“No sé para dónde salir, nadie me ayuda”
de José Vega, un vendedor ambulante que no sabe leer ni escribir. Sufrió un accidente callejero y aguarda ser operado.
A veces la vida cotidiana nos pone de frente a distintas realidades. La pobreza y la miseria en la que se sumerge parte de la comunidad y que muchos se niegan a reconocer, están a la vuelta de la esquina. La historia de José Vega es un cabal reflejo.
“No sé para dónde salir, nadie me ayuda”, reclama. “El 25 de Diciembre del año pasado yo iba en mi motito medio vieja que tenía y una camioneta me chocó en la esquina de Casella y 11 de Septiembre. Me rozó con el guardabarros y me tiró al piso, di varias vueltas y la moto me cayó encima”, relató José Vega.
“A partir de ese día todo cambió. La moto me golpeó y me quebró tibia y peroné, y desde ese día estoy como quedé, con la pierna quebrada y estos tutores que me pusieron en el hospital”. “Yo trabajo de vendedor ambulante, vendo artículos de limpieza, tengo 30 años y mi señora tiene 19. Tenemos tres hijos, dos de 4 y 6 años que son de ella, y uno de 2 que tuvo conmigo, además está embarazada”, dijo Vega. “Todo se me complica porque no sé como hacer y nadie me ayuda, no sé leer ni escribir, y en el hospital me dijeron que tengo que esperar, que cuando lleguen los clavos me van a operar, pero dicen que es muy caro y ya no aguanto más. La pierna me duele, necesito pastillas y calmantes, así no puedo seguir”.
Evidentemente, las limitaciones con que cuenta la víctima no hacen más que condenarlo al olvido y la desazón. Pasa sus días sentado en su casa, una de las tantas que fueron usurpadas en el barrio San Francisco de Asís, y cuando puede sale a caminar con muletas, pero la falta de un tratamiento adecuado le imposibilitan un montón de cosas. “Estoy tratando de hacer la denuncia o que me registren en algún lado. Fui a muchos lugares pero nadie me supo decir qué puedo hacer, ni en la Fiscalía, ni en el Juzgado”, informó.
“Además, hasta el momento, el dueño de la camioneta que me chocó no respondió con nada, yo pensé que con el seguro me iba a cubrir, pero hasta ahora ni apareció”, afirmó el hombre. “Tengo que salir de esta sí o sí, mi familia tiene que comer y ya no se cómo hacer. Vivo de lo que me ayuda la gente, otra cosa no puedo hacer, para colmo mi mujer está embarazada y no puede moverse de la casa”.
Cansado de esta situación, el vendedor ambulante decidió acudir a los medios como para encontrarle una salida. Ahora aguarda con alguna esperanza más operarse y empezar con la rehabilitación.