Operan en el Garrahan a Emerson para colocarle la prótesis
El niño que recibió disparos de arma de fuego en la cabeza el día en que se produjo el feminicidio de su madre, Mariela Figueroa, ingresa a quirófano este viernes para lo que sería la última intervención quirúrgica a la que debe ser sometido. Ansioso, espera que le den el alta definitiva "para volver a hacer taekwondo o fútbol", contaron sus tías.
A poco más de nueve meses del feminicidio de Mariela Figueroa, su hijo Emerson Gómez será sometido a una intervención quirúrgica en el hospital Garrahan para la colocación de una prótesis, lo que sería su última operación en el proceso de recuperación tras recibir dos disparos de arma de fuego en la cabeza.
Este jueves, Emerson viajó con una de sus tías al Garrahan para el último estudio previo a la operación y volvía a San Pedro para viajar de nuevo el viernes. Los médicos lo esperarán a las 8.00 de la mañana para entrar a quirófano.
Su tía Anahí informó a La Opinión que tendrá para "más de tres días, seguro" de post operatorio. "Despuén tendrá que ir a controles, hasta que le den el alta del todo", agregó la joven este jueves por la tarde, mientras esperaba el regreso de su hermana Jacquelin, que acompañó al niño a Buenos Aires.
La prótesis que le colocarán es un "set de micro plaqueta de titanio sistema 1.5 para fijación de cráneos plástica con sus respectivos tornillos autoenroscantes y autoperforantes", informaron sus familiares en diciembre, cuando esperaban confirmación para la intervención quirúrgica.
Emerson volvió a cursar a la escuela secundaria 11 de Villa Depietri, donde lo esperaban sus compañeros desde el primer día. Ahora, el niño está "nervioso y ansioso, porque quiere volver a hacer taekwondo a fútbol", contó su tía Jacquelin a este medio.
El 19 de abril, al mediodía, Alberto Lafuente, expareja de Mariela Figueroa y mamá de Emerson, la abordó en su casa del barrio Arcor y le descerrajó una serie de disparos de arma de fuego para asesinarla. Por la noche el femicida se quitó la vida en un cementerio privado, sobre la tumba de su madre, tras permanecer varias horas prófugo.
El niño de 12 años recibió dos balazos en la cabeza que lo mantuvieron en estado crítico primero en el Hospital local y luego en el San Felipe de Pergamino, donde fue derivado antes de ser trasladado al Garrahan. Contra todos los pronósticos, su recuperación fue rápida.
Un mes después del hecho le daban el alta médica en el Garrahan y volvía a San Pedro, donde fue recibido con alegría y emoción por familiares y amigos en el barrio Las Canaletas.