Obras públicas, privadas y nuevos supermercados chinos para el este de la ciudad
Desde 3 de Febrero y más allá de Crucero General Belgrano, el movimiento es importante. Ese sector de la ciudad creció en los últimos años y ahora es beneficiario de obra pública de relevancia. La apertura de dos nuevos supermercados chinos en la zona despertó alerta entre los almaceneros. Los vecinos pudientes poco afectos a pagar sus obligaciones.
El Gobierno planifica la extensión del estilo boulevard de la avenida 3 de Febrero, una obra que ya tiene asignado el presupuesto, aunque además de repavimentar y disponer el cantero central hay que entubar y hacer desagües pluviales, los que planean emprender con dinero del Fondo de Obras Públicas Comunitarias, siempre y cuando logren sortear el “gran palo en la rueda” que enfrentan (ver aparte).
Hacia el este, el crecimiento en materia de obra pública es significativo y está claro que la apertura de dos nuevos supermercados chinos en la zona está vinculada al fenómeno de población al que asiste la zona desde hace unos años.
Un restaurante de calidad frente a un loteo que permitió por un lado la construcción de viviendas familiares nuevas y de dúplex para alquiler también favoreció la aparición de otros negocios que fueron generando un importante movimiento.
Más allá de Crucero General Belgrano sobreviven los barrios Futuro, Arcor y Villa Depietri, ahora destinatarios de obra pública de envergadura que modificarán la fisonomía del vecindario.
Algunas cuadras más adelante comienzan a erigirse las viviendas de los auxiliares de la educación y docentes nucleados en la cooperativa Nuestro Sueño, que además tiene este año la posibilidad de acceder a un programa de construcción de unidades habitacionales bajo el sistema steel framing que ofrece el Instituto para la Vivienda provincial y cuyas gestiones están avanzadas.
Hacia el río, el otro plan es ensanchar la calle Oliveira Cézar para que San Martín deje de ser doble mano y la ciudad cuente con un nuevo acceso por ese sector.
En el medio hay terrenos en los que alguna vez funcionarios soñaron que podrían ser trasladados los boliches.
El almacén, preocupado
En proximidades del sector donde las obras públicas transformarán lacirculación del este de la ciudad hay dos terrenos vendidos para la construcción de supermercados de capitales chinos. Uno ya comenzó con movimientos de suelo para la obra y el otro todavía tiene el cartel de venta. En ambos está relacionado un conspicuo miembro del oficialismo.
Los almaceneros encendieron la alerta la semana pasada en una reunión con el intendente, luego de recibir el apoyo de la nueva conducción del Centro de Comercio e Industria, que ahora también lo es de Turismo: hay preocupación por la proliferación de ese tipo de emprendimientos.
En tiempos en que los precios aumentan sin parar, sobre todo los de los alimentos, los pequeños negocios que deben comprar a los distribuidores intermediarios son los más afectados.
Con ellos, el que más sufre es, después de todo, el consumidor. Eslabón más débil de una cadena demasiado larga, quienes van a los comercios de barrio para alimentar la economía local se sorprenden con una remarcación de precios que supera holgadamente los índices que publica el Indec, cuyas mediciones tienen en cuenta un universo al que no acceden la mayoría de los vecinos de ciudades como San Pedro y mucho menos en la periferia.
El intendente Cecilio Salazar garantizó a los almaceneros que habrá controles en los supermercados de capitales chinos, que hasta el momento son 13, según el Centro de Comercio.
Un poquito de control
El nuevo presidente del Centro de Comercio, Mauro Troilo, calculó que en la ciudad hay aproximadamente entre 250 y 300 almaceneros registrados. Con los que “están en proceso” o abrieron sin pensar en habilitar alguna vez superarían los 400, estimó.
Su reclamo fundamental frente a lo que consideran “competencia desleal” es que no pueden lograr los precios que ofrecen en góndola los supermercadistas chinos. La ventaja que ofrece el pool de compra es clara: adquieren productos en grandes cantidades en la región o el país, a través de la cámara que los nuclea, lo que les permite bajar los costos.
Los almaceneros le pidieron al intendente que extreme controles en materia de seguridad e higiene, habilitación, personal registrado, entre otros puntos. En el Gobierno aseguran que los hacen, pero que es cierto que quizás deberían ser más rígidos. “El problema es que es un boomerang: no todos los negocios de barrio están en condiciones. Hay que tener cuidado en estigmatizar”, señaló un hombre del Palacio.
El plan del Centro de Comercio es que los almaceneros puedan nuclearse entre sí para generar ellos un pool de compra, “como el de los chinos”, de manera tal que “eso impida que se avance, para que puedan obtener mejor precio”, indicó Troilo.
Crecen a “tasas chinas”
A fines del año pasado inauguraron dos supermercados chinos: uno en Lucio Mansilla casi 11 de Septiembre, donde construyeron una gran cantidad de locales comerciales con el fin de convertirlo en un paseo de compras; y otro en Ituzaingó al 300, con la particularidad de que fue clausurado el mismo día en que abrió porque carecía de habilitación.
Hay casos de autoservicios que nada tenían que ver con capitales extranjeros que con el paso del tiempo fueron perdiendo la batalla de los precios a manos de ellos y terminaron vendiendo la llave del negocio.
La proliferación de este tipo de comercios es, para algunos, una preocupación. Para otros, no tanto. Hay quienes creen que los bajos precios “matan al comerciante local” y quienes entienden que la competencia “es mejor para quien va a comprar”.