Nuevas indagatorias por la muerte de Aníbal Corvalán
En las próximas horas será citada nuevamente a declarar la mujer que acompañaba a la víctima de 66 años durante el momento de su asesinato. El único imputado quedó detenido bajo la carátula de Homicidio Simple.
Luego de que la Jueza de Garantías María Eugenia Maiztegui dispusiera la detención de Mauro Correa, el joven de 21 años acusado de ser uno de los autores del asesinato del mecánico Aníbal Corvalán, el Fiscal Marcelo Manso indicó nuevas directivas para profundizar la investigación y tener mayor precisión sobre lo acontecido la noche del domingo 16 de noviembre en uno de los sectores más inseguros del puerto local.
Nuevos datos e indicios que fueron apareciendo en los últimos días han generado algunas dudas en cuanto a las características de lo sucedido. Si bien para la Justicia no hay prácticamente dudas sobre la participación de Correa ni sobre lo relatado por la mujer que en el momento del hecho acompañaba a Corvalán, la única testigo presencial volverá a ser citada para prestar declaración ante el Fiscal.
Durante los momentos posteriores al asesinato, la compañera declaró pero envuelta en una profunda crisis de nervios producto de lo que le tocó vivir. Ahora el objetivo es que pueda relatar lo acontecido y responder a algunas cuestiones que podrían aclarar el desarrollo de los hechos.
Algunos testimonios aportados por el entorno de la víctima aseguran que el mecánico no poseería un arma con las características de la hallada en la escena, por lo que crece la hipótesis de alguna resistencia ejercida por Corvalán en la que podría haber arrebatado el arma a uno de los delincuentes.
Se aguardan además los resultados de las pericias, el cotejo de rastros de los proyectiles hallados y el análisis de dermotest para determinar si hay restos de pólvora en las manos de los involucrados, lo que podría confirmar la participación de una tercera persona, que es lo que narró la mujer una vez consumado el hecho.
Correa, quien ante la presencia del Fiscal Marcelo Manso se negó a declarar, posee alojada en su cuerpo la bala que lo hirió esa noche y que lo obligó a ser trasladado hasta la Guardia del Hospital.
Esa podría ser una prueba más que precisa para determinar qué tipo de arma fue utilizada y si coincide con el revólver calibre 22 hallado en el puerto. De todos modos parece poco probable que el proyectil le pueda ser extraído debido a que por recomendación médica sería riesgoso para la salud del imputado efectuarle una cirugía de esas características.