“No existe el perro asesino, existe el dueño responsable”
Daniel y Gonzalo Castagnola son los mentores del criadero de la raza Pit Bull “Del Gran Paraná”. Aseguran que es una raza “pura y dócil” y que está lleno de mitos creados en su contra.
Mucho se dice y muy poco se sabe sobre la raza de perro Pit Bull. La ciudad cuenta con uno de los mejores criaderos del país: “Del Gran Paraná”, nombre que se transforma en el apellido de cada uno de los ejemplares que allí crecen. Daniel y Gonzalo Castagnola son sus responsables.
Por estos tiempos, los relatos atemorizadores que circulan han hecho que el público en general considere a este animal como peligroso. El Pit Bull no es un perro para cualquiera, se recomienda por lo general que el propietario sea una persona responsable, aunque está probado que se trata de un perro muy noble y leal, pero en malas manos puede convertirse en un verdadero riesgo. Es un excelente perro de compañía, con un gran sentido del humor, que lo convierte en el ideal para aquella persona que le guste tener un verdadero perro con estampa.
“Ella me eligió a mí”
Daniel Castagnola, explicó como se inició en el mundo Pit Bull. “Lo nuestro nace por casualidad y por gusto a la competencia. Aunque suene disparatado empecé con una perra, ella me eligió a mí y no yo a ella. Fui con mi hijo Gonzalo a comprar uno a un criadero de Buenos Aires y esta perrita estaba en el lugar y me empezó a seguir, la tenía conmigo. En ese momento me la quise comprar y no me la quisieron vender, después el hombre tuvo un problema de salud y me llamó para ofrecérmela, y no lo dudé. Hoy se llama Luna y es una de las mejores del país”, relató.
“Con respecto a la raza existe un estándar que la define. No puede ser un perro alto y flaco o gordo y petiso, tiene los atributos necesarios que la definen”, contó el responsable del criadero y agregó: “El perro lleva un micro chip implantado, como todos los canes de raza. Después se le pasa una lectora y te saltan todos los datos. Es increíble, pero es un micro chip del tamaño de un arroz, se carga en un código de barra y se lo lee como en los supermercados”.
La competencia
“Del Gran Paraná” es el único criadero que existe en San Pedro y uno de los ocho de todo el país que están respaldados por la Federación Argentina. “El que me adiestra los perros es Oscar Narváez, un entendido en la materia. Una vez tratamos de juntar a todos los propietarios que existen en la ciudad para agruparnos, pero no prosperó. Era indispensable para que se conocieran detalles, pero bueno, es muy difícil. Todo lo que es Pit Bull es nuevo, la raza se reconoció hace un par de años en el país. El año pasado, Narváez iba a una competencia y me invitó a llevarla (a Luna) y ese mismo día la pasé por la pista. Yo la había adiestrado como guardián de mi comercio y cuando pasó sacó corriendo al juez. Entonces cuando terminó la competencia me acerqué, le expliqué al hombre y le dije que me corrigieran la pasada y para arrancar”, relató Daniel Castagnola sobre su experiencia en las competencias.
“Actualmente ganamos todo, en cachorro, hembra, cachorro macho y adultos, y si Dios quiere estamos en condiciones de tener los mejores perros del país”, explicó. “Muchos escuchan la palabra competencias y enseguida lo relacionan con las carreras de Galgos o algo similar y no tiene nada que ver una cosa con la otra. Es una competencia muy distinta, acá no hay plata en juego ni apuestas, los premios son trofeos, diplomas o cucardas.
Existen dos estilos de competencias: la deportiva, donde los animales tiran un cierto peso o se cuelgan con la boca hasta ver quien dura más; la otra es la pista, que es donde vamos nosotros, es pura belleza y estética donde los perros desfilan por una pista y son examinados por un juez. La pista es para animales tranquilos”, relató.
Porsupuesto que detrás de estos emprendimientos también existe el negocio, pero es una tarea puntual y precisa donde se busca la mejor calidad del animal. “Ya con Luna, mi hijo quiso traer un macho. Los cruzó y Luna tuvo cría, después se vendieron, pero me quedé con uno. Un perro de estos cuesta un promedio de dos mil pesos. Pero el perro de uno, un perro campeón, no tiene precio. En el caso puntual, Luna va a quedar como la mejor hembra del país, y queremos cruzarla con Rulemán Azul, el mejor macho argentino de pista, son los dos mejores y esos cachorros van a valer dos mil dólares”, describió Castagnola.
“Tienen mala prensa”
Existe un cierto prejuicio para con esta clase de perros y Castagnola se encargó de dejar de lado todo lo que se dice y piensa de los Pit Bull: “No son animales agresivos. Tienen mala prensa. Se ha dicho mucho, pero nada que ver; el Pit Bull que ataca es porque está mal cuidado. Yo apuesto a cualquiera, que a mis perros los dejo tres o cuatro días sin comer y no atacan a nadie. Todos los perros de por sí, sea la raza que sea, deben estar bien cuidados. Lo único que está claro es que el Pit Bull cuando muerde, muerde. Pero no existe el perro asesino, existe el dueño responsable e irresponsable. A cualquier perro de raza que se lo adiestre te va a cuidar. En promedio, la mayoría de los casos se han producido en la calle. Los Pit Bull tienen conflictos con los demás animales, por eso es conveniente tener una canil, porque es una raza que pelea a muerte… por territorio, comida y sexo”.
Estándar del Pit Bull
Cabeza: Longitud mediana, con una forma rectangular. Cráneo plano y ancho, con orejas de implantación alta, mejillas prominentes y sin arrugas.
Hocico: Es cuadrado, amplio y profundo. Las mandíbulas son prominentes y robustas. Los dientes superiores tienden a encajar perfectamente por la parte exterior de los dientes inferiores.
Orejas: Pueden estar cortadas o no. Su inserción debe de ser alta y han de carecer de pliegues. Son más bien cortas y se llevan erectas.
Ojos: Son redondos y oscuros. Separados entre sí y situados en una posición muy baja. Están admitidos todos los colores. Los parpados serán de color negro.
Nariz: Los orificios nasales son anchos y despejados. Están admitidos todos los colores (Red, Blue, Black, etc.).
Cuello: Musculoso, ligeramente arqueado, pronunciado desde los hombros hasta la cabeza, sin pliegues.
Hombros: Fuertes y musculosos, con escápulas anchas y orientadas hacia abajo.
Lomo: Corto y fuerte. Se halla ligeramente inclinado sobre la grupa. Un poco arqueado en la zona lumbar, que debe estar levemente subida.
Tórax: Profundo y no excesivamente ancho, con el costillar visible.
Costillas: Unidas, bien visibles, las posteriores son muy anchas.
Cola: Corta en proporción con la talla del perro. Inserción baja que se estrecha hacia la punta. No debe de ser arrastrada. No se aceptan las colas amputadas.
Patas: Grandes huesos redondeados, con cuartillas rectas y verticales, bastante fuertes. Pies de mediana dimensiones con dedos arqueados, su paso es ligero y firme, no se muestra torpe ni inseguro.
Muslo: Largo, con músculos muy desarrollados. Corvejones bajos y rectos.
Manto: Debe de ser brillante con pelo corto y áspero.
Color: Cualquier color y distribución.
Peso: Son preferibles los siguientes valores: hembras de 16 a 25 Kg., machos de 19 a 30 Kg.