Barack Obama fue distinguido por el Premio Nobel de la paz y, en pocos días a fin de demostrar su voluntad “pacifista”, envió 30.000 hombres a Afganistan, hermoso país atravesado por una guerra interminable, injusta, absurda.
También dio marcha atrás con su proyecto de desmantelar Gunatánamo, esa vergonzosa cárcel que los norteamericanos mantienen en Cuba y donde utilizan y experimentan con las más finas formas de torturas.
Si alguien pensaba que un presidente negro iba a cambiar la manera de hacer política “para afuera” de los E.E.U.U, se equivocó: el Pentágono, la industria militar o como se llame esa parafernalia, es una gigantesca maquinaria que, como si fuera una picadora de carne, debe seguir siendo permanentemente alimentada y la carne que se utiliza es humana. Miles de muertos se deben sumar mensualmente para que las fábricas de armamentos y destrucción continúen aceitadas y prolíficas, no baje el desempleo y los operarios sigan cobrando su salario fabricando armas, bombas, morteros, etc.
¿Dormirá bien, con la conciencia tranquila un trabajador de esas industrias? ¿Se acostará a la noche sabiendo que está trabajando para su presidente nobiliano de la paz y, que ese artefacto que está fabricando permitirá matar a terroristas, mujeres y niños en Palestina, Irak, Afganistan o donde se cuadre?
Sabemos las crisis de conciencia que han padecido los soldados en Vietnam por algunos filmes que en importante autocrítica han realizado los mismos norteamericanos, seguro que ningún medio periodístico va a exponer si ese fenómeno sucede y se sufre puertas adentro de E.E.U.U. Algo así como taparon My Lai, una matanza de cientos de civiles en ese pueblo en Vietnam por un escuadrón yanqui, aunque primero violaron y torturaron a mujeres y niños, para luego ametrallarlos como ovejas mansas!!!
Algo así hicieron con el Instalaza, (una suerte de ¿obús?) no sé si está bien escrito, los torturadores militares que, ataban con alambres de púas a seis o siete “terroristas” juntos y de un sólo disparo los mataban a todos. Aquí en Argentina, militares formados en West Point, la academia militar yanqui, naturalmente.
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