Breves
No se salvó ni el pajarito
Causó mucho asombro la denuncia de una vecina por el robo de su loro. La simpática mascota se entretenía en la ventana de la casa cuando dos jovencitos se lo llevaron. Con angustia, otros damnificados manifestaron haber pasado por situaciones similares, con una variada gama de protagonistas. Parece que la modalidad es bastante conocida y puesta en práctica, sobre todo en los barrios periféricos y que los plumíferos servirían para recaudar el dinero necesario que los secuestradores de mascotas necesitan para cubrir “ciertas necesidades”. Para ilustrar a nuestros lectores, un canario puede costar alrededor de $40.