal izquierda, hacia la derecha, con múltiples esquirlas sobre la base del cráneo.
El silencio de los inocentes
El primo de Emiliano tiene ocho años. Para la causa judicial que tramita en la Fiscalía del Menor es “el autor del disparo”. Tras el hecho, en su casa no habló con nadie del tema. Sí lo hizo con una amiga de su madre, con quien tiene mucha confianza.
Le dijo que estaban jugando y que no martilló ni gatilló el arma. Que el tiro salió por accidente, sin que se dieran cuenta y que no supo qué hacer al escuchar el estampido y ver a Emiliano ensangrentado.
Lo mismo le pasó a su tío, que escuchó el disparo y fue hasta donde estaban los dos chicos, en compañía de otros dos, uno de 6 y una de 13. El hombre llevó al Hospital al niño junto a un vecino, en su auto particular.
“Está asustado, pero nosotros tratamos de decirle que el primo está bien, que esté tranquilo”, dijo su madre a este semanario, que lo ve “bastante traumado”.
Desde la semana pasada, el chico está bajo asistencia psicológica que facilitó el Hospital, a través de su Director Pablo Picchioni y de la psicóloga infantil, Paola Vaccari.
Este miércoles volverá a entrevistarse con la profesional. Su madre confió que le indicaron que hubiese sido bueno que pudiera ver a su primo internado, para que puedan hablar y él observar que se encuentra bien. El problema es que como está en terapia intensiva, ese tipo de visitas están vedadas.
El niño de ocho años no es la primera vez que asiste a un disparo de arma de fuego. Su padre, Diego Armando Campodónico, fue asesinado de un balazo y murió en los brazos de su cuñado. A metros, lo observaba su hijo.
En La Tosquera, la familia está atenta a diario a las comunicaciones con Analía para saber cómo va la salud de Emiliano. El más chiquito de sus primos, de 6 años, también está mal. Pregunta por él, le dio fiebre y está asustado. También estaba allí cuando jugaban con el arma.
Las armas y los niños
El barrio La Tosquera no se llama así sino Los Cazadores y fue fundado como asentamiento precario por familias que hace más de 60 años llegaron de la isla, escapando de la creciente.
La presencia de armas es habitual. Primero, porque muchos son precisamente cazadores. Segundo, porque todo islero tiene un arma a mano, por las dudas. En tercer lugar, porque el barrio se ha convertido en refugio de delincuentes desde hace varios años.
El arma con que Emiliano fue herido era propiedad de la madre de su primo, que terminó en el río porque ella misma la arrojó, de acuerdo a la información brindada por la policía.
El Fiscal Manso podría encabezar las diligencias de rastrillaje en el río para dar con el arma, ya que así se lo pidió la Fiscalía del Menor. Si la encuentran, deberán dilucidar si su tenencia era legal.
“Las carga el diablo”, lamentó Alejandra. Su hijo sabía dónde estaba la pistola.